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Jesús Monteagudo: «He viajado mucho por España y América y pocas veces he encontrado un territorio como Huelva»

El catedrático de Geografía señala que «Huelva es una provincia apasionante y excepcional», con una «rica variedad física y humana»

Siempre tuvo fama de profesor duro y enérgico, pero también de ser un hombre brillante y sabio

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Jesús Monteagudo H24
Bernardo Romero

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Jesús Monteagudo López-Menchero (Daimiel, Ciudad Real, 1953) llega a Huelva en 1977 tras terminar en Sevilla estudios de Filosofía y Letras en la que fue última promoción con esa denominación. Luego se doctorará en Geografía y a continuación, armado con ese bagaje y sin terminar aún las entonces inevitables milicias universitarias, larga amarras en La Rábida un joven manchego, con el encargo de hacerse responsable de las asignaturas de Geografía en el Colegio Universitario de La Rábida, embrión de lo que con el paso de los años sería Universidad de Huelva y donde obtendrá la Cátedra de Geografía Humana a mediados de los años noventa. Investigador de renombre internacional en el campo de la demografía y ponente en distintas comisiones que estudian el proceso de cambio climático, Monteagudo siempre tuvo en Huelva fama de profesor duro y enérgico, pero también de ser un hombre brillante y sabio. En las distancias cortas, y puedo dar fe, es una persona con un fino y agudo sentido del humor.

- Acabas de jubilarse y no sé hasta qué punto has sido consciente de que entre el alumnado ha tenido fama de ser lo que vulgarmente se conoce como un hueso.

- Soy consciente de que, lamentablemente, esa fama es cierta. No pretendo justificarme, pero posiblemente derive de una serie de circunstancias que hicieron que terminase siendo exigente. Mi primer profesor de Geografía, con 10 años, en primero del entonces llamado bachillerato elemental, un catedrático veterano, republicano y represaliado, nos decía que sólo hay dos opciones: o se sabe o no se sabe una cosa, en general no hay intermedios, saber a medias es no saber y a la vez nos decía que no hay algo más fácil o más difícil, se trata simplemente de que en unas cosas nos hemos esforzado más y nos las sabemos y en otras menos y no nos las sabemos. Por otra parte, mi padre era una persona muy exigente y me contagió ese carácter y, siempre, desde aquel primero de bachillerato hasta el final de la licenciatura, fui becario del Estado, en un tiempo en el que había que tener en junio como mínimo siete de nota media y ningún suspenso. Reconozco que ese conjunto de cosas seguramente pesó en mi vida profesional, porque también fui exigente conmigo mismo. Que aprendiesen bien mis alumnos fue siempre para mí una prioridad. Además, presidían mis decisiones dos ideas fundamentales. Una, que mis alumnos fueran personas competentes en la materia que yo les enseñaba.

«Me duele que la imagen que mis alumnos tengan de mí sea la de un hueso, sinónimo de duro»

Eso no se consigue sabiendo a medias. Dos, si un/a alumno/a se esforzaba y superaba el nivel establecido, aprobaba con una determinada calificación. Si otro/a alumno/a, por lo que fuese, no superaba ese nivel no podía aprobar porque, además de no saber la materia, si aprobase sin haberlo alcanzado estaría cometiendo una injusticia con el/la anterior. No obstante, Bernardo, estoy seguro de que en 47 cursos, muchas asignaturas y miles de alumnos habré cometido muchos errores, por los que siempre pediré disculpas. Por supuesto, me duele que la imagen que mis alumnos tengan de mí sea la de un hueso, sinónimo de duro.

- Hay dos razones por las que acabé en Sevilla estudiando Geografía, una por haber tenido la suerte de tener como profesor a Jesús Monteagudo, y otra por el profundo conocimiento que tiene este joven, a pesar de la edad, catedrático de Geografía. En su brillante currículo aparecen estudios demográficos, de ordenación del territorio, medio ambiente… pero lo que más puede interesar a los lectores de Huelva24 es la der ser uno de los mayores conocedores de la realidad geográfica, humana y física, de una provincia que conoce como la palma de su mano. En tu extensa obra late además de sobrados conocimientos, una intensa pasión por la que es desde hace mucho tu provincia.

