'Mágico poder', «donde resuenan las palabras de otros grandes poetas»

Manuel Ángel Vázquez Medel, muy bien acompañado, conectó con «corazones fraternos» en el Centro de la Comunicación Jesús Hermida desgranando toda la esperanza y luz de su último poemario

Manuel Ángel Vázquez Medel: «Reivindico que un ser tan limitado como el ser humano esté abierto al infinito y a la eternidad»

Rafael Terán, María del Amor Pérez, Margarita García Candeira y Manuel Ángel Vázquez Medel M. A. F.
Mario Asensio Figueras

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En un claro entre las tormentas de la borrasca Garoé, el onubense Manuel Ángel Vázquez Medel, docente, investigador y poeta, compartió versos y reflexiones en torno a su último poemario, 'Mágico poder' en el Centro de la Comunicación Jesús Hermida. Donde en 2019 ya compareció para desgranar 'Remota luz', regresó para desenvolver como un regalo nuevos poemas reivindicativos del poder de la palabra, que emana esperanza y luz, que es coherente la triada indisoluble libertad, igualdad y fraternidad en una sociedad que atraviesa tiempos oscuros. La obra es una resonancia directa al corazón de otros grandes poetas de los que bebe el autor de Huelva, que con una voz propia revitaliza sentidos y significados.

Dio la bienvenida al Centro de la Comunicación Jesús Hermida su gran impulsor y expresidente de la Asociación de la Prensa de Huelva, Rafael Terán, quien destacó del invitado que es una persona «importante y entrañable», un «buen amigo» al que recuerda desde hace muchos años con su hermano Alfonso. Destacó de su carrera profesional que es uno de los creadores de la Facultad de Comunicación y primer presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía, cargo que dejó «por decente y no soportar injerencias e intromisiones». También mostró su «orgullo» por entregarle en 2018 el Premio Ángel Serradilla de la Asociación de la Prensa de Huelva por «luchar por la ética y la libertad de expresión», reconocimiento que se adelantó al de Hijo Predilecto de Huelva de 2022.

Terán señaló que la presentación del anterior poemario del autor, 'Remota Luz', en 2019 fue el primer acto cultural de este espacio de referencia y que destacó el actual, 'Mágico Poder', le enganchó por ser «un encuentro con la poesía y las palabras como arma e instrumento para defendernos, entendernos, querernos y encontrarnos, algo que no es fácil de encontrar cuando alguien escribe», pues apuntó que hay una «pléyade de presuntos poetas que componen mucho y dicen poco».

Indicó que el libro comienza «sembrando» 'Semillas de Esperanza' y alabó las referencias a otros autores ilustres como Cernuda, Cobos Wilkins, Borges o Juan Ramón Jiménez, de quien Vázquez Medel es «un gran referente en su obra, que conoce como pocos». También le señaló como un profesor referente «ético», un «sincero amigo», que vendrá «cuando quiera» a su casa, el Centro de la Comunicación Jesús Hermida.

Acabó diciendo que 'Mágico poder' constituye una obra «contra bulos, mentiras y medias verdades, historias prefabricadas u ocultada. Viene a decirnos que no hay formas absolutas para la verdad y que la belleza es importante, que la poesía viene cargada de un mágico poder que es un excelente bálsamo contra la sinrazón, la intolerancia, la violencia y la agresividad y a favor del amor y la paz».

Entrando más en materia María del Amor Pérez, catedrática de la Universidad de Huelva, y Margarita García Candeira, doctora de la Universidad de Santiago de Compostela, como ya hiciera con 'Remota Luz', extrajeron sus claves principales con maestría, entrelazando conceptos y referencias de un modo que sorprendió y emocionó al propio autor.

De Hermida a Vázquez Medel, de la luna a la esperanza

María del Amor Pérez estableció un paralelismo entre quien hizo uso de la magia de la palabra hace 55 años para narrar la llegada del hombre a la luna, «un hecho impensable que se hizo realidad», Jesús Hermida, y Vázquez Medel, que con su obra «nos sumerge en la esperanza, nos empuja a reflexionar y hablar desde la confianza en el ser humano, ante un dios desconocido». El primer compartió un «emocionado relato» de cómo la humanidad depositaba con su pie en la superficie lunar no sólo su cuerpo, sino también su «pensamiento, alma y corazón». Y en el lugar que rinde homenaje a este maestro de la comunicación, otro digno representante de la palabra, «lector empedernido, erudito, académico, ensayista y poeta, pero por encima de todo profesor», toma el testigo.

