En la Luna
Tres años antes de que el hombre pisara por vez primera el único satélite que ronda nuestro planeta, la NASA instó al gobierno español a buscar un lugar en el que emplazar un campo de lanzamiento de cohetes meteorológicos.

El fin último era el de conocer en profundidad la dinámica atmosférica en torno al paralelo 38, donde se ubica la base aeroespacial de Cabo Cañaveral. Se eligió un lugar en la costa de Huelva, El Arenosillo, que fue centro espacial hasta el año 1994, cuando pasó a ser una de los ocho centros de ensayo que el Instituto Nacional de Técnicas Aeroespaciales tiene en España.
El INTA, desde la que fuera rampa de lanzamiento de cohetes en las cercanías de Mazagón, colaboró por lo tanto en el primer viaje del hombre a la Luna, y un onubense fue el encargado de relatar ese primer alunizaje de una nave tripulada en la madrugada del 20 de julio de 1969, Jesús Hermida, ya fallecido y cuyo legado está depositado en esta ciudad que le vio nacer. Por cierto es la Asociación de la Prensa de Huelva a través del poco conocido aún centro Jesús Hermida, la única que ha recordado la efeméride con varias actividades culturales.
Además Huelva está hermanada con Houston, a la que dedica plaza y la guasa popular hasta bautizó la gasolinera frontera al Barrio Obrero como Cabo Cañaveral por el remate coheteril del que presume ese hermoso edificio. Desde el otro lado es harto conocido que alguna nave espacial norteamericana ha rendido homenaje al primer viaje del genovés a las Indias Occidentales, que como casi todo el mundo sabe partió de un puerto cercano a la ciudad de Huelva, el de Palos de la Frontera, sito por lo tanto en lo que desde hace casi dos siglos se conoce con el nombre de provincia de Huelva.
Es el caso del transbordador espacial Columbia, con el que la NASA inició sus primeras misiones fuera de la atmósfera terrestre desde 1981 y hasta la fatídica fecha del primero de febrero de 2003, cuando el transbordador prácticamente se desintegró al regresar de una misión y entrar en la atmósfera terrestre. Al Columbia le seguiría otra nave similar que bautizarían con el nombre de Descubrimiento, Discovery, con lo cual se continuaron los paralelismos con la empresa colombina, iniciada en la actual provincia de Huelva, y las empresas de descubierta espacial que los Estados Unidos no han paralizado, como es notoriamente conocido, pues lo que no ha vuelto a hacer porque evidentemente no habrá interesado demasiado, es volver a poner un pie humano en el satélite terrestre después de que hasta doce astronautas en siete misiones casi seguidas lo hicieran a lo largo de cuatro frenéticos años. Pero aparatos sí y no sólo los norteamericanos, pues hasta los chinos andan por allí con sus cámaras y sus vehículos robotizados dando vueltas para arriba y para abajo por entre los cambiantes cráteres de la Luna. Pero no nos apartemos de la cuestión que nos ocupa, aunque sea simple y rápida de explicar. Huelva, ni la provincia ni la capital de la misma, han movido un solo dedo para conmemorar el medio siglo de la llegada del hombre a la Luna.
Tan dados a conmemorar cosas de lo más absurdas y simplonas, volvemos a negar la mayor. Es seguro que con el protagonismo que en la llegada del hombre a la Luna tuvo la provincia de Huelva, cualquier ciudad europea, no sólo lo habría conmemorado como se merece, sino que a buen seguro tendría un centro de interpretación del viaje a la Luna, compartido con el de la gran aventura del Descubrimiento de un nuevo mundo. Pero no, aquí la clase políticamente correcta no se acuerda porque estar es evidente que está en la Luna, no hay más que ver los tremendos déficit en infraestructuras, fruto de la dejadez de cuarenta años de vacación en los parlamentos español y andaluz, o el llamativo detalle de llamar Encuentro a lo que no lo fue, despreciando la palabra Discovery –lo pongo en inglés a ver si así lo entienden-, pasando olímpicamente de sacar tajada al trabajo que un grupo de onubenses, desde la estación espacial de El Arenosillo, o desde un estudio de televisión, realizaron con brillantez y sobrado mérito. Dejemos constancia de que no todos los onubenses hemos olvidado a nuestros mejores paisanos, y de que afortunadamente no todo es fútbol y romería en esta tierra de María Santísima. Está ciudad y esta provincia son más, mucho más. Ya lo he dicho en más de una ocasión y lo seguiré recordando, the times they are a changing, como decía el Dylan. Pues eso.