- Huelva es una provincia apasionante y excepcional y para un geógrafo, como sabes bien, es un laboratorio extraordinario. He viajado mucho, por España, por Europa, por América y pocas veces he encontrado un territorio como el que ocupa la provincia de Huelva, dotada de una variedad física y humana tan rica como la nuestra. Tanto por curiosidad, como por investigación y por docencia, he recorrido la provincia de Huelva de Sur a Norte y de Este a Oeste centenares de veces y cada vez descubro algo nuevo y me asombro con tanta grandeza, de naturaleza y de gentes. A mis alumnos (de Geografía, de Medio Ambiente, de Turismo, del Aula de la Experiencia, de Másteres, de Doctorados, de cursos...) les digo que para amar, identificarse y luchar por un territorio hay que conocerlo a fondo, y viceversa, cuanto más se conoce un territorio mayores son las ganas y las fuerzas para defenderlo, identificarse y sentirse orgulloso de él.

«A mis alumnos les digo que para amar, identificarse y luchar por un territorio hay que conocerlo a fondo, y viceversa, cuanto más se conoce un territorio mayores son las ganas y las fuerzas para defenderlo»

Es tal la variedad y riqueza patrimonial y geohistórica de Huelva, en sus paisajes emocionales, su medio físico, su historia, antropología, etnografía, sociología, demografía, economía, hábitat...que nunca se termina de conocer bastante, por mucho que se recorra, se investigue y se enseñe. En este sentido me siento muy socrático, cuando más conozco la provincia de Huelva más sé lo mucho que me falta por conocer.

Impartiendo clases en la Universidad de Cuzco H24

-Tu tesis doctoral, defendida con sobresaliente cum laude y premio extraordinario de doctorado en la Universidad de Sevilla, fue sobre 'El impacto del Polo Industrial de Huelva en su área periurbana'. Soy consciente de que para conocer su opinión al respecto de la consecuencia que tuvo en Huelva este hecho de tanta trascendencia, lo mejor es acercarse a la lectura de Comarcalización y organización del territorio en la provincia de Huelva, publicada en 1986, o El entorno agroindustrial de Huelva. Una perspectiva geodemográfica publicada al año siguiente, ¿nos podría hacer una sucinta valoración de los resultados de la implantación del Polo cuarenta años después de esas dos publicaciones?

-Este año 2024 que termina se han cumplido 60 años de la implantación del Polo Industrial de Huelva como Polo de Promoción (primer plan, 1964-67), antes de transformarse en Polo de Desarrollo (segundo plan, 1968-75). Dentro del contexto de la Planificación del Desarrollo, el de Huelva fue por excelencia el Polo de Industria Química y Petroquímica de España. Al finalizar la Planificación del Desarrollo (tercer plan, 1972-75), el cambio de estrategia industrial en España y la degradación medioambiental producida en Huelva por los fuertes impactos industriales hicieron que surgiesen como alternativas a la química onubense especialmente Tarragona y El Campo de Gibraltar. Huelva comenzó a perder protagonismo como el Polo químico-petroquímico por excelencia de España y hoy su peso en la industria química española, siendo importante, no es único como lo fue durante los primeros diez años.

-En el balance de estos 60 años aparecen siempre aspectos positivos y negativos. Sería muy extenso desarrollarlos todos. Destaquemos algunos.

-En el lado negativo está siempre el impacto medioambiental. Desde que se implantó el Polo, en 1964, hasta que finalizó como tal, en 1975, no existían leyes ambientales o eran muy laxas y además no se cumplían. El modelo bajo el que se implantó fue el de concentración masiva de industria en un punto concreto, en una superficie reducida. Los daños ambientales en los ríos Odiel y Tinto, en la ría de Huelva y en sus marismas fueron muy elevados.

