entrevista
Luisa Ordóñez: «Me interesa poner en duda el concepto de descubrimiento de América»
La artista colombiana muestra en 'Laecléctica' 'No-va descriptio o sin descripción', formada por una instalación textil y una serigrafía seriada
«Encuentro tan necesario dudar sobre el propio concepto, revisar lo agrietado e inexacto que es», indica Ordóñez
Expone que «me planteo mis instalaciones como espacios para preguntar cosas, para pensar, para darle vueltas a algo»
Luisa Ordóñez muestra 'No-va descriptio o sin descripción' en 'Laecléctica'

La artista colombiana residente en Madrid Luisa Ordóñez eligió la propuesta del espacio expositivo 'Laecléctica', de la también artista María JL Hierro, para mostrar una propuesta tan especial como oportuna en Huelva, su muestra 'No-va descriptio o sin descripción'. Fruto de un intenso trabajo de investigación, presentado con originalidad y exquisitez, ahonda en el concepto del descubrimiento de América para ir más allá de este concepto, precisamente en la tierra en la que este hecho histórico trascendental en 1492 ha forjado una identidad.
- ¿Qué compone la exposición 'No-va descriptio o sin descripción' y qué mensaje lanza o qué reflexión quiere causar en el público?
- Antes que nada, gracias por este espacio y por esta entrevista. La exposición consiste en una instalación compuesta por tres piezas textiles intervenidas con falso pan de oro y una serigrafía. Las tres piezas textiles despliegan reproducciones ampliadas de tres inscripciones que describen el continente americano en mapas de gran relevancia para la cartografía europea. La serigrafía, por su parte, incluye las tres inscripciones que fueron reproducidas en las telas y un texto de carácter ensayístico que resume la investigación.

«Decidí trabajar con las inscripciones originales en latín y aislarlas de los mapas de los que provienen para descontextualizarlas y usarlas como vía para pensar sobre su significado y sus posibles traducciones e interpretaciones»
Como mencionaba, la reflexión que propongo gira en torno a estas tres inscripciones de los siglos XVI y XVII que, dentro de la representación cartográfica del territorio, describen a América. Decidí trabajar con las inscripciones originales en latín y aislarlas de los mapas de los que provienen para descontextualizarlas y usarlas como vía para pensar sobre su significado y sus posibles traducciones e interpretaciones. La pregunta que me interesa plantear es qué pueden estas palabras invitarnos a pensar y, sobre todo, a cuestionarnos a día de hoy sobre lo que entendemos por descubrimiento de América.
- ¿De dónde viene la motivación para dar forma a este proyecto?
- La motivación principal fue la propuesta y la invitación de galería 'Laecléctica', es decir, de María JL Hierro y Mia de Diego. Fue una bonita coincidencia. Yo llevo ya varios años reflexionando sobre la construcción de imaginarios hegemónicos sobre el trópico y sobre lo tropical. Esto lo he abordado desde diversas disciplinas, principalmente la historia y la epistemología de la ciencia, siempre investigando en función de la producción artística. Había entrado en contacto con la noción de descubrimiento de América porque las primeras regiones del continente a las que llegaron europeos fueron regiones tropicales. En esa medida, el imaginario europeo inicial sobre lo que es América tiene mucho que ver con el trópico y está muy permeada por las nociones de lo paradisiaco, lo exótico, lo edénico, que son construidas en relación, inicialmente, a las regiones tropicales. Luego entré en contacto con 'Laecléctica' y, teniendo en cuenta que la galería está ubicada aquí en Huelva y a raíz de la importancia que tiene el tema para la ciudad, me propusieron seguir esta línea y reflexionar sobre la cuestión del descubrimiento. Por eso me planteé esta investigación y esta exposición como una suerte de 'site-specific', no en el sentido de la especificidad arquitectónica del espacio, sino en el sentido de que todo fue construido desde la preocupación de cómo plantear esta reflexión en este contexto concreto.

- En la nota de prensa se habla de «deshacer los caminos hechos por la historia» ¿Supone imaginar un desarrollo distinto de los acontecimientos o cambiar el enfoque tradicional?
- Creo que, en realidad, ninguna de las dos. Imaginar un desarrollo distinto de los acontecimientos puede llevarnos a lo especulativo, a imaginar qué hubiera pasado si esto o aquello hubiese sucedido de forma diferente a la que sucedió. Esto implicaría invitar a una suerte de ficción histórica de escenarios alternativos, asumiendo que hay un escenario real, sin antes entrar a cuestionarlo. No es esa la idea. Si bien me interesa cambiar el enfoque tradicional con el que se entiende este concepto de descubrimiento, no considero que sea el primer paso a dar, en el sentido de que, antes que perseguir el cambio, estoy persiguiendo la duda. Cambiar algo implica dar por hecho que es como es y, por tanto, hay que transformarlo.
