Reyes Magos en Huelva 2025: una cabalgata para la historia guiada por una estrella de leyenda
Un día antes de lo que es habitual, pero con la misma emoción de siempre, pequeños y mayores han disfrutado de la Cabalgata de los Reyes Magos en una tarde que esquivó la lluvia
Así ha sido la Cabalgata de Reyes Magos de Huelva 2025
Las mejores imágenes de una tarde de Reyes para el recuerdo
La llegada de los Reyes Magos a Huelva, en imágenes
Por la ría onubense llegaban en la mañana de este peculiar 4 de enero a la ciudad más antigua de occidente Melchor, Gaspar y Baltasar. Sus majestades pisaban el suelo de Huelva un año más, aunque este 2025 lo hacían con la agenda algo cambiada. Los Reyes son magos pero no controlan el tiempo y, antes de que nos mojáramos en la tarde del 5 de enero, prefirieron recorrer las calles de la ciudad recién llegados y sin necesidad de paraguas y dejar para el día tradicional de la cabalgata la entrega de cartas de los más pequeños, con sus mejores deseos y peticiones.
A las tres de la tarde daba comienzo la cabalgata. El Santuario de la Cinta marcaba el punto de partida para el recorrido que sus majestades de oriente recorrerían a lo largo de toda la tarde. En este privilegiado enclave sobre el Conquero, la Hermandad de la Cinta junto al vicario de Huelva recibían al séquito real, quienes realizaban una ofrenda floral a la Virgen de la Cinta y adoraban la imagen del Niño Jesús. Los más pequeños que a esas horas de la tarde acudieron al Santuario pudieron disfrutar de la cercanía de sus majestades instantes previos al inicio de la cabalgata.
Una cabalgata integrada por más de 500 personas y 13 carrozas que aguardaban en el vecino centro social Los Desniveles, desde donde partió la comitiva para recorrer las calles de una ciudad que esperaba con emoción la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. La banda de la Santa Cruz abría marcha con sus sones navideños, seguida del Heraldo Real y su corte tras recoger en la jornada anterior las llaves de la ciudad. Las calles del barrio de La Orden eran las primeras en ser visitadas por sus majestades, lazándose los primeros puñados de caramelos y los primeros juguetes que este año también han salido de las carrozas de sus majestades.
La Estrella de la Ilusión protagonizaba la primera de las carrozas, encarnada este año por nuestra reconocida deportista Carolina Marín. Una carroza en tonos celestes en la que destacaban elementos tan choqueros como la fuente de los jardines de la Casa Colón. Una Estrella de la Ilusión que recibió el cariño de toda Huelva, que no dudó a lo largo de toda la tarde en corear su nombre y saludar. Especial fue la llegada al barrio del Polvorín, cuando ya caía la noche, donde la Hermandad de las Tres Caídas y la Asociación de El Patio del Amor recibían bajo una lluvia de papelillos a la Estrella de la Ilusión y una pancarta que rezaba «Nuestra Madrina, Nuestra Estrella» en alusión al patronazgo de la deportista al proyecto solidario que promueve la construcción de un patio de recreo para el hospital Juan Ramón Jiménez.
Unas carrozas muy de Huelva
No solo la carroza de la Estrella de la Ilusión tenía referencias a la ciudad. El resto de la cabalgata se llenaba de elementos muy choqueros para llenar de personalidad cada rincón de la misma. Elementos como los motivos arquitectónicos del Gran Teatro o las farolas de la plaza 12 de octubre que decoraban el trono del Rey Melchor, los tapacubos del carro tartésico encontrado en las excavaciones del cabezo de la Joya presentes en el trono del Rey Gaspar o las reproducciones de piezas arqueológicas presentes en el Museo de Huelva que se podían apreciar en el trono del Rey Baltasar.
También en las demás carrozas, en las que los más pequeños llenaban de papelillos y serpentinas las calles de Huelva, la tierra se hacía presente. Pudieron verse flamencos sobrevolando las Marismas del Odiel, linces acompañando al Portal de Belén, las laderas del Conquero sobre las que se posaba el Patito Feo, unos viejos onubenses acarreando agua de la Fuente Vieja o el Monumento a Colón como testigo de las negociaciones de Colón con los Reyes Católicos. También el bádminton, deporte rey en los últimos tiempos en nuestra ciudad y la gastronomía onubense se paseó en esta alargada víspera de Reyes por la ciudad. Además, el buzón real impulsado por la Hermandad de la Victoria acompañado por sus beduinos lucían los famosos leones de Correos para echar por sus bocas las cartas.
Los barrios vibraron con los Reyes
A medida que caía la tarde la comitiva iba llegando al corazón del barrio de las Colonias, antesala del centro de la ciudad. Una larga línea recta que se llenaba a cada paso de pequeños y mayores, todos con los ojos de ilusión por disfrutar de una de las jornadas más felices del año. La fiesta se pasaba de las aceras repletas a los balcones, cada año más adornados con globos y colgaduras que daban la bienvenida a los reyes. Unos balcones desde los que, en muchos puntos, cayeron auténticas lluvias de papelillos. Fue esta la única lluvia de la que estuvimos pendiente en toda la tarde. Las amenazantes nubes que poco a poco iban poblando el cielo onubense dejaban caer en torno a las siete de la tarde unas leves gotas. Apenas una fina llovizna que no duró más de unos minutos, por lo que los paraguas tan solo se usaron para intentar recoger la mayor cantidad posible de caramelos.
La calle San José recibía por todo lo alto a la última de las carrozas, la del Rey Baltasar. El que suele ganarse el mayor cariño por parte de los más pequeños encontraba en este rinconcito de la ciudad un amor especial en forma de cantes y pepelillos que ponía a todos los presentes los pelos de punta. Otro de los momentazos de la noche llegaría casi al acabar la cabalgata. El antiguo Brasil Grande lucía con sus mejores galas, como si de un Miércoles Santo se tratara, para recibir al que este año es el Rey de la Esperanza, el Rey Melchor. Una gigantesca lluvia de papelillos y serpentinas acompañados por una multitud de globos de color verde inundaba la Gran Vía, causando el delirio en los allí presentes. Un ensayo de petalá con mucha magia para las muchas que están por venir en este año de la Esperanza.
Casi siete horas de magia e ilusión
Si a las tres y media de la tarde partía la cabalgata, ésta no veía su final hasta pasados unos minutos de las diez de la noche. Entre tanto, la animación invadía la ciudad gracias a los diferentes grupos que integraban la cabalgata entre las carrozas. Las bandas de la Expiración (Salud y Esperanza), la Cena y el Nazareno ponían sus sones para anunciar la llegada de sus majestades. Junto a ellos, los pajes de sus majestades competían por cantar el mayor número de villancicos y canciones infantiles y levantar a toda la población que los esperaba con ganas.
A las puertas del Ayuntamiento de Huelva llegaban sus majestades para dedicar unas palabras a los niños de la ciudad. Emocionados por la tarde vivida, el Rey Melchor nos brindaba un deseo esperanzador «Vengo este año de un reino en el que reina la Esperanza, y en los tiempos que corren, Huelva y toda la humanidad necesita mucha Esperanza». Las caras de ilusión de los pequeños se iluminaban con las palabras del Rey Gaspar: «Venimos con los camellos cargados de juguetes, pero sobre todo traemos mucha magia». Para terminar, el Rey Baltasar quiso agradecer a toda Huelva «por recibirnos de la forma que nos habéis recibido» y dejó un mensaje para los pequeños de la casa: «A los niños os pedimos que seáis buenos, que tengáis buenos pensamientos y buenos sentimientos».