EL TESORO DE LA COCINA ANDALUZA
Revoltillos en salsa de hinojos
El bulbo del hinojo es ideal para hacer deliciosas ensaladas y también para aromatizar cualquier guiso
A pesar de ser una planta abundante en toda Andalucía, donde crece silvestre en los bordes de los caminos, su distribución en tiendas y supermercados es muy reducida

Andalucía, una inabarcable despensa
Hinojo. Con un leve sabor anisado, el hinojo es ideal, el bulbo, para hacer deliciosas ensaladas y también para aromatizar cualquier tipo de guiso, sobre todo en los de legumbres y también en los de pescado. Es muy digestivo y con excelentes propiedades diuréticas, además de ser antiinflamatorio y regular la tensión arterial. Con la semilla ocurre igual, con lo cual además de aportar ese sabor anisado al guiso de revoltillos, nos ayudará a posteriori a tener una buena digestión, o lo que es lo mismo, a que los revoltillos no resulten en absoluto pesados.
La semilla de hinojo se suele encontrar sin demasiada dificultad en los especieros de supermercados y otras superficies comerciales, no ocurriendo lo mismo con el bulbo del hinojo. A pesar de ser una planta mediterránea y muy abundante en toda Andalucía, donde crece silvestre, sobre todo en los bordes de los caminos, su distribución en tiendas y supermercados es muy reducida.

Elaboración
Ingredientes: Revoltillos, manitas de cordero, hueso de jamón, patata, cebolla, ajos, azafrán, vino blanco, perejil, hierbabuena, semillas de hinojo, pimienta, clavo y sal.
1. Daremos una cocción previa a la manitas de cordero y a los revoltillos. Bastarán diez minutos en la olla exprés o media hora en una olla a fuego medio. Se cuelan los revoltillos para de esta manera eliminar el exceso de grasa y además conseguiremos un resultado más apetecible con una textura más blanda.
2. Haremos un rápido refrito con media cebolla y tres dientes de ajo, para antes de que se ponga la cebolla transparente colocar en el fondo las manitas de cordero, los revoltillos, el hueso de jamón y las semillas de hinojo, como una cucharadita, pimienta, un par de clavos de olor y sal.
3. Meneamos la olla y añadimos entonces el azafrán molido con sal, unas ramas de perejil y un par de hojas de hierbabuena.
4. Dos vueltas y un vaso grande de vino blanco para esperar a que dé un hervor y acabar cubriendo someramente, no del todo, con agua, añadimos la patata troceada y cerramos la olla. Con media hora desde que empieza a pitar será suficiente.