Ensalada sin sal de manzana
En la capital, con una demografía de ida y vuelta, la palabra 'pero' también se está perdiendo y se acude a la más normalizada manzana, una fruta muy socorrida para llevar en el bolso o en la mochila y comértela a media mañana en el trabajo
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Andalucía, una inabarcable despensa
Manzanas. De la infinidad de manzanas que hay, las de la Sierra, esas que siempre hemos llamado peros, son las mejores. Esta manera de llamar a las manzanas no es originario de aquí de Huelva, sino que llegó, como tantas otras cosas, del norte. Este tipo de manzanas, y el nombre con el que se las designa, llegó de Galicia y muy probablemente con emigraciones posteriores a las más numerosas del siglo XIV, tras la conquista de estas tierras hoy del norte de la provincia de Huelva por el rey don San Fernando, papá de Alfonso X llamado El Sabio y que al sucederle acabó por apoderarse de lo poco que les iba quedando a los taifas posteriores a la debacle de los integristas almohades.
A las manzanas de la Sierra se les llama peros como en algunos lugares de Galicia se les sigue llamando a los ejemplares de una especie muy resistente, con lo cual es natural que fuera esa la que trajeran a la hermosa serranía onubense. Por extensión se les llama peros a todo tipo de manzana, y mira que hay miles de tipos diferentes. En la capital provincial, con una demografía de ida y vuelta, la palabra pero también
Las verdes, como los 'peros' de la Sierra, aportan más minerales y vitaminas que las rojas, indudablemente más atractivas a la vista
se está perdiendo y se acude a la más normalizada manzana. Una fruta muy socorrida para llevar en el bolso o en la mochila y comértela a media mañana en el trabajo. Refresca y da vigor al afortunado que puede meterle el diente en esa piel tan crocante. Las propiedades, como fruta que es, son innumerables, desde la fibra a las vitaminas, y lo escribimos en plural. También son ricas en hierro y sodio, debiéndose reseñar que las verdes, como los peros de la Sierra, aportan más minerales y vitaminas que las rojas, indudablemente más atractivas a la vista. Como todas las manzanas, lo que aportan es menor número de calorías, luego miel sobre hojuelas.

Elaboración
Ingredientes: Manzanas, limón, arroz, apio, cebolla morada, nueces, orégano o la especia que cada cual prefiera, y si acaso un punto de pimienta recién molida. De sal nada.
1. Lo primero que vamos a hacer es cocer arroz. Agua a hervir y el arroz se añade cuándo esté hirviendo el agua, para que nos salga suelto.
2. Mientras se cuece el arroz vamos a cortar la manzana, una vez pelada, en bastoncitos, los cuales los tendremos macerando con zumo de limón al menos media hora. De esta manera no se oscurecen y obtendremos un sabor excelente para esta ensalada sin sal que estamos preparando.
3. Cuando tengamos el arroz cocido, en su punto –como esté pasado fastidiamos la ensalada–, lo enfriamos por dos razones, en primer lugar porque es para una ensalada y en segundo porque así cortamos la cocción del arroz. Refrescado el arroz se pondrá en el fondo de un bol, donde vamos a ir colocando los demás ingredientes.
4. Encima del arroz colocamos la manzana que hemos marinado con limón, apio y nueces, más cebolla morada. Espolvoreamos alguna especia a nuestra elección y para acabar iluminamos la ensalada con un hilo de aceite. A la nevera para que esté fresquita a la hora de comer.