«Algún reputado ingeniero decía que las empresas podían verter lo que considerasen oportuno porque los ríos Tinto y Odiel estaban desde las minas tan contaminados que apenas se notaría»

Incluso hubo algún reputado ingeniero en el origen que decía en el Diario Odiel que las empresas podían verter lo que considerasen oportuno porque los ríos Tinto y Odiel estaban desde las minas tan contaminados que apenas se notaría. Las empresas le tomaron la palabra. Las emisiones líquidas (ácido sulfúrico sobre todo...), sólidas (escorias de pirita y fosfoyesos...) y gaseosas (SOx, NOx...), humos de todos los colores, dejaron en Huelva una huella casi indeleble. Los daños se extendieron a las aguas, las costas, la fauna, la vegetación, el ecosistema, el hábitat y la población urbana.

«En 2024 Huelva tiene los estándares ambientales permitidos a cualquier industria de la UE, aunque no deja de ser un factor preocupante la concentración industrial»

La situación cambió con el ingreso de España en la CEE (hoy UE) el 1 de enero de 1986. Desde 1988 hasta 1990 se desarrolló un Plan de Corrección de Vertidos entre empresas (AIQB) y Administración (AMA Junta de Andalucía), obligado por la CEE, que supuso un cambio radical, para mejor, en el impacto ambiental del entorno industrial de Huelva. En 2024 Huelva tiene los estándares ambientales permitidos a cualquier industria de la UE, aunque no deja de ser un factor preocupante la concentración industrial.

Jesús Monteagudo, caminante en Cartagena de Indias H24

-La industria química ha pasado por momentos que se podrían definir como poco de complejos.

-Fueron negativas las grandes crisis industriales de 1973 y 2008, con un fuerte impacto tanto en la producción como en el empleo/desempleo, e importantes los cambios coyunturales consecuencia de su carácter multinacional (caso Grupo KIO-Javier de la Rosa; crisis de la minería en los años 80; cambio de Rio Tinto Patiño a Atlantic Copper; de Rio-Gulf al grupo Elf y CEPSA (Moeve) en la Refinería, Ertisa...; de Tioxide a Venator...). Algunos de estos cambios supusieron graves crisis y otros, por el contrario, han significado crecimiento y consolidación en la actualidad.

-Es curioso el déficit de infraestructuras viarias teniendo Huelva un complejo industrial clave para la economía española.

-No querría extenderme demasiado, pero esto es de suma importancia, y no puedo dejar de mencionar en el lado negativo tres aspectos claves. Primero, el aislamiento y la desconexión para el acceso a Huelva, por carretera y ferrocarril. A pesar de tener la primera autopista española sin peaje, la A-49 Huelva-Sevilla, para dar salida directa a los transportes de mercancías peligrosas, sin embargo, Huelva está desconectada tanto de la autovía del Mediterráneo, A-7 (Algeciras-Barcelona), como de la Vía de la Plata, A-66 Sevilla-Gijón. Nunca se realizó una autovía por el Norte de los Parques Nacional y Natural de Doñana, que la conectase por el municipio de Almonte con Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, Algeciras y la A-7, ni se transformó en autovía la N-435, Huelva-Badajoz, carretera indigna, donde las haya, de una provincia portuaria como Huelva, con esta industria básica y con un vertedero como el de Nerva, que la conectase a la A-66 por Santa Olalla del Cala. El ferrocarril sigue siendo, igualmente, impropio de una provincia que está de la de Madrid casi a la misma distancia que de esta a Gerona. A pesar de que la Alta Velocidad Española llegó a Sevilla en 1992, han transcurrido 32 años sin que se adecúe el tramo para la alta velocidad Huelva-Sevilla —con la facilidad geomorfológica de una llanura arcillosa de 100 Km. en la Depresión del Guadalquivir— mientras que se hizo sobre la marcha el tramo Barcelona-Gerona —con la dificultad geomorfológica de las Cordilleras Costero-Catalanas—, por poner un ejemplo comparativo. En segundo lugar, pese a la facilidad portuaria de Huelva, siendo su puerto uno de los aspectos más positivos del Polo por su importancia en la red de Puertos del Estado, nunca pasó a considerarse referencia de la industria de transformación en España.

