segunda jornada
Los jóvenes a caballo toman el protagonismo en la Feria de Otoño onubense
La exhibición de las escuelas hípicas de Huelva protagonizaron la programación de tarde en el recinto ferial de una Feria de Otoño que llega a su ecuador
Al anochecer las casetas del recinto se convirtieron en el epicentro festivo de la capital
Huelva inaugura su Feria de Otoño con «el apoyo y el calor de la ciudad y los onubenses»
Llegó el fin de semana a la Feria de Otoño. Tras la inauguración oficial en la jornada del jueves y su noche previa del choquito frito, la animación en el recinto ferial del Parque Alcalde Juan Ceada se multiplica y las actividades ecuestres comienzan a tomar el protagonismo de las tardes de la feria.
Organizado por la Asociación Huelva Ecuestre, la pista de exhibiciones anexa al núcleo de casetas acogió en la tarde del viernes la Exhibición de las Escuelas Hípicas de Huelva. Un evento en el que los más pequeños demostraron toda la maestría aprendida durante el año a lomos de un equino. Fueron partícipes la Asociación del Caballo de Mazagón de Huelva, el Centro Hípico Mariano Orta de Niebla, la iniciación Hípica Nono Ortíz de San Juan del Puerto, la Escuela Hípica Antonio Real de Lepe, pueblo al que está dedicado este año la feria, y el Club Hípico La Doma de Bonares.
Junto a la exhibición de las escuelas, los caballos también tomaron el protagonismo por el recinto, mezclándose entre los numerosos onubenses que llenaron las calles con nombre de los más conocidos cantaores onubenses que conforman el recinto. Las más de cuarenta casetas que este año dan forma a la feria comenzaban a ganar en animación a medida que avanzaba la tarde, una animación que no decaerá ya en todo el fin de semana hasta que el próximo domingo se clausure esta Feria de Otoño.
Un otoño que, tras mucho pensárselo, por fin llegó a la ciudad de Huelva en forma de lluvia. Unas leves gotas que anticiparon los chubascos de la noche y propiciaron que aparecieran por el antiguo Parque Zafra los primeros paraguas, pero que no han sido óbice para que la animación en la feria siguiera creciendo. Una animación a base de sevillanas y rumbas que ponían el hilo musical a la feria, haciendo bailar a todos los que por allí pasan, tanto los socios de las distintas casetas privadas como los onubenses sin caseta que acudían a la municipal.