EN LA CAJA RURAL HASTA EL 2 DE MARZO
Los paisajes sentidos de Pilar Barroso
Una exposición y todo un acontecimiento el auspiciado por la Fundación Caja Rural, en la sala de exposiciones José Luis García Palacios tiene en la calle Botica. Era algo esperado y a la cita no faltó un nutrido grupo de pintores, escritores e intelectuales onubenses cuya lista sería interminable.
Solamente nombraremos a uno de ellos y por razones obvias, ya que Juan Manuel Seisdedos se inició junto a la pintora en el taller que Pedro Gómez y Antonio León Ortega mantuvieron durante muchos años en la calle San Cristóbal, lugar frecuentado en la época por pintores que marcaron una época en Huelva, como es el caso de Orduña Castellano o Manolo Moreno. En el taller de este último también estuvieron ambos artistas aprendiendo un oficio que luego les llevaría lejos de Huelva para continuar una exitosa carrera que, pasado el tiempo, y cada cual ya por su lado, decidieron continuar en su tierra.
Con unos inicios tan interesantes, Pilar Barroso marcha a Madrid para estudiar Bellas Artes en la antigua Escuela de San Fernando, dependiente de la Academia. En su estada madrileña la pintora onubense aprende técnicas de grabado en el estudio de Waldo Aguiar, al que es asidua, y conoce a Daniel Vázquez Díaz, con quien mantiene tertulia de arte junto a otros pintores y escultores establecidos en la capital de España. Después de recorrer media Europa caballete a cuestas, visitando museos y descubriendo a los grandes maestros de la pintura universal, Pilar regresa a Huelva, donde continúa pintando en su estudio de la calle San Cristóbal, frente al taller hoy desaparecido en el que se inició con Pedro Gómez. Una interminable lista de exposiciones individuales y colectivas aparece en el catálogo de una exposición en la que Pilar transmite las sensaciones, el color y las formas de los paisajes de su tierra. El Andévalo, la sierra o la tierra llana trazados con la imposible intensidad de una pincelada suave, exacta.
Detrás de cada uno de sus paisajes, como no puede ser de otra manera, está el dibujo, una faceta determinante en la pintura y que Pilar ha dominado desde sus inicios. En la última muestra que Puerto de Huelva y Cepsa ofrecieron en el Museo de Bellas Artes, una retrospectiva de toda su carrera, los buenos aficionados a las bellas artes recordarán los excepcionales dibujos que la artista conserva de sus años de formación en Madrid, algunos de los cuales forman parte de la colección de la pinacoteca onubense.
Paisajes onubenses, una de las facetas más desconocidas pero más queridas de la artista, que sorprendió en la retrospectiva de hace una década en el Museo de Bellas Artes con el tratamiento de la figura humana y estos paisajes, siendo como son más conocidos sus bodegones, unas piezas a las que el imaginario popular adscribe la obra de una pintora completa, una de las paletas más reconocidas del panorama pictórico actual, plena de modernidad y con el atrevimiento en las formas y el color que solo aquellas personas que dominan las artes pictóricas como ella, pueden realizar.
A preguntas de los medios presentes en el acto inaugural, Pilar repetía que esos paisajes surgen de su alma, que es pintura primero sentida en la naturaleza y luego reflexionadas y trabajadas en la soledad del estudio. Los onubenses tienen la oportunidad de admirar durante todo este mes de febrero las conclusiones de Pilar sobre la tierra en la que vive, el color, las formas y el movimiento de una naturaleza que ella ha envuelto en pinceladas precisas y valientes. Arte en estado puro.