«Huelva fue y sigue siendo un punto de industria básica pesada, sin que haya continuado la cadena de transformación, con lo que ello hubiera significado en empleo y riqueza»

Huelva fue y sigue siendo un punto de industria básica pesada, sin que haya continuado la cadena de transformación, con lo que ello hubiera significado en empleo y riqueza, que tiene además mucho menos impacto ambiental que la pesada. Me refiero a que en Huelva se produce ácido sulfúrico, pero no hay una industria de baterías, por ejemplo. Se han producido millones de toneladas de pasta de celulosa, pero no ha habido una industria de papel. Se producen millones de toneladas de ánodos y cátodos de cobre, pero no hay industrias de placas, hilos, chips... de cobre, etc. Sólo tenemos las ramas más impactantes de la industria, sin que continúe la cadena de transformación aquí, la que generaría más plusvalías, más empleo y menos impacto ambiental. Finalmente, pese a que la filosofía de los Polos era desarrollar el espacio puntual de ubicación de las fábricas y el entorno ábricas y el entorno ábricas y el entorno que los rodeaba, sin embargo, se comportaron como cánceres que vaciaban sus territorios colindantes. Desde los años sesenta del siglo XX hasta este primer cuarto del siglo XXI, tanto la Sierra como el Andévalo no han hecho otra cosas que vaciarse, sobre todo al inicio del Polo y tras la crisis minera del final del siglo XX. Gran parte del norte y centro de la provincia de Huelva pertenecen a la llamada España vacía.

-¿Y en cuanto a impactos positivos?

-Los aspectos positivos son igualmente muy importantes. El Polo situó a Huelva como uno de los siete puntos clave del desarrollo industrial de España en la década de 1960. Incluso, como explicaba Richardson, de los siete primeros Polos, Huelva recibió el 75% de la inversión pública en todos ellos. Los otros seis se repartieron el 25%. Esto dio lugar a una estructura muy potente de infraestructuras y equipamientos, simbolizada en el puerto, uno de los más importantes de la red de Puertos del Estado, como ya he dicho, y el más importante de España en movimiento de graneles; en la autopista A-49, primera sin peaje en España, como también se ha dicho; y en los embalses que hoy se reparten por doquier en toda la provincia, sobre todo en el Andévalo y la Sierra, y hacen de Huelva una de las provincias con más reservas de agua de Andalucía.

En las afueras de Cuzco H24

-Todo esto lleva aparejado un fuerte impacto demográfico.

-Huelva-capital casi duplicó su población desde los años sesenta hasta el final del siglo XX, próxima a los 145.000 habitantes. La ciudad pasó de ser una ciudad oscura, sucia y de un urbanismo disparatado e irracional, de aluvión, a una ciudad moderna que va cosiendo sus barrios y articulando, rehabilitando y modernizando su espacio urbano.

«El área periurbana de Huelva y toda la Costa no han dejado de crecer demográfica y económicamente como consecuencia de la recepción de inmigrantes»

El área periurbana de Huelva y toda la Costa no han dejado de crecer demográfica y económicamente como consecuencia de la recepción de inmigrantes. Al comienzo del período, inmigración nacional, sobre todo onubenses provinciales, andaluces y nómadas empresariales procedentes de otras sedes industriales de España e incluso retornados del extranjero. Desde inicios del siglo XXI inmigrantes extranjeros por la agricultura intensiva y el turismo. Huelva ya fue una provincia de inmigración hacia el Polo desde 1964, antes de que se iniciase la inmigración masiva hacia España al inicio del siglo XXI. La industria del Polo llegó a tener más de 5.000 empleos directos, más el doble de inducidos e indirectos, de forma que vivían de la industria del Polo unos 60.000 habitantes, entre obreros, empleados y familiares. En la actualidad ese peso ha bajado mucho porque ha disminuido el empleo y se han abierto otras muchas oportunidades en los servicios, la agricultura intensiva, la ganadería y el turismo.

-Sobre estas dos cuestiones, el turismo en el sector Servicios y ganadería más agricultura intensiva en el Primario, me gustaría conocer su punto de vista.

-La actual agricultura intensiva de frutos rojos tiene su origen en el Polo. Comenzó siendo una agricultura a tiempo parcial, apoyada en los turnos libres y en las familias de los obreros del Polo, que conseguían créditos bancarios para los inputs agrarios gracias a su puesto de trabajo fijo en la industria. La propia industria supuso la asunción de una mentalidad de agricultura industrializada y tecnificada, muy productiva y lucrativa, que no había existido antes en Huelva y el elevado precio del suelo agrícola, por su escasez, obligó a conseguir de él la alta productividad que representan los frutos rojos y los cítricos.

