MESAS DE ANÁLISIS
El reto oculto del hidrógeno verde: cómo llevarlo sin disparar costes
Una tubería termoplástica con un diseño de doble capa que incorpora, entre ambas paredes, un flujo de nitrógeno como barrera de seguridad, se presenta como la solución más eficaz para transportarlo de forma económica
Del laboratorio a la industria: los nuevos hitos del hidrógeno verde
Nace la Alianza de Valles de Hidrógeno de España, formada por 16 asociaciones
La segunda jornada del II Congreso Nacional de Hidrógeno Verde incluyó una intervención que puso sobre la mesa uno de los retos más decisivos en la implantación de esta energía limpia: el transporte. Bajo el título ‘Ingeniería y transporte del hidrógeno verde’, Javier Llano, director de Ingeniería de Clantech, abordó un aspecto que suele quedarse a la sombra del debate sobre producción y consumo. Sin embargo, tal y como recalcó durante su ponencia, diseñar rutas de transporte eficientes y rentables “es un tema muy relevante” para la viabilidad de un sector en plena ebullición industrial.
Llano, que ha desarrollado gran parte de su vida profesional en Cepsa (hoy Moeve) y se unió recientemente a Clantech, explicó por qué en la actualidad no existen grandes redes o gasoductos especializados en hidrógeno. De hecho, en muchos de los nuevos proyectos —ubicados cerca de grandes consumidores industriales— la clave está en cómo llevar el hidrógeno desde las plantas productoras hasta el cliente final sin disparar costes ni exponer la infraestructura a riesgos de degradación (descarburización del metal, el material habitual de estas conducciones) o permeación (fugas), problemas asociados a la naturaleza del propio gas.
El transporte de hidrógeno comprimido o licuado tienen costes inasumibles en largas distancias. La conclusión es clara: la tubería es el sitema más económico incluso en recorridos cortos
Las opciones clásicas, como el transporte por camión en forma comprimida o licuada, resultan costosas cuando las distancias aumentan. Según Llano, “por la poca cantidad que es capaz de transportar un camión de hidrógeno comprimido, según aumenta la distancia los costes se disparan”, mientras que el hidrógeno licuado, aunque más eficiente en largo recorrido, sigue siendo caro. La conclusión es clara: la tubería es el método de transporte más económico prácticamente desde distancias cortas.
No obstante, para sortear los inconvenientes que presentan las conducciones metálicas tradicionales, la solución propuesta durante la ponencia gira en torno a un sistema de tubería termoplástica reforzada, con un diseño de doble capa que incorpora, entre ambas paredes, un flujo de nitrógeno como barrera de seguridad. Su nombre comercial es ‘piping pipe’ de H2 Clipper y destaca por combinar resistencia, longevidad (50 años de vida útil) y monitorización continua de la posible fuga de hidrógeno. Gracias a un conjunto de sensores, se controla el nivel de permeación (fugas) en tiempo real y se regula el caudal de nitrógeno que circula entre las dos tuberías.
Uno de los puntos fuertes de este concepto es el ahorro en costes. Llano mostró cifras que comparan la instalación de tuberías de acero con la de este sistema. En un hipotético trazado de 4 pulgadas y 1 kilómetro de recorrido, el coste de la instalación de acero puede alcanzar los 370.000 euros, frente a los 330.000 de la doble tubería. En casos donde exista una infraestructura previa o algún “derecho de paso” ya disponible, los costes pueden reducirse aún más: hasta 247.000 euros si la tubería antigua está deteriorada pero sirve como canal exterior, o 186.000 euros si la tubería existente permanece en buen estado y actúa como segunda barrera de contención.
Aplicación en Huelva
Llano, tras su conferencia, explicó a huelva24 cuál sería la viabilidad de esta tecnología en Huelva, un lugar con un importante polo químico y varios proyectos industriales de hidrógeno verde en marcha. Según sus propias palabras, “es muy interesante porque aquí hay empresas que instalarán potencia eléctrica para hacer producción de hidrógeno verde y van a existir otras empresas del polo químico que quieren o pueden hacer consumo de hidrógeno verde en su estrategia de descarbonización y va a haber necesidad de plantear transporte entre una industria y otra”, escenario ante el cual la propuesta de Clantech cobra mucho sentido.
Llano confirmó que, aunque el sistema está aún en fase piloto, las “propuestas técnico-económicas” ya han suscitado un notable interés. “La parte económica les ha parecido bastante interesante y la propuesta técnica, pues, novedosa”, señala. Con esta demanda industrial real, por lo tanto, la provincia se perfila como un entorno donde la implantación de redes de transporte de hidrógeno eficientes y rentables podría ser clave para el despegue definitivo de esta fuente de energía.
La monitorización continua y la seguridad intrínseca que ofrece un sistema estanco a largo plazo podrían marcar un antes y un después, no sólo en la provincia de Huelva, sino también en otros polos industriales de España y el resto de Europa.
De confirmarse la eficacia de esta tecnología, se abriría la puerta a la expansión de verdaderas “autopistas de hidrógeno” con mínimo impacto medioambiental y gran eficiencia económica. Para Llano, el futuro de los nuevos corredores energéticos pasa por la innovación en ingeniería aplicada y, en ese punto, su compañía se propone liderar una de las soluciones de referencia para el transporte del hidrógeno verde.