«Con esta exposición lo que me interesa es poner en duda qué es eso que llamamos descubrimiento, hacer tambalear esa certeza»
Con esta exposición lo que me interesa es poner en duda qué es eso que llamamos descubrimiento, hacer tambalear esa certeza. Antes que re-dirigir o transformar, me interesa desglosar, mirar con lupa, poner en duda y, a partir del territorio fértil del no-saber, cambiar algo de esa noción. Me interesa poner en duda el concepto de descubrimiento de América en sí mismo, revisarlo como constructo de conocimiento sedimentado que, si se examina cuidadosamente, está lleno de grietas. Creo que no sólo es lícito sino también necesario dudar rigurosamente de este tipo de conceptos o hitos que se dan por hechos, sin espacio para cuestionarlos.
- ¿Qué plus cree que aporta a esta exposición en particular y en general el uso de lo textil?
- En toda esta búsqueda por abrir la grieta de la duda y en general en mi trabajo, que reflexiona mucho sobre la construcción de conocimiento, he querido generar espacios de pensamiento y reflexión. Digo espacios no a nivel simbólico, sino a nivel material y arquitectónico. Por eso me he decantado por la instalación como forma de expresión artística, porque la entiendo como la construcción de espacios en los que se suspende la lógica de habitar, pensar y sentir con la que viene el espectador y se genera un código alternativo.

«Como artista, la instalación me permite proponer un territorio con unas lógicas propias»
Como artista, la instalación me permite proponer un territorio con unas lógicas propias. También me somete a mí y a mis propuestas instalativas a que quien habite ese territorio pueda decidir si quiere hacer parte de esos nuevos códigos, si quiere recibir esa propuesta, o no. Me planteo mis instalaciones como espacios para preguntar cosas, para pensar, para darle vueltas a algo; de manera que la persona que se aproxime a ellas puede decidir si aceptar esa invitación y conversar con la propuesta, o no. He llegado a dos cosas que me han permitido crear estos espacios: por un lado el texto, que es el elemento que ha hecho las veces de puente entre 'Laecléctica' y yo, y, por otro lado, lo textil, que me permite dar lugar físico y grandes dimensiones a las palabras y los pensamientos. Las telas aparecen como una conclusión lógica en cuanto a que son las superficies más grandes y accesibles para mí sobre las que volcar información escrita y gráfica, o en cualquier caso visual. Esto dialoga con la historia del propio conocimiento: los documentos que albergan el saber occidental, antes de estar hechos de papel fueron hechos de piel y ambas materialidades conversan mucho con lo que en la actualidad es el mundo textil. Por otro lado, las telas son una forma muy interesante de generar arquitecturas efímeras, arquitecturas que se pliegan y se despliegan, se enrollan y se desenrollan, se extienden y se comprimen, etc. En ese sentido, construir instalaciones textiles guarda una estrecha relación con construir una performatividad. Estas arquitecturas efímeras y fluidas permiten generar recorridos, coreografiar el movimiento dentro del espacio, dirigir la forma en la que el cuerpo se dispone para relacionarse con las piezas. Por esa combinación de motivos e intereses lo textil está muy presente en mi investigación.
- Como le habrán contado, en Huelva hay un espíritu americanista por ser el punto de partida de las naves que comandó Cristóbal Colón. Sin embargo, la visión de retorno es muy distinta, ¿no es así?
- Mira que yo lo que me he encontrado es que la visión de retorno es más bien escasa, en Colombia e incluso en la propia España. Me ha llamado la atención que muchas personas se sorprenden cuando cuento que voy a venir a hacer esta exposición, en este lugar y sobre este tema.
«Hay personas que no saben o han olvidado que Huelva fue el punto de partida del primer viaje de Colón y, por tanto, no son conscientes de las implicaciones identitarias que ese hecho histórico tiene»
Mucha gente no tiene del todo claro que en Huelva hay ese espíritu que mencionas; incluso hay personas que no saben o han olvidado que Huelva fue el punto de partida del primer viaje de Colón y, por tanto, no son conscientes de las implicaciones identitarias que ese hecho histórico tiene a día de hoy a nivel de la ciudad y la región. Es ese desconocimiento, ese no-saber, lo que a mí me ha seducido para venir a abordar esta cuestión. Encuentro que la noción de descubrimiento es un caso paradigmático de las cosas que dan la sensación de estar muy claras y, en realidad, a la hora de mirarlas con detenimiento, son bastante opacas. De ahí surge la duda ¿realmente sabemos de lo que estamos hablando cuando hablamos del descubrimiento de América?
