hostelería

El popular bar Agmanir de Huelva busca nuevo dueño para evitar el cierre

El responsable del conocido establecimiento del centro se jubila en primavera y ofrece el traspaso del negocio, pero admite que el precio del alquiler del local ha desmotivado a los primeros interesados

Diez bares en el centro de Huelva donde tapear por menos de 20 euros

Fachada del conocido bar de Huelva, situado en la calle Berdigón H24
Silvia Tubio

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El bar Agmanir es toda una institución en la hostelería onubense porque lleva más de 60 años subiendo la baraja desde la céntrica calle Berdigón. Lugar imprescindible para parroquianos, pero también para los turistas que a través de las redes sociales han descubierto que existe un establecimiento que ofrece buenas tapas a un precio asequible. El año pasado, la Guía Repsol incluía el Agmanir entre sus recomendaciones para el verano 2024, otorgándole uno de sus soletes. Una trayectoria ejemplar para un bar de los calificados «de toda la vida» que puede tener un punto final en los próximos meses.

El actual responsable del negocio, Rafael Núñez, explica a Huelva24 que en abril se jubila, pero que en principio el establecimiento seguirá abierto hasta final de año, coincidiendo con la duración del contrato de alquiler del local. Esta situación ya ha sido comunicada a los trabajadores, a los que incluso les ha ofrecido que sean ellos los que tomen las riendas del reputado negocio para que no cierre. Pero no ha conseguido, por ahora, un relevo. Rafael asumió la dirección del negocio en 2007 y después de haber pasado varias décadas trabajando con uno de sus fundadores.

El hostelero ofrece el traspaso de un bar que tiene algo tan valioso como una marca propia y reconocible dentro y fuera de la capital onubense. Asegura a este periódico que ya ha habido varios interesados que han preguntado por esta operación al enterarse que se jubila, pero en todos los casos hay una circunstancia que los ha desmotivado: el precio del alquiler del local que está en 6.000 euros. Un elevado coste que a pesar de todo, como admite el hostelero, no ha sido óbice para que haya podido mantener su empresa y su plantilla. Y es que en su caso, cuelga el mandil por razones de edad y esto puede desembocar en el cierre de un bar que abrió en 1963 y que es todo un referente del buen tapeo.

A pesar de que la fecha definitiva se aproxima, el hostelero confía que el Agmadir consiga un nuevo dueño que alargue la vida de este establemiento que forma parte de ese reducido y selecto número de bares capitalinos que ya han cumplido más de medio siglo de vida como los Cuartelillos, Paco Moreno o Café Central.

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