Limpieza desde el tuétano
A expensas de un milagro. En ese punto se encuentra el Recreativo de Huelva, tras perder puntos y dignidad a partes iguales en las últimas semanas.

Es una pesadilla. Con todas las letras y nada es casualidad cuando el cúmulo de errores de manera consecutiva da para escribir un libro, o dos. El caso es que muchos asumen ya el descenso, aunque sea virtual, a la quinta categoría del fútbol español. Como ven, situaciones, así de dramáticas, no la genera el viento ni la casualidad o la mala suerte.
Todo lo que está ocurriendo en el Decano del fútbol español no es defendible de ninguna de las maneras. Y el camino, deja tantos culpables como muertos, gente que jamás podrán acercarse en su vida al Recreativo. Es posible que haya gente que piensen que algunos de esos muertos no merecían acabar así. Pero cuando una plaga llega y lo arrasa todo sin que se le haya puesto remedio con vacunas, o decisiones consecuentes, entonces ya no quedan inocentes. Unos porque lo permitieron y otros porque a pesar de los avisos, no hicieron caso o se sintieron más importantes que la historia y el escudo.
Siempre dijimos que el Ayuntamiento dio un importante paso al frente para salvar el club. Pero que luego lo dejó, inconscientemente, diremos, a su libre albedrio. Porque no se puede, decíamos también, poner tanto dinero público y no fiscalizarlo, protegerlo, pedir explicaciones, no contrastar. Este es el resultado. De nada sirve que el club vaya a anunciar superávit en la temporada más calamitosa en la historia de la entidad, deportivamente hablando, y con el club destrozado en todas sus estructuras.
Nadie sabe lo que pasará porque nadie habla claro. Y con todo a expensas de que el equipo salve al menos lo mínimo que se despacha. Es una situación que viene de largo en el Recre. Antes por una cosa y ahora por otra. El caso es que no se entiende que no salga alguien a explicar por qué ha ocurrido este desastre. Con decir que el ayuntamiento no dejará que el club desaparezca nos damos por satisfecho. Eso sí que es ser cortoplacista. Y el que lo permite, más cortoplacista todavía.
Es hora de una refundación. Del Colombino tiene que salir todo aquel que haya tenido algo que ver con la calamidad que hoy mancha la camiseta del Decano. Del Colombino y de aquellos despachos donde se ha permitido todo esto. El camino dice que todos los implicados no han podido hacerlo peor. Es hora de abrir las ventanas, de explicar detalladamente lo sucedido. La gente merece una explicación al menos, aunque eso no sirva de consuelo. O se cambia todo en torno al Recre o el lamento seguirá extendiéndose en el tiempo. La reconstrucción debe empezar por el tuétano. Todo lo que sea limpiar la piel no valdrá para nada. Ya se hizo antes y miren el resultado.