demografía

¿De qué nacionalidad son la mayoría de los extranjeros que viven en Huelva?

Huelva ha experimentado un notable aumento de la inmigración vinculada a la demanda laboral procedente del campo

El Magreb y Europa del Este son, destacadas sobre el resto, las regiones de procedencia de los extranjeros que residen en la capital onubense

La Comisión de los Flujos Migratorios cifra en 14.000 el número de personas que acudirá a trabajar en la campaña agrícola de Huelva

Trabajadores de Guatemala y Colombia se incorporan por primera vez al contingente para la recogida de la fresa en Huelva

Ajetreo diario en la calle Concepción H.Corpa

huelva24

La provincia de Huelva ha experimentado en las últimas décadas un notable aumento en la inmigración de origen, siendo un fenómeno que no solo impacta en las áreas rurales con explotaciones agrícolas, sino también en la capital. Este crecimiento demográfico está estrechamente vinculado a la creciente demanda de mano de obra en uno de los sectores clave de la economía onubense.

Trabajadores de distintas nacionalidades y continentes han pasado a formar parte de la sociedad de Huelva, aportando una mayor riqueza cultural a la provincia, pero también planteando importantes desafíos en términos de integración y prestación de servicios sociales.

Un aspecto notable de estas nuevas comunidades extranjeras es el desequilibrio de género presente en ciertas nacionalidades. Por ejemplo, la marcada diferencia entre varones y mujeres en grupos como Senegal y Mali refleja la dinámica específica de esta migración vinculada al empleo en los campos de frutos rojos y cítricos, principalmente.

Aunque la inmigración inicialmente se concentró en áreas rurales, su impacto se ha extendido a la capital, un polo de atracción para el colectivo extranjero demandante de los mayores servicios, educación y atención médica que ofrece la ciudad.

Respecto a sus orígenes, a continuación incluimos las 25 nacionalidades con mayor presencia en Huelva, excluyendo a España, junto con las cifras correspondientes, recogidas en el último padrón municipal:

Rumanía: 638 varones, 932 mujeres (Total: 1,570)

Marruecos: 708 varones, 614 mujeres (Total: 1,322)

Colombia: 248 varones, 327 mujeres (Total: 575)

Ucrania: 211 varones, 259 mujeres (Total: 470)

Venezuela: 165 varones, 230 mujeres (Total: 395)

China: 167 varones, 177 mujeres (Total: 344)

Portugal: 193 varones, 123 mujeres (Total: 316)

Senegal: 242 varones, 55 mujeres (Total: 297)

Brasil: 97 varones, 175 mujeres (Total: 272)

Polonia: 39 varones, 172 mujeres (Total: 211)

Nigeria: 68 varones, 71 mujeres (Total: 139)

Nicaragua: 26 varones, 80 mujeres (Total: 106)

Mali: 100 varones, 5 mujeres (Total: 105)

Bulgaria: 45 varones, 56 mujeres (Total: 101)

Bolivia: 38 varones, 48 mujeres (Total: 86)

República Dominicana: 36 varones, 46 mujeres (Total: 82)

Cuba: 32 varones, 45 mujeres (Total: 77)

Perú: 39 varones, 38 mujeres (Total: 77)

Argelia: 43 varones, 32 mujeres (Total: 75)

Reino Unido: 26 varones, 43 mujeres (Total: 69)

Ecuador: 39 varones, 28 mujeres (Total: 67)

Argentina: 23 varones, 36 mujeres (Total: 59)

Alemania: 20 varones, 36 mujeres (Total: 56)

Pakistán: 36 varones, 13 mujeres (Total: 49)

Francia: 23 varones, 25 mujeres (Total: 48)

De estas cifras cabe destacar las nacionalidades con mayor desequilibrio numérico entre varones y mujeres, encontrándonos casos extremos como el de Mali, con 100 varones y solo 5 mujeres, o el de Senegal, con 242 hombres y 55 mujeres.

Es más frecuente el caso contrario, el de la predominancia del sexo femenino sobre el masculino, pudiéndose observar patrones más marcados. Así, por regla general, la inmigración procedente de Iberoamérica es predominantemente femenina y numerosa en la capital (el tercer y quinto mayor contingente es el de Colombia y Venezuela) y está vinculado en una buena parte al sector del trabajo doméstico y de los cuidados. También se observa, aunque en menor medida, en determinadas nacionalidades procedentes de Europa Central, como Ucrania, Bulgaria o Polonia. No en vano de este último país hay una importante comunidad, en su origen mayormente femenina, repartida por muchos municipios freseros, que llegaron hace incluso dos o tres décadas, para trabajar en los campos de fresa y que en la actualidad se encuentran plenamente integradas en la sociedad local.

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