Ciclismo
El insaciable Philipsen agua la fiesta de Cavendish
Tour de Francia
En una etapa intrascendente para el devenir de la clasificación general, el velocista belga demuestra su superioridad en el esprint de Burdeos y suma su tercera victoria en este Tour
Pogacar incendia un Tour histórico

El frescor oceánico vasco y el verde idílico del Pirineo dejaron paso este viernes a lo que el aficionado común vive en julio. A los sofocos, a los tonos naranjas, a los zumbidos de las chicharras, a las sobremesas perezosas de ventilador y Tour de Francia. La planicie de este séptimo día de carrera bordeaba el interior de las bellas Landas y acompañaba el curso del Garona hasta su llegada a Burdeos, donde la etapa cogía un mínimo de emoción en la llegada al esprint después de tres horas de intrascendencia.
Allí, en la capital de la Nueva Aquitania, Mark Cavendish intentó cambiar el devenir intrascendente del día después de una gran gesta, atacó antes que ningún otro velocista y rozó la victoria con la que superaba al caníbal Merckx como el ciclista con más victorias en la ronda gala. Sin embargo, un superlativo Jasper Philipsen mantuvo la tarde en calma. El hombre más rápido del pelotón giró el cuello sorprendido al ser adelantado por el galope del de la Isla de Man, reaccionó tarde y, aun así, cruzó la meta en primera posición con suficiencia. Son tres victorias en este Tour para el esprínter del Alpecin en tres etapas de llanura; el maillot verde es insaciable.
Tranquilidad tras el vendaval
Un día después de la inolvidable sucesión de cuchilladas entre Vingegaard y Pogacar en las subidas al Tourmalet y Cauterets, el pelotón se tomó un respiro en la planicie. Sin fugas emocionantes, mientras los corredores hablaban entre sí e una muestra de poca tensión, el espectador no esparaba nada. Efectivamente, no pasó nada relevante en un día de tregua antes de que la carrera se vuelva a agitar en el Macizo Central.