COMERCIO EXTERIOR

La guerra arancelaria de Trump: dos caras para el campo onubense

Mientras productores de fresas e ibéricos temen perder un mercado conquistado con esfuerzo, otros sectores observan con alivio su escasa exposición al mercado norteamericano

Sin embargo, las cooperativas onubenses advierten: incluso sin ventas directas a EEUU, nuestros productos sufrirán cuando otros que sean rechazados por los aranceles inunden el mercado europeo

Huelva registró en 2024 una exportación récord de frutos rojos de más de 1.200 millones

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Montanera en una dehesa onubense h24
H. Corpa

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El anuncio de Donald Trump de imponer aranceles del 25% a productos europeos a partir del próximo 2 de abril ha encendido todas las alarmas en el sector agroalimentario español. En Huelva, esta medida proteccionista dibuja un panorama de claroscuros, con sectores que miran con preocupación al futuro mientras otros respiran aliviados por su escasa exposición al mercado estadounidense.

La joya de la corona en peligro

Huelva lidera de forma indiscutible las exportaciones nacionales de frutos rojos, un sector que ha alcanzado cifras récord de 1.203 millones de euros en 2024, con un crecimiento del 12,1% respecto al año anterior, y aunque sus principales mercados se encuentran en Europa (Alemania, Reino Unido y Francia), Estados Unidos representa una importante vía de diversificación para las fresas, frambuesas, arándanos y moras onubenses.

Sin embargo, tras décadas invirtiendo en calidad y adaptándose a los exigentes requisitos del mercado estadounidense, Trump anuncia que subirá el precio de estos productos un 25% para los consumidores de EEUU, lo que supone, en la práctica, su expulsión del mercado norteamericano por la imposibilidad de competir con productores locales o de terceros países. Todo ello, además, aderezado con las habituales formas del magnate republicano al dirigirse a sus compatriotas agricultores: «Prepárense para empezar a producir mucho más producto agrícola para vender dentro de Estados Unidos. Los aranceles se aplicarán a los productos externos el 2 de abril. ¡Divertíos!».

El cerdo ibérico, principal damnificado

Pero si hay un sector que ya conoce las consecuencias de las políticas proteccionistas de Trump ese es el del cerdo ibérico. Durante su anterior mandato, el republicano impuso aranceles a 113 productos españoles, afectando seriamente a las exportaciones de jamones y embutidos. Por eso, desde las dehesas de la sierra onubense, cuna del jamón ibérico, se contempla con preocupación cómo el esfuerzo de tantos años por conquistar el paladar estadounidense podría verse nuevamente frustrado.

La realidad es que, a pesar de que Estados Unidos es un mercado de alto poder adquisitivo perfecto para colocar un producto de alta gama como el ibérico, las nuevas reglas del juego obligan a subir precios o rebajar márgenes, no siendo ninguna de las dos alternativas aceptables para seguir mandando el mismo volumen de jamones y embutidos al Tío Sam.

El vino el aceite, la otra cara de la moneda

En contraste con la preocupación que domina en los sectores del porcino y los frutos rojos, otros productos emblemáticos de Huelva observan la situación con relativa tranquilidad. Es el caso de los vinos de la Denominación de Origen Protegida Condado de Huelva, que se libran de la guerra comercial de Trump por una razón muy simple: su presencia en los Estados Unidos es residual. Según explican desde la DOP, «la exportación a EEUU es mínima y no llega al 1%. Nuestro mercado extranjero está sobre todo en Europa». Una situación que contrasta con la de otras denominaciones como Jerez, Rioja o Rueda, mucho más implantadas en territorio estadounidense y, por tanto, más expuestas a los efectos devastadores de los aranceles.

Viñedo en el Condado onubense DOP CONDADO

Similar es el caso del aceite de oliva onubense, cuya producción, ligada al olivar tradicional, aunque de gran calidad, tiene una presencia testimonial en el mercado estadounidense en comparación con otras provincias andaluzas como Jaén o Córdoba.

Sin embargo, desde Cooperativas Agroalimentarias de Huelva advierten de un efecto secundario que podría afectar a todos los sectores, incluso a los menos expuestos directamente: «A pesar de no vender directamente a EEUU, a nivel comercial nos afectará mucho, pues los productos agroganaderos que dejen de venderse allí tendrán que ir a otros mercados o quedarse en Europa compitiendo con nuestros productos, desequilibrando la balanza de oferta y demanda», explicó a huelva24 su gerente, Natalia Aguilera.

Este efecto dominó preocupa especialmente en un momento en que el campo onubense ya tiene por delante otros problemas como la sequía –afortunadamente mitigado por un invierno muy lluvioso–, el aumento de los costes de producción o la competencia de terceros países con menores estándares laborales y ambientales.

En defintiva, desde la Junta de Andalucía, el consejero de Agricultura, Ramón Fernández-Pacheco, ha calificado la amenaza de imposición de aranceles como «una malísima noticia» tras crecer en el último año las exportaciones a Norteamérica casi un 40%; mientras que el propio presidente andaluz, Juanma Moreno, fue aún más expresivo: «Se me rompe el corazón porque conozco empresas que llevan décadas abriendo mercado en Estados Unidos«.

Mientras tanto, el campo onubense contiene la respiración a la espera de conocer el detalle concreto de los aranceles y si se cumplen las amenazas, consciente de que, directa o indirectamente, la guerra comercial emprendida por el Ejecutivo de Donald Trump dejará una profunda huella en sus cultivos y dehesas.

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