tribunales
Crecen las peticiones de segundas oportunidades de emprendedores y familias onubenses en crisis
Es un mecanismo legal que permite liberarse de la deuda si se cumplen una serie de requisitos
Un matrimonio de Huelva queda libre de una deuda de casi 123.000 euros por la Ley de Segunda Oportunidad

La Ley de Segunda Oportunidad, también conocida como el Mecanismo de Segunda Oportunidad, es un recurso legal que permite a individuos eliminar total o parcialmente sus deudas, dándoles una oportunidad para recuperarse después de una situación financiera insostenible. Es un procedimiento legal al que cada vez acuden más familias y pequeños empresarios onubenses que buscan a través de esta vía dejar atrás unas deudas que les mantienen en el pozo de la quiebra y que les impide iniciar nuevos proyectos que les facilite reconducir sus vidas.
Este incremento de peticiones de auxilio lo están notando despachos de abogados de Huelva que han acabado especializándose en este tipo de procedimientos. Es el caso del letrado Jorge Santos Gil, que lleva varios casos ganados en los que ha conseguido sacar a sus clientes de una situación financiera imposible.
Si bien la Ley de Segunda Oportunidad está diseñada principalmente para particulares y autónomos, no todos pueden acceder a sus beneficios. Aquellas personas que quieran acogerse a esta vía para poner fin a un calvario de deudas tienen que tener al menos dos acreedores distintos; demostrar una insolvencia o falta de patrimonio para poder pagar el caudal adeudado; o actuar de buena fe. Es decir, demostrar que las deudas se contrajeron de manera honesta y carecer de antecedentes por delitos socioeconómicos.
Santos confirma el incremento de consultas que están llegando a su despacho, derivadas muchas de ellas de situaciones sobrevenidas, por ejemplo, durante la etapa de la pandemia, en la que muchos autónomos se vieron afectados por la paralización de la economía o incluso de años anteriores. «Hablamos, por ejemplo, de pequeños empresarios, que tratan de salvar un bache económico solicitando préstamos, que al final le obligan a hacer frente a unas obligaciones que les impide cumplir con las cuotas a la Seguridad Social. La bola se va haciendo cada vez más grande y terminan en un callejón sin salida».

«Hablamos, por ejemplo, de pequeños empresarios que buscan salvar un bache económico con préstamos y al final la bola se hace muy grande»
El despacho de Jorge Santos ha obtenido recientemente una resolución favorable de un endeudamiento que se había originado hace años. La intervención de este despacho onubense ha aliviado al propietario de un taller metálico, que se vio noqueado financieramente tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2007. Tras años arrastrando una asfixia económica «insoportable», el juzgado de lo Mercantil ha dictado la exoneración de la totalidad de las deudas presentadas en el concurso de acreedores. «Nuestro cliente tiene el beneficio de poder empezar una nueva oportunidad empresarial sin deuda ni sobrecarga alguna». Esta persona presentó una masa total de 171.000 euros; «una pesada losa de la que ha sido librado».
Otro de los casos de éxito recientemente logrados por este equipo jurídico está la disolución y liquidación de una sociedad en escritura pública y sin pasar por un concurso de acreedores que había acumulado una deuda total superior a dos millones de euros. Se trata de un grupo inmobiliario al que el equipo de Santos estaba asesorando para iniciar el procedimiento de liquidación de la deuda, cuando durante el proceso recibieron una resolución de la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública contra la negativa de un Registrador Mercantil a inscribir en el Registro la escritura de liquidación de la sociedad; una decisión que han conseguido revocar.
Para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad, el deudor debe presentar un preconcurso de acreedores. Así, el interesado obtiene una protección jurídica para no pagar y no ser embargado mientras dure el procedimiento. El segundo paso es presentar una demanda de concurso para que el juzgado de lo Mercantil dicte una resolución favorable a la exoneración de la deuda.