Los frutos rojos de Huelva ante el escenario de sequía y cambio climático: trasvase obligado y desalación en el horizonte
Completar el trasvase del Condado, para lo que resulta imprescindible el desdoble del túnel de San Silvestre, es fundamental para aliviar la presión sobre los acuíferos del entorno de Doñana
El estudio de Interfresa que analiza la situación de los recursos hídricos en la provincia abre la posibilidad al uso de una desaladora
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Son uno de los motores económicos de la provincia, protagonistas de la transformación de la agroindustria en Huelva en las últimas décadas, acaparadores de titulares -y no siempre para bien – en los últimos años. El sector de los frutos rojosse reivindicaba esta semana como sostenible y fundamental para la actividad económica de la provincia de Huelva, aunque enfrenta un escenario incierto debido al cambio climático y el déficit de recursos hídricos en la provincia.
De recursos hídricos o, más bien, de infraestructuras que permitan su correcto aprovechamiento. Y es que si lo primero puede ser algo coyuntural, debido al escenario de sequía predominante a nivel global, lo segundo es un problema endémico, perpetuado a nivel local.
Así lo recoge el estudio 'El agua en la agricultura de los frutos rojos de la provincia de Huelva', un encargo de Interfresa al consultor e ingeniero agrícola Pedro Díaz que esta misma semana se daba a conocer, poniendo de manifiesto unas conclusiones que no dejan lugar a dudas: por más que las explotaciones se adapten e implementen soluciones de eficiencia, la carencia de infraestructuras hídricas en la provincia ponen en riesgo su viabilidad de cara al futuro, por lo que urge desarrollar las obras comprometidas y buscar alternativas que permitan atender la demanda.
En la provincia existen 53.182 hectáreas dedicadas a la agricultura de regadío, predominando los cítricos y frutos rojos. En términos de demanda, la agricultura de regadío de Huelva requiere de 229 hectómetros cúbicos anuales de agua, estando la mayor parte de esta localizada dentro de los límites de la Demarcación Hidrográfica Tinto, Odiel y Piedras.
Así, ante la situación de escasez generalizada, se está «poniendo de relieve la necesidad de ejecución de las infraestructuras previstas en la planificación hidrológica desde hace años y reflexionar sobre la introducción de fuentes alternativas al sistema, como las aguas regeneradas o la desalación», lo que según el informe «otorgaría a los sistemas de explotación una mayor resiliencia para afrontar los efectos del cambio climático».
Infraestructuras pendientes
Y es que la provincia de Huelva cuenta con la particularidad de que necesita utilizar los recursos hídricos de la Demarcación del Guadiana para atender la demanda de la del Tinto-Odiel-Piedras.
Pese a que el trasvase de recursos está aprobado y contemplado en la planificación, la distancia geográfica que el mismo tiene que recorrer supone un impedimento con las actuales infraestructuras, cuya mejora se viene reclamando desde hace años y que están a priori contempladas en dicha planificación, que no ejecutadas.
Así, la transferencia de agua superficial a la zona del Condado -donde es mayoritario el cultivo de frutos rojos y las aguas subterráneas no son suficientes para atender la demanda - «está muy condicionada por las limitaciones estructurales que se presentan en el Sistema de Explotación de Huelva. De hecho, del trasvase de 19,99 hm³/año aprobado en la Ley 10/2018, en la actualidad, únicamente se transfieren 7,26 hm³/año, 3,1 hm³/año para abastecimiento urbano y 4,26 hm³/año para agricultura», recoge el informe difundido por Interfresa, que señala que «se estima que la llegada del volumen restante del trasvase permitiría la sustitución de agua subterránea por superficial de aproximadamente, el 30% de la demanda agrícola del Condado».
Desde el sector urgen -llevan haciéndolo años – a acelerar el desdoble del túnel de San Silvestre, con una capacidad de transporte hoy por hoy insuficiente para atender la demanda no sólo de la actividad agrícola, sino también de otros usos. Pese a que la obra fue declarada de Interés General del Estado en 2018 y adjudicada a finales de septiembre del año pasado, los trabajos sobre el terreno aún no han comenzado, y no se espera que la conducción pueda estar a pleno rendimiento -y por tanto, se trasvase el total del agua necesaria- hasta 2027.
También está pendiente -y sería necesaria ya – la presa de Alcolea, un embalse que se situaría sobre el río Odiel para almacenar 245 hm³, con una capacidad útil de 221 hm³. «Su construcción se inició en 2015 y presenta una declaración de impacto ambiental favorable y actualmente vigente. En este momento, la obra se encuentra al 33%, después de su paralización en 2017», recuerda el informe, que la considera fundamental para atajar los problemas de abastecimiento que pueden darse en próximos escenarios.
Recursos alternativos: desalación y aguas regeneradas
«El retraso y la incertidumbre ligadas a algunas de las infraestructuras previstas en la planificación hidrológica y la amenaza de situaciones de sequía prolongada y los efectos del cambio climático están contribuyendo a la apertura de un debate sobre la necesidad de recurrir a recursos alternativos como las aguas regeneradas o la desalación».
Así lo recoge el informe elaborado por la Interprofesional de la fresa onubense, que pone sobre la mesa posibilidades no contempladas hasta el momento, pero que podrían llegar a ser determinantes en un futuro no muy lejano, según se expone.
En este sentido, aunque las aguas regeneradas suelen destinarse a otros usos, en la actualidad ya existen en la provincia de Huelva varias iniciativas de riego con aguas regeneradas que implican un volumen de 6 hm³ para el riego de unas 1.200 hectáreas.
Otra ventana se abre en el caso de la desalación, no contemplada en la planificación hidrológica pero si por parte de la iniciativa privada: se trata de un proyecto previsto en terrenos del Puerto de Huelva, donde se ubicará una desaladora con «un sistema de desalación innovador ya que el proceso de osmosis inversa, necesario para reducir el contenido salino del agua, se produce en profundidad».
«Esta metodología permite reducir notablemente los costes energéticos derivados de su operación, principal inconveniente de la producción de agua desalada. Se estima, que el coste para los agricultores sería de 40 céntimos el metro cúbico».
En cualquier caso, aunque estas alternativas plantean la posibilidad de obtener por otras vías el recurso agua, especialmente en momentos puntuales de déficit o escasez, en ningún caso, por sí solas, serían suficientes para atender la demanda actual, que únicamente podrá ser satisfechas mediante la puesta en marcha de las infraestructuras comprometidas.