«Gran parte de la superficie que habían colonizado los eucaliptos fue sustituida en la Costa y el Condado por frutos rojos y cítricos»

Gran parte de la superficie que habían colonizado los eucaliptos fue sustituida en la Costa y el Condado por frutos rojos y cítricos, con el beneficio ambiental de eliminar eucaliptos, pero con el perjuicio del aumento insaciable e infinito de necesidad de agua para el riego en el siglo XXI. Finalmente, hay un rasgo que caracteriza profundamente al litoral onubense. Se trata de la segunda residencia. Durante mucho tiempo, Huelva, más que turismo —para el que no ofrecía buenas oportunidades por la mala comunicación, la falta de infraestructura y equipamiento y el exceso de contaminación— tuvo segundas residencias de los habitantes de la ciudad, su área periurbana y su provincia. Las empresas del Polo ofrecían vivienda gratuita a sus empleados —Compañía de Rio Tinto, Empresa Nacional de Celulosas...— y estos utilizaban sus ahorros no en la vivienda principal, que ya la tenían, sino en una secundaria en Punta Umbría, Mazagón, Matalascañas, La Antilla, Isla Cristina —hoy Islantilla— o Ayamonte. De ahí el inicio del desarrollo urbanístico de la Costa de Huelva en los años sesenta del siglo XX. Actualmente el turismo, conseguida ya hace tiempo la normalización ambiental del Polo, predomina y crece en toda la Costa onubense. Todo esto, que puede considerarse positivo y que tiene sus raíces en el Polo de Huelva, se está tornando ambientalmente muy problemático por el alto impacto sobre los llamados factores limitantes: suelo, agua, energía y residuos, tanto más cuanto más se interrelacionan con el cambio climático y sus efectos.

Monteagudo, en el Macchu Pichu H24

-Otro hito en su larga carrera como investigador, y de gran trascendencia para la provincia, fue su trabajo 'Origen', situación actual y proyección de los centros universitarios de Huelva, convertido también por usted en Memoria para la creación de la Universidad de Huelva luego utilizado como modelo para la creación de las universidades de Huelva, Jaén y Almería, donde demostraba la potencialidad de Huelva para tener su propia universidad, proyecto que le encargó una comisión formada por la Universidad Hispalense, la Junta de Andalucía y los Centros de Huelva. Es evidente que su valoración será absolutamente positiva, toda vez que ocupó varios vicerrectorados y otros cargos en la citada institución docente, pero también tiene sobrada experiencia como docente en distintos países latinoamericanos y europeos, ¿qué diferencias observa en la universidad, en general, entre la de sus años de estudiante, y la de ahora?

-Las diferencias son muy importantes. Lo único común es el espíritu universitario, de formación, análisis crítico, libertad y universalidad. Comencé la Licenciatura en 1972 en la dictadura de Franco y terminé en 1977 votando en las primeras Elecciones Generales de la democracia. La Universidad en España era pública y autoritaria, apenas había Universidades privadas —Navarra, Deusto...— y pocas públicas. Hasta avanzado 1976 eran constantes las asambleas de estudiantes, las huelgas, el cierre de las Facultades y la entrada de los grises en la Universidad. Los estudios eran superiores (5 o 6 cursos) —Licenciaturas, Ingenierías y Arquitectura— y medios (3 cursos) —Diplomaturas, Magisterio e Ingenierías Técnicas— apenas había posgrados y pocos seguíamos los cursos de doctorado y realizábamos la tesis doctoral. Tecnológicamente lo más relevante era que no había ordenadores, todo era analógico, los recursos del aula eran la pizarra, las transparencias, las diapositivas y los mapas murales. Las asignaturas, seis o siete por curso, eran obligatorias, anuales y los contenidos mayoritariamente memorísticos en Humanidades y Ciencias Sociales. Los estudiantes nos formábamos con apuntes de clase, libros —manuales y monografías— y salidas de campo. Nos peleábamos por los libros, había pocos para todos, en la Biblioteca o en el Departamento y había que comprarlos. Hoy la Universidad es una institución democrática, el número de Universidades privadas se ha multiplicado hasta alcanzar a las públicas y la formación universitaria se estructura en tres grupos: Grado (4 cursos), Máster (1 o 2 cursos) y Doctorado. Los dos primeros se han generalizado y el Doctorado es mucho más frecuente y más ligero que cuando yo lo hice.

