Huelva pone la primera piedra de la industria del futuro: arranca la construcción de la planta de biocombustibles 2G de Cepsa y Bio-Oils
Estará en marcha en 2026 y supondrá la creación de alrededor de 2.000 empleos directos e indirectos durante su fase de construcción y operación
Producirá biocombustibles a partir de residuos orgánicos como desechos agrícolas o aceites usados de cocina
La nueva planta proyectada por Cepsa producirá anualmente 500.000 toneladas de combustible sostenible para la aviación y diésel renovable
Cepsa aspira a que la mitad de su beneficio antes de impuestos sea «de origen bio» en 2030
La industria del futuro, llamada a propiciar la descarbonización de la economía y convertir a Huelva en escenario fundamental de la transición energética, ya está aquí. Así se ha escenificado este viernes en Palos de la Frontera, donde se ha colocado la primera piedra de la planta de biocombustibles 2G, de segunda generación, de Cepsa y Bio-Oils.
Una planta que será la mayor de Europa y que supondrá una inversión de 1.200 millones de euros, con la creación de alrededor de 2.000 empleos entre directos e indirectos durante su fase de construcción y operación. Una vez en marcha, que permitirá la producción anual, de manera flexible, de 500.000 toneladas de SAF (combustible sostenible para la aviación) y diésel renovable para contribuir a la descarbonización de la aviación, el transporte marítimo y terrestre, permitiendo reducir hasta un 90% las emisiones de CO2 respecto al uso de combustibles tradicionales.
«Lo que hoy comienza aquí es algo muy especial. Hoy pasamos del dicho al hecho, de la estrategia a la acción, con el primer proyecto de nuestra estrategia positive motion», ha afirmado el CEO de Cepsa, Maarten Wetselaar, que ha aseverado que este proyecto es el primero con que el que comienza, en la práctica, la transformación de la compañía, «la nueva Cepsa».
Una nueva Cepsa que viene, más allá de a transformar la compañía, a «convertir Andalucía en el mayor núcleo de creación de moléculas verdes a nivel internacional», suponiendo este proyecto, tal y como han destacado todos los intervinientes en acto de colocación de la primera piedra, el «pistoletazo de salida» a la carrera de España para conseguir su objetivo de liderar la transición energética desde el sur de Europa, con Andalucía -especialmente el eje Huelva-Cádiz- como epicentro.
«Iniciamos hoy aquí el desarrollo de un nuevo ecosistema industrial», ha insistido Maarten Wetselaar, adelantando que la planta de producción de biocombustibles, que estará en marcha en 2026, será un ejemplo de 'best practice' en sostenibilidad, reduciendo en un 75% las emisiones de CO2 respecto a las de una planta de biocombustible tradicional, y usando para la producción agua reciclada e hidrógeno y electricidad obtenidos a partir de fuentes 100% renovables.
La nueva planta, que se ubicará en Palos de la Frontera, en el Parque Energético La Rábida, se asegurará la mayoría del suministro de materia prima, procedente de residuos orgánicos como desechos agrícolas o aceites usados de cocina, a través de un acuerdo global y de largo plazo con Apical, matriz de Bio-Oils, permitiendo abordar uno de los principales desafíos que afronta la industria: el acceso a la materia prima.
En este sentido, el director general de RGE, Anderson Tanoto, ha celebrado su alianza con Cepsa para desembarcar en España -en Huelva, concretamente- desde Singapur para «trabajar por el compromiso de la UE de descarbonizar la economía».
Los biocombustibles 2G fomentan la economía circular, al utilizar para su producción residuos que de otro modo terminarían en vertederos. Además, la nueva planta se construirá con la última tecnología, «incorporando tecnología punta y los últimos avances para la industria en inteligencia artificial, internet de las cosas (IoT) y análisis de datos para maximizar la eficiencia de los procesos y garantizar los mayores estándares de seguridad y protección ambiental».
Los combustibles sostenibles desarrollados en esta nueva planta evitarán la emisión de 1,5 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale al 30% de las emisiones de la provincia de Huelva.