SEÑALADA COMO LUGAR DE MEMORIA

Justicia histórica para la antigua cárcel

19.03 h. Destacado centro de la represión franquista durante los años de guerra y posguerra, la prisión fue catalogada como 'centro especializado en la rehabilitación de homosexuales' en 1968. Los condenados eran internados durante un periodo de entre 4 meses y 3 años para su reeducación. Se calcula que allí ingresaron unos 5.000 homosexuales, de ellos un millar en los años 70.

Justicia histórica para la antigua cárcel

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La antigua prisión provincial de Huelva funcionó hasta 1978 como un lúgubre centro donde se aplicaron las salvajes prácticas pseudomédicas del franquismo amparadas en las tesis nazis de Vallejo Nájera y López Ibor. Decenas de internos detenidos por sus ideas de izquierda en la provincia murieron tras los muros de esta cárcel a consecuencia de las enfermedades provocadas por la escasa higiene y enfermedades como el tifus. Cientos de los que sobrevivieron fueron fusilados luego en los muros del cementerio onubense o en las tapias del Parque Moret.

El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, y el director general de Memoria Democrática de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales de la Junta de Andalucía, Luis Gabriel Naranjo, han participado en la tarde de este viernes en el acto oficial de señalamiento como Lugar de Memoria la antigua Cárcel Provincial de Huelva, un edificio penitenciario de los años 30 que el régimen franquista utilizó primero como centro de represión de presos republicanos durante la Guerra Civil y la Posguerra, antes de proceder a su fusilamiento y más tarde, durante la década de los 60, como un lúgubre espacio donde recluir y experimentar con presos internados por su condición homosexual.

Ubicada en la avenida Alcalde Federico Molina, la cárcel de Huelva se convirtió  durante el franquismo en lugar de reclusión de miles de presos republicanos. Tal y como señalan desde Izquierda Unida, cientos de reclusos se dejaron la vida entre sus paredes a causa del hacinamiento, las deficientes condiciones higiénico-sanitarias y la pobre alimentación que recibían. Todo tipo de infecciones y enfermedades (tifus, sarna) causaron estragos entre los internos, que sufrieron una mortalidad altísima.

A finales de los 60 y hasta 1978, la Dictadura la convirtió en centro de internamiento de homosexuales de toda España que eran castigados al amparo de la denominada Ley de Vagos y Maleantes. El franquismo la designó como establecimiento especializado en acoger lo que llamaba “pervertidos sexuales, los conocidos como homosexuales genuinos o congénitos y los homosexuales de hábito”. En la cárcel de Huelva se siguieron a rajatabla los consejos de los médicos Vállejo-Nájera o López Ibor, y la homosexualidad era tratada como una enfermedad a extirpar, utilizándose terapias basadas en trabajos forzados, palizas, humillaciones y brutales prácticas pseudomédicas actualmente prohibidas.

La prisión fue catalogada como centro especializado en la rehabilitación de homosexuales  en 1968. Los condenados eran internados durante un periodo de entre 4 meses y 3 años para su reeducación. Se calcula que allí ingresaron unos 5.000 homosexuales, de ellos un millar en los años 70. El último encarcelado salió de este centro en 1976 (estuvo en funcionamiento hasta 1978).

Ya en los años 90, tras la apertura de la prisión Huelva 2,  el edificio fue abandonando y sólo quedó en uso un pequeño centro de régimen abierto en el módulo de entrada.

Difusión de su historia

El Grupo Municipal de Izquierda Unida propuso al Ayuntamiento de Huelva en 2012 que la cárcel, el muro del Parque Moret y la Isla Saltés fueran declarados Lugar de Memoria, una propuesta que fue rechazada por el alcalde, Pedro Rodríguez, y la mayoría absoluta del Partido Popular. Pero desde hoy la antigua prisión ya cuenta con el símbolo de Lugar de Memoria por lo que los poderes públicos deberán velar por la salvaguarda, conocimiento y difusión de la historia de la lucha del pueblo andaluz por sus derechos y libertades. Y tras los muros de la antigua cárcel, miles de presos y presas republicanas de Andalucía y España sufrieron las consecuencias de la Dictadura de Franco.

El Área de Libertad de Expresión Afectivo-sexual de Izquierda Unida en Andalucía (ALEAS) ha celebrado la decisión de la Junta de señalizar este lugar con el objetivo de visibilizar y reconocer a las personas que sufrieron vejaciones y privación de libertad en esta prisión por el simple hecho de ser homosexuales o transexuales.

Junto a este nuevo lugar de la memoria histórica, la Dirección general de Memoria Democrática sigue construyendo el mapa de la memoria en la provincia de Huelva, donde se sitúan 120 fosas del total de 620 existentes en toda Andalucía, a través del reconocimiento de espacios como los ubicados en La Palma del Condado, el Cementerio Viejo de Almonte, Isla de Saltés, la antigua aldea de El Membrillo Bajo (Zalamea la Real) o el muro del parque Moret de Huelva.

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