La proliferación de gorrillas, un problema que se cronifica en Huelva

La barriada de Nuevo Molino es el punto más conflictivo de la ciudad y los vecinos llevan más de 10 años desesperados: «hay un grupo bastante agresivo»

También están presentes en otras zonas como Pescadería, entre los parques Alonso Sánchez y Esperanza, Isla Chica y el Matadero

«No hay día que no se produzca algún altercado entre los cinco o seis gorrillas que se han apoderado de la zona»

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Gorrillas en la avenida Costa de la Luz H24
Mario Asensio Figueras

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Huelva no es ajena a una situación que se produce en otras muchas ciudades españolas, donde diferentes zonas de aparcamientos están controladas por gorrillas, que ejercen forzosamente servicios no solicitados de aparcamiento y vigilancia. Actúan generando, en algunos casos, inseguridad y de momento no hay medidas efectivas para erradicar una actividad que está prohibida por una ordenanza del Ayuntamiento de la capital onubense.

Dependiendo del barrio o la calle la convivencia puede ser más tranquila o volverse insostenible, como ocurre en el barrio de Nuevo Molino, donde llevan sufriendo desde hace más de una década episodios desagradables. Hay gorrillas y gorrillas. En algunos puntos de la ciudad no se acerca a pedir dinero y sólo extienden la mano para recoger la moneda si se le ofrece. Le conocen los vecinos y el trato por ambas partes es cordial. En otros, hay malos modos, exigencia de dinero, y conflictos si no se satisface el pago o entre varios gorrillas por adueñarse de la propina. En determinados puntos están relacionados con la drogadicción y la delincuencia.

Zonas de Huelva con gorrillas

Hay un grupo de gorrillas en pleno centro de Huelva, en la zona de la antigua estación de tren, que buscan unas monedas cuando acaba la zona ORA, como ocurre también en el antiguo Mercado del Carmen. También hay un par entre los parques de la Esperanza y Alonso Sánchez, y en el Paseo de la Ría y puntos del área portuaria. En Isla Chica se encuentran en los aparcamientos del antiguo estadio Colombino, en la plaza Houston, por Palomeque y el Matadero, especialmente en un gran descampado, además de en otro solar de la avenida Federico Mayo.

En Pescadería era un gran foco de problemas el descampado tras la Casa del Mar, pero el Ayuntamiento limpió y cerró la parcela que era usada como aparcamiento. En ese área se construirá el centro de la Fundación Laberinto, que empieza en breve las obras, y otras dotaciones.

Mientras que en Isla Chica la medida municipal ha sido reforzar la presencia de la Policía Local, que tiene sus limitaciones legales, en otros puntos el desarrollo urbanístico puede suponer una barrera ante esta actividad. Se prevé que el inicio de obras como las del solar del antiguo mercado del Carmen o las de la nueva sede de la Diputación en la antigua estación de Renfe y el Colegio de Ferroviarios deje sin territorio a los gorrillas y dejen de operar allí.

Nuevo Molino, un caso sangrante

En Nuevo Molino hay un proyecto de construcción de un aparcamiento por iniciativa vecinal con el respaldo municipal en el solar más conflictivo, pero mientras se produce ese avance es sin duda en este barrio donde hay más problemas con la actividad de los gorrillas, cuyos vecinos sufren las peores consecuencias de esta situación.

Desde que en 2013 se instalara el Hospital Quirón en la zona, las vías trasversales y descampados situados entre la Avenida Costa de la Luz y la calle Punta Umbría cuentan con gorrillas merodeando. «Mínimo hay 6 o 7», asegura Carmelo Merchán, portavoz de la Asociación de Vecinos Costa de la Luz, que lleva años denunciando lo que ocurre en sus calles sin que se ataje el problema. Se han manifestado, cuelgan en Facebook todas las situaciones que se dan a diario, se han reunido varias veces con el Ayuntamiento, pero nada ha surtido el efecto deseado.

Imagen principal - Manifestación de los vecinos de la Asociación Costa de la Luz, donde se producen peleas entre gorrillas como ésta y actuaciones policiales
Imagen secundaria 1 - Manifestación de los vecinos de la Asociación Costa de la Luz, donde se producen peleas entre gorrillas como ésta y actuaciones policiales
Imagen secundaria 2 - Manifestación de los vecinos de la Asociación Costa de la Luz, donde se producen peleas entre gorrillas como ésta y actuaciones policiales
Manifestación de los vecinos de la Asociación Costa de la Luz, donde se producen peleas entre gorrillas como ésta y actuaciones policiales H24

El trasiego de coches alrededor del hospital ha generado un un ambiente conflictivo y hostil porque «muchos gorrillas se pelean por coger al que entra con el coche», señala Merchán, que también denuncia que «hay un grupo de gorrillas bastante agresivo, especialmente con las mujeres».

«Es un tema de difícil, pero que no se fomentara más de lo que está es el inicio de la solución. Hay que seguir concienciando que con ese dinero que se da a estas personas se están alimentando unas adicciones. No es una labor social, al contrario», indica el portavoz de los vecinos.

«Quienes dan una moneda a los gorrillas no hacen ninguna labor social, sólo ayudan a fomentar adicciones«

Carmelo Merchán

Portavoz Asociación de Vecinos Costa de la Luz

Han impulsado una campaña de conciencia ciudadana para que entiendan que «dar dinero no conlleva a nada». «Quienes dan una moneda a los gorrillas no hacen ninguna labor social, sólo ayudan a fomentar adicciones, porque todo el dinero que cogen estas personas se lo gastan en drogas, como en el punto de venta y fumadero de al lado de la plaza de Toros, que también se lo hemos comentado a las autoridades y no hacen nada. Dicen que están en ello y nos dan largas», lamenta.