- ¿En su país tiene se considera negativa la expresión 'Descubrimiento de América' como en otros países latinos? ¿Considera mejor 'encuentro', como se ha propuesto en más de una ocasión?
- Creo que la relación con la expresión «descubrimiento de América» -que no con el hecho histórico, que como te comento es lo que encuentro que no está bien delimitado- varía mucho también en el territorio del que provengo. Encuentro que la relación con esta expresión o con esta forma de nombrar no es única ni estable en el tiempo a nivel de países; es una relación cambiante que ha fluctuado y fluctúa mucho con el tiempo, los territorios y los contextos. En el caso de Colombia, por ejemplo, el propio nombre del país proviene del nombre de Colón y fue planteado en tiempos de las independencias como un homenaje. Es curioso, porque eso implica que los independentistas a principios del siglo XIX desvincularon a nivel simbólico a Colón de la corona española -dos cosas que hoy y aquí están muy asociadas en el imaginario colectivo-, y le rendían homenaje bautizando en su nombre una nación independizada de la monarquía.
«Las bases identitarias e ideológicas de lo que sería la nación independiente fueron construidas por una burguesía que admiraba a Colón y se sentía identificada con la idea del descubrimiento»
Por tanto, la idea de descubrimiento está muy presente en la construcción de los imaginarios nacionales fundacionales, por lo menos en Colombia, en la que las bases identitarias e ideológicas de lo que sería la nación independiente fueron construidas por una burguesía que admiraba a Colón y se sentía identificada con la idea del descubrimiento. Este es solo uno de muchos ejemplos que demuestran que la relación con las palabras es líquida y que no es algo nuevo que el propio nombre «descubrimiento de América» sea un territorio de disputa. En este momento este término ocupa un lugar relevante en una serie de coyunturas políticas y, precisamente por ser estas palabras un territorio conflictivo, es que es tan supremamente importante revisarlas con lupa. Por eso encuentro tan necesario dudar sobre el propio concepto, revisar lo agrietado e inexacto que es. Yo personalmente, no encuentro que sea nada adecuado como término, principalmente y antes que nada por su imprecisión. Evidentemente también encuentro desacertadas, por no decir otra cosa, las relaciones de poder que implica decir que el continente fue descubierto. En este sentido, tampoco me parece adecuado el término encuentro, porque anula o diluye las relaciones de poder implicadas. Sin embargo, antes que parecerme un término inadecuado por sus implicaciones políticas, me parece un término inadecuado por su inexactitud. Por ese motivo no sé plantearte un nombre alternativo, porque dudo profundamente de que aquello que estamos queriendo nombrar como descubrimiento de América realmente exista o haya sucedido como tal.
- ¿Qué ha podido conocer del ambiente cultural y turístico de Huelva en estos días?
- Pues, lo primero que conocí fue la comida. Los primeros días que pasé en la ciudad los dedicamos a montar la exposición, por lo que no hubo mucho tiempo para recorrerla. La verdad es que empezar por la oferta gastronómica fue un éxito, estoy fascinada con la variedad y la frescura de los pescados y los mariscos.
«Gastronómicamente Huelva me ha parecido una ciudad riquísima»
Gastronómicamente Huelva me ha parecido una ciudad riquísima. Ya pasada la exposición pude recorrer Huelva y hacer viajes a Palos de la Frontera y Sevilla. Es muy interesante entender desde aquí cómo se concibe la noción de descubrimiento y cómo ésta permea todo el panorama cultural y turístico de la región. También es interesante identificar diferencias grandes entre cómo se entiende y se despliega este constructo en Madrid, en Sevilla, en Huelva, en Palos; he percibido que hay variaciones que desconocía en cómo se hace referencia a esta cuestión y cómo se manifiesta en lo identitario, lo cultural y lo visual de acuerdo a la ciudad que se visite. Ha sido un viaje que me ha nutrido mucho y que me deja muchas inquietudes para seguir abordando este tema y seguir tirando de este hilo. En cualquier caso, me he encontrado con una ciudad acogedora y con un público muy amable, curioso y receptivo. Estoy muy agradecida, espero volver pronto.