De la Cuadra-Salcedo, aventurero renacentista
De la Cuadra-Salcedo se hizo aventurero leyendo libros de Julio Verne y Emilio Salgari. Como otros se hacen poetas cuando descubren los poemas de Machado, o se decantan por el fútbol admirando las 'bicicletas' de Messi. A De la Cuadra-Salcedo, no obstante, como al pintor van Gogh, su amor por la aventura no le venía por elección, sino por destino.

Le vi una vez en Sevilla, durante una conferencia, divertida, plagada de ocurrencias y mil anécdotas. Miguel se apoyaba ya en un bastón para caminar y su figura atlética era la de un guerrero que vuelve cansado de la penúltima guerra. Habló en Sevilla de su pasión por la aventura, de su condena a muerte en el Congo por filmar el fusilamiento de 300 prisioneros, nos deleitó con detalles del golpe de estado contra Allende, o nos impresionó con historias sobre la guerra de Vietnam, una de las más atroces que había vivido.
De la Cuadra-Salcedo integra un equipo de excelentes reporteros, aventureros, nostálgicos, cultos, que se jugaban la piel en cada conflicto bélico, el alma en cada territorio hostil. En ese espléndido equipo hay que incluir también a nombres como Manu Leguineche, Jesús González Green y/o César Pérez de Tudela. Amantes de la aventura, con amplios conocimientos sobre muy variadas materias que parecían sacados del mismísimo Renacimiento.
Fue un aceptable atleta olímpico y plusmarquista mundial de lanzamiento de jabalina; fue un sagaz viajero que conocia territorios inhóspitos de nuestra América Latina; fue, en definitiva, un curioso con alma de niño que tantas veces nos impresionó acariciando animales peligrosos o intentando meter en vereda a un desconocido lugareño con carita de asustado.
Su labor como reportero durante los años 60, 70 y 80 fue inmensa, como avalan los numerosos premios que consiguió a lo largo de su carrera. El top de sus programas televisivos lo encabezaría, a mi juicio, 'A la caza del tesoro', presentado por Isabel Tenaille, y donde De la Cuadra-Salcedo se desplazaba por distintos paises del mundo siguiendo instrucciones de un concursante que había en Madrid. Tampoco conviene olvidar programas como 'Españoles en el Pacífico' o 'Primera página'.
Por una sugerencia del Rey Juan Carlos creó 'Aventura 92', iniciativa conocida hoy día como 'Ruta BBVA'. Un programa de intercambio que ha permitido a más de diez mil jóvenes conocer de cerca los países latinoamericanos. Una idea que se impregnó pronto del espíritu De la Cuadra-Salcedo con deporte, naturaleza, cultura, los pilares fundamentales sobre los que descansaba la ruta socrática.
De la Cuadra-Salcedo murió un 20 de mayo de 2016, el mismo día que falleció Cristóbal Colón 510 años antes. Nuestro aventurero renacentista tenía 84 años. Se marchó para siempre en Pozuelo de Alarcón, rodeado de su familia y amigos. Tengo para mí que, puestos a pensar, a lo mejor le hubiera gustado despedirse en el Amazonas, rodeado de anacondas peligrosas y una lluvia de balas a su espalda.
Transgresor, intrépido, renacentista, la hoja de ruta de De la Cuadra-Salcedo pasaba por una incansable curiosidad y unas tremendas ganas de conocer. Aunque la mayor aventura, como dijo una vez, está en el interior del ser humano: “La mayor y más emocionante expedición que podemos realizar es hacia dentro de uno mismo.
Me cuentan...
Con gran éxito, la actriz Concha Velasco está representado en Madrid 'Reina Juana', en el Teatro Abadía, propiedad del onubense José Luis Gómez. Me cuenta mi amigo el periodista Luis Eduardo Siles que Concha es una actriz supersticiosa. Antes de subirse al escenario, la Velasco, que hay días que tiene que realizar hasta dos funciones, se sube a las tablas antes de comenzar con los zapatos del personaje que representa en la obra.No sabía uno esas supersticiones de Concha...
Y se ha estrenado 'El País del miedo', película patrocinada por Canal Sur, protagonizada por el actor sevillano José Luis Pérez. Una obra basada en el texto de un escritor andaluz, Isaac Rosa. Lo que más me ha gustado son los escenarios, los barrios marginales donde se desarrolla la película, por lo creíbles que resultan”, me dice Luis Eduardo Siles.