Polémica tras la invitación de Shein a influencers para que conozcan sus fábricas de producción

Las redes consideraron el evento un intento de lavar la imagen de la cadena, cuestionada por sus prácticas y condiciones laborales

Alerta con la nueva estafa con supuestas tarjetas regalo de Shein

Proveedores de Shein, en una imagen de archivo Shein

A. C.

Barceloa

El gigante asiático de moda rápida Sheinarrasa en ventas pero también acumula múltiples polémicas. La multinacional de venta online de ropa lleva mucho tiempo en el centro de las miradas después de que sus rapidez de producción, infinidad de productos y precios más que bajos hayan sido cuestionadas por muchos.

La conocida como 'fast fashion', en efecto, está en el ojo del huracán por quienes critican los ritmos de producción, las supuestas prácticas irregulares con sus trabajadores y sus escasos derechos o el daño ambiental que generan con su modelo de negocio. Para combatir toda la información que corre sobre el sector, y especialmente sobre su marca, la cadena ha organizado el viaje de seis 'influencers', que son unas de sus máximas promotora, para que cuenten la verdad de su negocio. Y la actividad parece que no ha salido tal y como se esperaba.

Shein quería enseñarles cómo, a diferencia de lo que se comenta en redes, trabajan con unas estrictas prácticas, éticas y responsables, en sus plantas de China. Por eso las trajeron a una planta de producción de Guangzhou que, además, cuenta con un centro de innovación.

«Me ha emocionado»

Entre las invitadas estaban Destene Sudduth, Aujené, Fernanda Stephany Campuzano, Kenya Freeman, Marina Saavedra o Dani Carbonari, una influencer que cuenta con más de 500.000 seguidores en Instagram y que publicó un vídeo en su TikTok que levantó la polémica y que incluso ha sido borrado.

«Me resulta difícil expresar con palabras el impacto que ha tenido en mí este viaje. Me ha emocionado e impresionado ver las condiciones de trabajo«, relataba en el vídeo mientras paseaba por una fábrica impoluta y que contaba con la última tecnología. Dani aseguró, además, que no le habían pagado por el viaje ni por subir contenido y que conoció de primera mano las auditorías internas que se hacían para garantizar las buenas prácticas.

Ella misma también relataba que había podido hablar con una empleada del centro logístico que visitó y que le había explicado que estaba «muy sorprendida por todos los rumores que se han difundido en Estados Unidos» sobre la cadena. «Mi mayor lección de este viaje es tener un pensamiento independiente, conocer los hechos y verlos con tus propios ojos«, aseguraba la joven, lamentando la versión parcial que según ella se cuenta de este negocio.

Lejos de aplaudir el contenido, muchos seguidores se le tiraron encima para lamentar que la influencer ignorara las condiciones y prácticas laborales de la firma que tanto se han criticado. Muchos llegaron a considerar que lo comentado tras la visita es una burla al movimiento 'eco' y al comercio de proximidad.

Entre ellos hubo las respuestas de profesionales del sector, que rebatieron la visión de la influencer. Le apuntaron, entre otros aspectos, que las máquinas estaban paradas y que era imposible que eso sucediera en una planta que fabrica tal volumen de prendas al día, que faltaban elementos básicos en toda fábrica (como señales de emergencia o extintores) y que, por todo ello, parecía un lugar falso y preparado para las cámaras.

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