«Para leer un libro hay que obligarlos y aún así hay que tener cuidado de que el comentario no lo hayan plagiado de Internet o lo hayan elaborado con IA»

Las asignaturas son mayoritariamente cuatrimestrales y hay muchas optativas, por tanto cada curso tiene el doble que antes y nunca se llega a profundizar en un tema general determinado. Los contenidos memorísticos han dado paso al razonamiento y la búsqueda de causas y consecuencias de los hechos. La informática y los recursos electrónicos han sustituido a los analógicos. Los estudiantes apenas leen libros, ni manuales, ni monografías y utilizan masivamente los materiales que se les suben a las plataformas, como Moodle. Para leer un libro hay que obligarlos y aún así hay que tener cuidado de que el comentario no lo hayan plagiado de Internet o lo hayan elaborado con IA. Los estudiantes, en general, manejan la lengua, el vocabulario y los conceptos mucho peor y más pobremente que en mi generación. Mi opinión es que hay más graduados, pero menos formados. El Máster más que un complemento de formación ha sido la coartada para la privatización de las enseñanzas universitarias, propiciada por el propio Estado y las CC.AA.

-Si tuviéramos que hacer relación de sus cursos, ponencias, organización de congresos, participación en comisiones internacionales y otras actividades académicas, el listado sería realmente interminable. ¿Hasta qué punto el resultado de tanta investigación llega, o si llegara, de qué forma y manera a una clase política tan ocupada en otros asuntos tan inexcusables como su propia supervivencia?

-Una parte importante de la investigación no llega ni a los políticos, ni al público en general. En el caso de ciencias experimentales o ciencias de la salud, les llegan los avances. En España se valora el dónde se publica y el cuanto más títulos mejor. Hay que publicar y publicar artículos en revistas de alto impacto. Hoy, Humboldt o Joaquín Gonzalo Tarín (1), por poner un ejemplo universal y otro de Huelva, de sabios que publicaron todo su conocimiento en un gran libro, eterno, no tendrían ni un sexenio de investigación, no serían nadie. En otros países, como Francia, se valora el contenido de lo publicado tanto como la revista o la editorial donde se haya publicado. Aquí los evaluadores de la ANECA no leen lo que se evalúa. Cada vez es más frecuente que las revistas científicas de alto impacto cobren por publicar y lo publicado sólo les llega a todos si se divulga en lo que se conoce como transferencia del conocimiento. Si no se hace divulgación, en editoriales dedicadas a ello o en medios de comunicación, el resultado de la investigación no llega al público general. Los políticos, a menudo, no atienden a los conocimientos publicados, aunque los conozcan, por el criterio extendido de que eso «no es vinculante». No es raro oír, cuando ocurre un desastre, que «ya se había publicado que eso podría ocurrir y cuáles habrían sido las medidas a tomar», por ejemplo, pero o no se había leído o no se había hecho caso.

A la derecha, Monteagudo con un grupo de trabajo internacional en la Universidad Estatal Paulista de Brasil H24

-Además de premios y reconocimientos en el ámbito puramente académico, has sido llamado para trabajar en entidades ocupadas en la conservación del medio ambiente, y especialmente en algo tan preocupante como el cambio climático, ¿es para estar muy preocupado o directamente para tirar la toalla?

-En este sentido, he pertenecido al Consejo Andaluz de Medio Ambiente, al Patronato de Marismas del Odiel y he participado en la realización de la Agenda 21 de varios territorios, Andalucía, Aljaraque, ciudades latinoamericanas... Lamentablemente son documentos «no vinculantes». Algunos acabaron metidos en un cajón. La situación es muy preocupante, cada vez más. A mis alumnos les contaba el caso de la ranita. Si echamos una ranita en un recipiente con agua hirviendo la rana, con la fuerza de sus ancas traseras, saltará y se salvará. Si echamos la ranita en un recipiente con agua fría y lo ponemos al fuego, la ranita acabará cocida, cuando se dé cuenta será tarde. La humanidad es como la segunda ranita, pero como somos inteligentes nunca podemos tirar la toalla, siempre podemos apagar el fuego, aunque sea al límite antes de cocernos.

