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Siete años por intentar matar a un vecino de Huelva en un asunto de drogas: «Te tenía que clavar la navaja»
La Audiencia Provincial le impone una pena de siete años por homicidio en grado de tentativa al autor de una agresión que pudo ser mortal
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La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a siete años de prisión a un hombre acusado de homicidio en grado de tentativa por asestar una puñalada a otro en la zona superior del abdomen, sirviéndose para ello de una navaja de diez centímetros de hoja. Además, tendrá que indemnizar a la víctima con 28.000 euros.
Los hechos juzgados ocurrieron en abril de 2022, cuando esta persona mantuvo una discusión con la víctima en los alrededores de una sala de fiestas de Huelva en la que se produjeron empujones y un forcejeo. El motivo de la pelea estaba relacionado con una deuda por drogas. En el transcurso de la reyerta, el condenado asestó una puñalada «sirviéndose para ello de una navaja que portaba, de diez centímetros de hoja y veintidós de longitud total», indica la sentencia.
La víctima sufrió una herida por arma blanca que le envió directamente a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Las lesiones tardaron en sanar 171 días, quedando como secuelas un trastorno de estrés post traumático «de grado leve»; además de neuralgias intercostales esporádicas y numerosas cicatrices, algunas de ellas de entre 22 y 23 centímetros.
Ánimo de matar
Para el tribunal, el acusado tuvo ánimo de matar dada el arma empleada, la ubicación de la zona del ataque, así como «la intensidad del golpe que causa lesiones de diversa índole con significativa causación de fracturas, contusiones y laceraciones» que «son factores expresivos de la intención de buscar la muerte, o al menos asumirla como probable, del sujeto pasivo de la acción».
Por ello, el tribunal considera que «no cabe duda» de que la conducta desplegada por el acusado «permite determinar que nos encontramos ante un delito de homicidio intentando» al quedar «patente» que «decidido atentar contra la vida de la víctima con un ataque cuya finalidad directa o cuyo desenlace previsible y asumido era darle muerte». Por consiguiente, «tanto el plan como la actuación concreta objetivamente considerados, eran racionalmente adecuados para ocasionar el resultado buscado por el acusado».
En el momento de ocurrir los hechos el acusado presentaba «un consumo abusivo de cocaína y cannabis», por lo que en la pena aplicada en la sentencia se ha tenido en cuenta el atenuante de toxicodependencia. En este sentido, los médicos forenses que lo examinaron estimaban que sus capacidades volitivas pudieron haberse afectado por el consumo de tóxicos «aunque no sus capacidades intelectivas que se mantendrían íntegras».
En cuanto a la relación existente entre el autor y la víctima «divergen las versiones, afirmando el acusado que le debía unos seis mil euros a la víctima por adquisición de drogas», mientras que este último afirmó que «conocía al primero solo de vista del barrio». En cualquier caso, «queda acreditadas expresiones de amenaza del condenado a la víctima», a la que había dicho «que le tenía que clavar la navaja«.