Fertiberia y el trabajo 'invisible' sobre las balsas de fosfoyesos
PROYECTO RESTORE 20/30
Gran parte del movimiento de tierras y el montaje de geomembranas se realizan alejados de la vista pública, mientras se supervisa cada paso para garantizar la eficacia del sellado
Fertiberia pretende tener el 33% de la zona de los fosfoyesos restaurada de aquí a finales de 2025
La «oportunidad perdida» para reutilización de los fosfoyesos
El proyecto Restore 20/30, concebido para llevar a cabo la clausura de las balsas de fosfoyesos en las inmediaciones del casco urbano de Huelva, ha iniciado su ejecución con el objetivo de sellar completamente estos residuos. Aunque la operación de Fertiberia se desarrolle lejos de la atención de los medios y pase desapercibida para muchos onubenses, las labores se desarrollan sin descanso y contemplan varias fases que van desde el drenaje completo de las aguas internas hasta la instalación de complejos sistemas de impermeabilización. Gracias a esta hoja de ruta, explica la empresa, se busca evitar cualquier filtración y minimizar el impacto ambiental, siempre bajo la supervisión –subraya la empresa– de instituciones científicas y administraciones públicas que han otorgado todos los permisos pertinentes a lo largo de 2023.
Restore 20/30 incluye un meticuloso plan de sellado para evitar filtraciones: en primer lugar se están retirando las aguas acumuladas en la balsa, se coloca una doble capa impermeable (compuesta por geomembrana y arcilla compactada de 60 centímetros) y se instalan barreras de protección perimetrales dobles en los canales mareales. Además, se refuerza la zona con escolleras para mitigar el efecto de las mareas y posibles tsunamis; mientras que, en la fase final, se añadirá una capa de tierra vegetal de 40 centímetros que permitirá la revegetación con especies locales. Para garantizar la estabilidad a largo plazo, según la compañía, se diseñó un programa de seguimiento que continuará activo durante décadas, con el objetivo de vigilar la evolución de las obras y la calidad ambiental del área.
En cuanto a la descripción de lo ya realizado, en el transcurso de 2023 Fertiberia gestionó la preparación del terreno y la coordinación con proveedores, además de reforzar su equipo técnico para cumplir los objetivos marcados en los calendarios de actuación. Se obtuvieron la Declaración de Impacto Ambiental del Ministerio, el dictamen del Consejo de Seguridad Nuclear, la Autorización Ambiental de la Junta y la licencia de obras del Ayuntamiento, lo cual dio la base legal y administrativa necesaria para comenzar a trabajar sobre el terreno y sin interrupciones. Durante ese mismo periodo, por otra parte, se sentaron las bases para iniciar la siguiente fase de obras, que comenzó el pasado año y aún está en marcha, con una serie de actuaciones que se han desarrollado de forma progresiva y sin grandes retrasos.
Así, en 2024 se consiguió finalizar el drenaje interior y exterior de la Zona 3, un paso que ha requerido la movilización de equipos especializados para extraer y conducir el agua, evitando el contacto con el exterior. Asimismo, se completó más del 75% de las barreras que cierran el perímetro de la balsa y se alcanzó el 50% en los canales mareales. A esto hay que sumar la colocación de 280.000 metros cuadrados de geomembrana y la instalación de piezómetros para llevar un control continuo de las aguas subterráneas.
Aunque el trabajo de restauración no esté siendo especialmente visible desde el exterior, están siendo movilizados una gran cantidad de recursos y equipo técnico. Estas tareas generan cerca de 100 empleos directos e indirectos, aunque la empresa asegura que el enfoque principal de este esfuerzo se centra en proteger la salud y el medioambiente, con el respaldo de instituciones como el Instituto Geológico y Minero de España y el Consejo de Seguridad Nuclear. Dichos organismos –insiste Fertiberia– han avalado las medidas de sellado y drenaje, al considerar que los estudios geológicos y geotécnicos son adecuados para asegurar la eficacia de la intervención.
En cuanto al futuro inmediato, la empresa tiene como objetivo completar más del 30% de la restauración en los próximos dos años y llegar al 77% en 2027, con la intención de concluir definitivamente las labores entre 2030 y 2033. Una vez terminado ese proceso, se mantendrá la vigilancia y el control de la zona para garantizar que los fosfoyesos permanezcan confinados y que no se produzcan afecciones al entorno o a la población. Asimismo, los organismos científicos y administrativos deberían continuar supervisando el desarrollo de este plan, que si no eliminará físicamente los apilamientos de fosfoyesos, si prevé reducir al máximo los riesgos asociados a estos residuos generados por la compañía durante décadas de actividad en el polo industrial onubense.