«Lo que me preocupa es que muchos no saben que el fuego está encendido, tienen cada vez más calor, pero no saben por qué»

Lo que me preocupa es que muchos no saben que el fuego está encendido, tienen cada vez más calor, pero no saben por qué, por mucho que se les anuncie el peligro una y otra vez, y otros niegan que esté encendido y ni unos ni otros hacen nada. Ni relacionan todas estas señales —sequía pertinaz cada vez más frecuente, lluvias torrenciales, también cada vez más frecuentes y más torrenciales, vendavales, tormentas...— con el cambio climático, ni reconocen su papel, el de cada uno de nosotros, de nuestras sociedades y de la humanidad entera en este cambio global, no sólo climático.

-Otro aspecto que pocos conocen de ti, en el campo de la demografía, es el relativo a tus interesantes estudios sobre migración. Háblenos de la que vive en la actualidad en nuestro país. Datos muy recientes, de hace unos días, delatan que la migración está salvando el crecimiento natural de la población española, gracias a los nacimientos de hijos con padres extranjeros. ¿Qué opinión le merecen aseveraciones tan a la ligera como las que se escuchan sobre inmigración desde algunos movimientos populistas europeos?

-Las migraciones, Bernardo, como sabes muy bien, están en la base de la humanidad. Somos humanos en tanto que somos migrantes. Desde un rincón de África hemos poblado toda la Tierra. En 2024, con 8.200 millones de habitantes en la Tierra, desigualmente repartidos y con mucha pobreza, mucha guerra, mucho fanatismo, mucha crueldad, mucha hambre, mucha desesperación y mucho desastre natural y humano, la población es como una olla a presión, si no dejas salir el vapor explota.

«La población es como una olla a presión, si no dejas salir el vapor explota»

Las migraciones son el vapor de esta humanidad más que ocho-mil-millonaria. Junto con el cambio climático, las migraciones son el otro gran problema humano, incluso de procesos más rápidos y más visibles. La orilla norte del Mediterráneo es la pantalla visible de la opulencia para la orilla sur africana. España está a menos de 15 Km o incluso pegada a esa orilla sur. Estamos en la era de Internet y de las telecomunicaciones donde todo el mundo sabe cómo vive, cómo muere, cómo disfruta o cómo sufre todo el mundo. De los 195 países de la ONU, los 13 subdesarrollados y emergentes que cuentan con más de 100 millones de habitantes suman 4.800 millones. La mayor parte de esa más que mitad de la humanidad es una población a presión que busca vivir como la mitad que mejor vive. Y ahí empieza el vapor, ahí comienza el movimiento. No podemos olvidar que la población es la variable más dinámica de cualquier economía y de cualquier territorio. En 2000 codirigí un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander sobre Desnatalidad, Envejecimiento e Inmigración en España y años después publiqué en Zaragoza un trabajo sobre 'El descenso de la fecundidad en España y sus consecuencias territoriales'. En ambas ocasiones se reflejaba el modelo de la población española y su situación demográfica al inicio del siglo XXI. En 1998 llegamos a tener un Índice Global de Fecundidad de 1,1 hijos por mujer, el más bajo del mundo. Para garantizar la reposición generacional se necesitan 2,1 hijos por mujer. Estábamos en la mitad. Con la llegada masiva de inmigrantes y la mejora de la economía al inicio del siglo XXI creció la natalidad, tanto porque las mujeres extranjeras tenían la pauta de comportamiento de sus países de origen, con una alta fecundidad, cuanto porque querían enraizar en España teniendo hijos aquí y porque las mujeres españolas también se animaron a procrear ante la buena coyuntura económica. Sin embargo, todo eso terminó con la crisis de 2008 y el retorno a sus países de muchos inmigrantes extranjeros. De nuevo se ha vuelto a reactivar hacia 2015 y, una vez más, la crisis de la pandemia del Covid-19, la guerra de Rusia contra Ucrania, y la consiguiente inflación y crisis económica ha hecho descender la fecundad en España hasta límites incluso por debajo de 1998. Como dices, Bernardo, en el balance las tasas de fecundidad de las mujeres extranjeras son mucho más altas que las de las españolas, a pesar de que muchos nacimientos son ya de mujeres extranjeras nacionalizadas españolas. Hay muchos aspectos que son un freno para la fecundidad en España, tanto de mujeres españolas como de extranjeras: escasez y encarecimiento de la vivienda, desempleo, precariedad del empleo, bajos salarios en relación con el coste de la vida, nuevas formas de vida en hogares unifamiliares o en parejas en las que no se considera necesario un hijo, etc. Las parejas extranjeras, sin embargo, mantienen las pautas culturales de su país de origen, en lo que a fecundidad se refiere, como ya he dicho, incluso en segunda generación, por eso destaca la fecundidad de mujeres extranjeras, al margen de la coyuntura económico-social-urbanística de España. No obstante, habría que abrir un amplio debate sobre esta cuestión. En un mundo de más de 8.000 millones de habitantes, en un país como el nuestro con más de 48 millones de habitantes, en un contexto de alta tecnología, desarrollo de la Inteligencia Artificial, pérdida de puestos de trabajo por la alta tecnificación de las actividades laborales, alto impacto de la población en el planeta, cambio climático acelerado (recuérdese la ranita), ¿es necesario seguir teniendo el mismo número de hijos?