También expresa que como la gente no hace uso del párking del hospital y aparca en los alredores, remitieron una carta a la dirección del centro exponiendo la situación y pidiendo que estudiaran la posibilidad de establecer unas tarifas asequibles o que las dos primeras horas fueran gratuitas, que es el tiempo medio para las consultas.

Matizan que al otro lado de la avenida Costa de la Luz, en la calle Diego de Almagro, no existe ese conflicto. «El caos comenzó a raíz de la construcción del hospital y la gran rotación de coches y dinero que vino con él», recalca Merchán.

Esta semana han celebrado una asamblea que contó con la presencia de la concejal de Seguridad, María de los Milagros Rodríguez Sánchez. Desde la Asociación de Vecinos Costa de la luz valoran «la buena voluntad e interés» de los representantes políticos, pero es tanta la carga que llevan que para ellos no es suficiente y exigen más, medidas que sean soluciones reales. Y de momento no las tienen.

«Se aprobó en su tiempo una ordenanza pero no se puede aplicar a personas que no tienen domicilio, trabajo… es difícil acabar con ese tema», indica Merchán sobre lo que le trasladó la concejala de Seguridad, con quien volvieron a conversaciones ya repetidas.

Análisis barrio por barrio tras una nueva moción

En el pleno del pasado miércoles se volvió a tratar el tema de los gorrillas. Vox presentó una moción que salió adelante con el apoyo del equipo de Gobierno Popular y del PSOE, y la abstención del Grupo Mixto 'Por Andalucía'. El pleno se comprometió a analizar barrio por barrio la posible conflictividad provocada por la presencia de gorrillas; aumentar el control y el cumplimiento de lo establecido en la Ordenanza Reguladora del Estacionamiento, Parada, Carga y Descarga y Retirada de Vehículos en la Vía Pública y estudiar su posible actualización; incrementar la presencia de la Policía Local en las zonas más afectadas por esta actividad, con el objetivo de prevenir altercados y actitudes intimidatorias y garantizar la seguridad de los ciudadanos; y finalmente, a implementar programas de inserción laboral y apoyo a las personas que se dedican a esta actividad por encontrarse en situaciones de exclusión social, ofreciéndoles alternativas dignas y legales.

Desde la asociación de vecinos califican de «tomadura de pelo» la última moción referida a este tema porque, como en otras similares con «aprueban cosas a las que después no se le da respuesta y es inviable», señalan con indignación.

¿Qué dice la ordenanza?

En la Ordenanza Reguladora del Estacionamiento, Parada, Carga y Descarga y Retirada de Vehículos en la Vía Pública, reza que «queda prohibido el desarrollo de esta actividad de vigilancia por persona no autorizada expresamente, no estando obligados los usuarios al pago ni retribución alguna del mismo, cuya exacción, si se produce podrá ser denunciada a los miembros de la Policía Local». El primer aviso, según la citada ordenanza, supone la apertura de un expediente sancionador y una multa de 30 euros, y la reincidencia, significa una multa de 91,05 euros. A partir de ahí se marca llevar al gorilla a los tribunales por «infringir el precepto del artículo 634 del vigente Código Penal».

En el último pleno municipal, las posturas más opuestas fueron las expresadas por Vox e Izquierda Unida. Desde el primero, que fue quien presentó la moción, como ha hecho en otras ocasiones en este tema, la edil María López Zambrano, expuso que los gorrillas «al operar de forma no legal fomentan la inseguridad donde actúan, no sólo porque su actividad «carece de control», sino porque «muchas veces vienen acompañados de malos modos, conductas intimidatorias, violentas, lo que provoca altercados».

Agregó que estas personas «en algunos casos», forman parte de «grupos y bandas que se adueñan de los espacios públicos, intimidando a los conductores», que además tienen que «pagar por aparcar el coche en sitios donde están libres». «No es la primera vez que alguien dice le he tenido que que dar un euro porque si no cuando llego me han abierto el coche o roto un cristal. Es conocido por todos», ejemplificó.

La edil consideró que «últimamente» la situación ha empeorado y son más frecuentes los «altercados entre ellos», que pugnan por adueñarse del control de los territorios. La consecuencia es una situación de «inseguridad» para conductores, vecinos, comerciantes y visitantes. «Hemos recibido numerosas quejas», señaló y acabó diciendo que «se iban a tomar medidas pero el problema no se ha solucionado, ha aumentado», pese a que hay una ordenanza que impide esta actividad.

«Se buscan la vida para poder sobrevivir»

Mónica Rossi, portavoz de Izquierda Unida, expuso que la moción de Vox rezuma «miedo a los pobres» y que retrata a algunos vecinos de Huelva «como delincuentes», conformando un «cuento de terror». Recordó que los gorrillas «son personas», entre las que hay un grupo que «sufren adicciones», no tienen ingresos y «se busca la vida para poder sobrevivir».

Ross admitió que «en muchos casos son muy molestos y provocan muchísimos problemas, pero el problema viene por otras cuestiones». Opinó que la Junta Local de Seguridad trata este tema asiduamente, y destacó que tanto la Policía Local como la Nacional, que es la que tiene competencias cuando hay violencia, están «implicadas». Se preguntó «dónde están los aparcamientos del Plan de Movilidad y por qué se construyó el hospital de Nuevo Molino».

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