EL TESORO DE LA COCINA ANDALUZA

Pollo con arroz

Con un pollo vamos a poder estar toda una semana haciendo unos platos exquisitos, como por ejemplo este delicioso arroz que te proponemos hoy

Como está la bolsa de la compra, nos resulta hasta barato incluso después de haber subido sus precios

Solomillo en salsa de almendras

Dibujo de un muslo y contramuslo de pollo B.R.

BERNARDO ROMERO

Andalucía, una inabarcable despensa

Las partes de un pollo. Como está la bolsa de la compra, un pollo nos resulta hasta barato incluso después de haber subido sus precios. Dile a tu abuela que un pollo cuesta casi mil quinientas pesetas y te dice que estás abombao, que un pollo cómo va a costar más de mil pesetas. Pero así es la vida, de modo que vamos a coger un pollo, entero y limpio, tal como nos lo venden en al carnicería, y los vamos a aprovechar a tope.

En primer lugar y sustentándolo por una pata, por un muslo, lo vamos a ir cortando por la piel y, cuando lleguemos, por la carne y, descoyuntando el hueso, lo sacamos limpio y estupendo. Igual hacemos, obviamente, con el otro muslo y con las alitas. A continuación, sacamos las pechugas llevando un cuchillo bien afilado desde el hueso del pecho hacia abajo, procurando sacar las dos pechugas enteras. Pues muy bien, nos hemos quedado con la carcasa, la cual troceamos sin muchos miramientos y la ponemos a cocer con una hoja de laurel, un chorreón muy generoso de vino blanco, unos granos de pimienta y sal. Ea, ahí se queda. Mientras vamos a reservar las pechugas envueltas en papel film, para cualquier cosa que podamos hacer con ellas en los días siguientes.

El caso es que con un pollo vamos a poder estar toda una semana haciendo unos platos exquisitos. De momento vamos a cocinar. De momento con la carcasa hemos sacado un caldo, y cuando se haya enfriado, vamos a sacar toda la carne que podamos, que, creedme, sale bastante. Con esta carne extraída de la carcasa podremos hacer ensaladas de pollo, burritos, sándwiches vegetales, que no sé por qué se llaman vegetales si llevan pollo, o lo que se os ocurra, pero lo cierto y verdad es que os vais a sacar una cantidad considerable de carne de pollo. Así, que por un lado, con un pollo que te cuesta siete pavos, de momento tienes caldo para lo que quieras, como por ejemplo para este delicioso arroz que te proponemos hoy. Tienes las pechugas que las podrás utilizar de mil maneras, y tienes los muslos y las alitas que son las que hemos utilizado para este arroz que hoy os traemos, y que dependiendo del arroz que echemos, será para cuatro o para seis.

El plato ya servido B.R.

Elaboración

Ingredientes: Las alitas y los muslos de un pollo, ajos, pimientos verdes y rojos, tomate, pimiento choricero, laurel, tomillo, pimienta y sal

1. Salpimentamos los trozos de pollo, muslos y alitas, y los refreímos hasta dorarlos ligeramente.

2. En la misma cazuela refreímos dos o tres dientes de ajo, partidos a la mitad. Cuando estén tomando color, los sacamos, bajamos el fuego y en el mismo aceite refreímos pimientos rojos y verdes, a gusto de cada cual, pero con un tercio de cada, uno, si son de los de asar, bastará. Añadimos laurel, tomillo, pimienta y sal.

3. Estando los pimientos levemente pochados, añadimos un tomate maduro, sin simientes y sin piel, y convenientemente troceado, queremos decir muy menudito. Dos vueltas y dos cucharadas de pimiento choricero, de ese que venden en bote. Esperamos a que todo esté haciendo chup chup, y echamos los trozos de pollo más los dientes de ajo que teníamos doraditos y reservados. Dos vueltas y tres o cuatro minutos haciéndose con la verdura.

4. Ahora es el momento de echar un vaso de vino del Condado, o cualquier otro que tengamos pero que sea bueno. Subimos el fuego y esperamos a que se evapore el vino, pero no del todo. Bajamos el fuego y añadimos el arroz, según los que vayamos a sentarnos a la mesa, cuatro puñados o seis, más un par de puñados más porque vais a ver lo bueno que está este pollo con arroz.

5. Se acabó. Cuando el arroz esté en su punto, se tapa el cacharro en el que hemos hecho esta maravilla de plato, y lo llevamos a la mesa. Los cinco minutos que tardamos en comer la ensalada previa, ligera porque esto es prácticamente plato único, y a servir. Ah, y a disfrutar.

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