«De momento España sigue necesitando inmigrantes»

De momento España sigue necesitando inmigrantes, no tanto porque las españolas tienen pocos hijos, cuanto por la doble entrada en el mercado laboral. La población española está sobreformada en relación con la demanda del mercado laboral y muchos puestos de trabajo, pese a que tienen alta demanda, no tienen oferta de población española, como ocurre en la agricultura —que se lo pregunten a los empresarios onubenses de los frutos rojos, qué harían sin los más de 25.000 inmigrantes anuales como mano de obra extranjera—, en la construcción, en los servicios de cuidado a mayores, limpieza, etc. Tener menos hijos en esta coyuntura no es ningún drama. Y en la misma coyuntura, la inmigración bien regulada es absolutamente imprescindible.

-Ahora que estás recién jubilado de la docencia, ¿podrás trabajar más en el campo de la investigación?

-Estoy estrenando la jubilación y tengo que irme planificando, pero quiero seguir interesándome por la población, especialmente por la onubense y por lo que pasa en Huelva, Andalucía, España y el mundo. Voy a terminar un trabajo sobre la Geografía de la Población de la provincia de Huelva, que empecé hace unos años. Seguiré viajando por Huelva, por Andalucía y por el resto de España, como mínimo.

«Tengo miles de fotografías de Huelva, de España, de Europa y América, muchas antiguas en diapositivas que quiero digitalizar para salvarlas»

Por otra parte, soy muy aficionado a la fotografía, tengo miles de fotografías de Huelva, de España, de Europa y América, muchas antiguas en diapositivas que quiero digitalizar para salvarlas. Y, por supuesto, siempre están la familia, los amigos, los doblemente alumnos-amigos, como tú, y los libros para seguir aprendiendo. Pese a haber sido profesor durante 47 años y a que tengo una sana vocación docente, me gusta más aprender que enseñar.

Notas al pie

  • (1) Joaquín Gonzalo Tarín, fue un geólogo, paleontólogo e ingeniero de minas turolense que vivió casi toda su vida en Huelva, donde desarrolla su actividad profesional en el Andévalo, ocupándose de la inspección en la explotación de yacimientos para la Sociedad de Minas de Cobre del Alosno y con posterioridad para la Compañía Tharsis. Entre 1886 y 1888 escribió y dio a la imprenta una obra fundamental y destacable en su extensa y erudita obra escrita, indispensable aún hoy día para entender la provincia de Huelva, se trata de la «Descripción física, geológica y minera de la provincia de Huelva», en dos volúmenes con mil trescientas páginas y numerosas ilustraciones.

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