XIV PREMIO ABC PERIODÍSTICO TAURINO 'MANUEL RAMÍREZ'
Chapu Apaolaza gana el XIV Premio Taurino Manuel Ramírez
El periodista obtiene este galardón, coorganizado por ABC de Sevilla y la Real Maestranza de Caballería, por el artículo 'Sevilla, las cinco y nunca de la tarde', aparecido en La Voz de Cádiz el pasado 23 de abril
Sevilla, las cinco y nunca de la tarde
El periodista y escritor vasco Chapu Apaolaza ha resultado este jueves ganador de la XIV edición del Premio ABC Periodístico Taurino 'Manuel Ramírez', por el artículo titulado 'Sevilla, las cinco y nunca de la tarde', que apareció publicado en La Voz de Cádiz el pasado 23 de abril. En el texto, el galardonado hace un acercamiento sentimental a la capital hispalense y al mundo de los toros a través de un hermoso homenaje que le ha rendido a su padre, el crítico taurino Paco Apaolaza, fallecido en 1998. El premio está coorganizado por ABC de Sevilla y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Comenta Apaolaza que «he recibido el premio con mucha alegría y mucha honra, por lo que significa el premio, ABC y ABC de Sevilla dentro de la historia del periodismo y del articulismo. También por la gente que me ha precedido. Es un artículo que significa Sevilla por la tradición taurina». Asimismo, asegura que este es «un ajuste de cuentas con mi historia. Cuento el último viaje que hizo mi padre a Sevilla para cubrir la Feria de Abril en el año 1998. En contra de todos los consejos médicos, fue a Sevilla. Allí tuvo un accidente vascular. Unos días después murió en San Sebastián tras ser trasladado en ambulancia. Él sabía que yendo a Sevilla iba a suceder, pero esta era una ciudad muy importante para mi padre. Era el territorio emocional en el que situaba las cosas más dichosas. El epicentro era la Maestranza y todo lo que le rodeaba, además de la Macarena, de la que era hermano y aún lo sigue siendo 25 años después. Su amigo José Luis de Pablo- Romero, que era hermano mayor de esa hermandad a mediados de los noventa, le brindó la oportunidad de salir delante de la Virgen. Esa relación con la Macarena sigue siendo tan grande que su nieta se llama Esperanza Macarena».
Este periodista y escritor también agradece mucho el premio a la Real Maestranza de Caballería, «por lo que supone la institución como el lugar que es el resultado de la felicidad de muchos de los que hemos estado ahí». Igualmente destaca la importancia que tiene para él que su artículo premiado haya aparecido en La Voz de Cádiz. «Mi primer gran trabajo como periodista fue en ese periódico. Cuando Vocento lo fundó en 2004, viví y trabajé durante cinco años en Cádiz. Ahí me dieron la primera oportunidad como novillero con caballos. Fui muy feliz en esa época y La Voz fue el periódico donde empecé a trabajar, por eso estoy tan agradecido».
El jurado del premio, formado por Fernando Bermejo, Alberto García Reyes, Javier Moya Yoldi, Rosario Pérez Sánchez y Santiago de León y Domecq, que ha actuado en calidad de presidente, ha otorgado el galardón por mayoría, a la vez que ha destacado en el acta «la calidad de los trabajos presentados».
Dice el galardonado que este «era el artículo que nunca me había atrevido a escribir. La historia de verdad de todo esto. Era el homenaje a mi padre y a esa Sevilla paradisíaca, que él llamaba 'del llanto al cante', y que es la que va de la Semana Santa a la Feria. Mi padre fue unos quince años a cubrir la Feria. tenía una relación muy fuerte con Sevilla. Era hijo de una francesa nacida en la localidad onubense de Almonaster la Real. Mi abuela era hija de una familia de ingenieros franceses de minas. Se casó con un vasco de Tolosa. Vivió una suerte de exilio en el frío».
«Con el toro -continúa este periodista-, mi padre procesó el 'currismo' y el 'paulismo', pero sobre todo el 'currismo'. Se dio la circunstancia curiosa periodística de que el año que le detectaron el cáncer se tuvo que quedar en casa haciendo las crónicas para Vocento. Él las hacía por la tele. De alguna manera, no podía ver el resultado de las faenas porque en esa época ponían anuncios. En una crónica relataba una faena de Curro Romero desde el salón de mi casa en San Sebastián».
Sostiene el periodista que en el artículo «hay una defensa de los toros como símbolo y relación con la vida, la eternidad y la muerte. Los toros me unieron a mi padre. Me hicieron entenderle a él como hijo suyo. Defendiendo los toros lo defiendo a él. Yo me hice periodista después de que él muriera por los toros. Estudiaba Farmacia. Algunos amigos me pedían alguna reseña. Yo me resistía, pero al final empecé a escribir cosas de toros y me hice periodista y escritor. Mi padre no leyó nunca una sola línea mía sobre toros».
Por otra parte, para Chapu Apaolaza «es un honor formar parte de la nómina de premiados. Además, es en recuerdo de Manuel Ramírez, el gran maestro, al que tuve la suerte de conocer y de tratar. En Navarra don Manuel asistió a los encuentros taurinos que organizábamos. También conocí a Fernando Carrasco padre e hijo (este último fue a título póstumo). A Fernando hijo lo pude seguir mucho. En el ABC de Sevilla se escribe Sevilla como no se ha escrito en ningún lado. Que ese periódico le premie a uno por un artículo en el que se cuenta Sevilla, aunque sea desde la perspectiva de un hijo huérfano, supone un honor».
Por otra parte, Chapu Apaolaza celebra este año que lleva tres décadas corriendo en los encierros de San Fermín. «Es algo también que me une a mi padre. Es una sensación fronteriza entre dos mundos muy difícil de explicar. Escribí un libro sobre esto que se llamaba '7 de Julio'. Si lo tuviera que resumir en una frase es acercarnos a la muerte para sentir más de cerca la vida. Eso es el toro, creo yo», concluye.
Con este galardón, Chapu Apaolaza se suma a la nómina de ganadores de este premio, formada por Mario Vargas Llosa, Antonio Burgos, Aquilino Duque, Antonio García Barbeito, Luis Nieto, Francis Wolff, Tristan Garel-Jones, Esperanza Aguirre, Fernando Carrasco –a título póstumo-, Andrés Calamaro, Luis Carlos Peris, Gonzalo Santonja e Inocencio Arias.