La catedrática Pérez leyó el poema en prosa 'El magnolio', de' la obra Ocnos' de Luis Cernuda, escrito en el exilio con referencias a sus etapa de niñez en una Sevilla, y estableció un paralelismo con Vázquez Medel, que después reconoció que «hasta este libro no he sido consciente de la presencia que tiene y ha tenido Cerunda en mi libro, en mi poesía y en mi vida, mayor de lo que yo creía», porque no era «explícitamente consciente». Además, señaló el recuerdo al poema '1936'. La catedrática indicó que todo el poemario impulsa a no abandonar el camino marcado porque «somos caminantes sobre el camino de nuestra propia vida». Acabó diciendo «al amigo y el hombre bueno, quédate con nosotros».

Su compañera Margarita García Candeira subrayó la «idea de esperanza» en 'Mágico poder' y también lo conectó con Cernuda y las «únicas páginas amables de su ciudad natal» del autor sevillano» en Ocnos, desde la atmósfera de la Inglaterra norteña en su primer exilio. Expuso que el poemario de Vázquez Médel recuerda a Petrarca, una «poética de senectud», que también implica un «regreso al origen», a la niñez, pero con «una diferencia esencial» y es que «no hay concesión a la nostalgia paralizadora» y se constituye como «un impulso renovador del futuro», donde «el ayer se confunde con el mañana». Consideró que las semillas de esperanza, unidas al regreso al origen preparan al lector para la tercera parte, la posibilidad o esperanza de «encuentro con un dios definido como desconocido pero no necesariamente inexistente».

«La poesía se configura como una actividad de resistencia que es útil y tiene poder»

Margarita García Candeira

Catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela

Partiendo de la sensación de acabamiento, del clima de la crisis y el colapso social y humano y la falta de salidas, la esperanza se abre paso y con ella se destaca la función de los poetas en tiempos de miseria, conectando con Machado y Juan Ramón Jiménez. Sostuvo que el autor huye de cierta tendencia a la escuela o trinchera poética para lanzar el mensaje de que «la poesía se configura como una actividad de resistencia que es útil y tiene poder» y tiene una vocación política y es firma la posición del autor con la libertad y la voluntad de entendimiento y cómo, en conexión con Borges y el espíritu marxista, «los pequeños gestos cotidianos salvan al mundo» y esas son las auténticas semillas de esperanza, que implican una espera.

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En esta línea, la catedrática resaltó la recurrencia en la obra de imágenes de nacimiento, con el verbo «parir» como el más «rotundo», ya que la esperanza «es como un bebé, una criatura y todos somos padres y madres de ese mañana». Otro concepto que introdujo es que la fe «no es incompatible con la conciencia de límite» y el uso de figuras clásicas de mitos como Ícaro o Penélope, en la línea con la cita de Samuel Beckett que dice «inténtalo de nuevo, fracasa otra vez, fracasa mejor». Por eso afirmó la docente que «la poesía tiene ese poder pese a la conciencia de derrota».

También dio protagonismo a la luz, que «es esa luz con el tiempo dentro de Juan Ramón Jiménez, la vuelta al entorno de la niñez de la Huelva de Manuel Ángel». Y asociado a la luz y la oscuridad están «la plenitud y el vacío», San Juan de la Cruz, y los «tintes eróticos» con «los contrarios que se encuentran y se juntan en el instante de gozo». Ese 'kairós', el momento adecuado u oportuno, es para ella la «aceptación gozosa de la finitud y se convierte en inmensidad del mar o del cielo, de nuestro espíritu capaz de percibir tanta belleza».

Por último, Margarita García Candeira destacó las semejanzas y sincronía de 'Mágico Poder' de Vázquez Medel, «una antología de la esperanza», con la obra 'El espíritu de la esperanza', del filósofo coreano Byung-Chul Han, textos que considera «hermanados» y que son ramas verdecidas del olmo seco de Machado.

«Conmovido y emocionado»

Con Juan Ramón en los labios y su «gracias, te las doy siempre ¿A quién las doy? / A la belleza inmensa se las doy» comenzó su intervención Vázquez Medel, «conmovido y emocionado». Señaló a Rafael Terán como «alma» del Centro de la Comunicación Jesús Hermida y se felicitó por reencontrarse con tantas personas queridas y admiradas en este acto, que considera «un regalo». Agradeció especialmente la confianza de sus editores, Huerga y Fierro, y las «claves e interpretaciones» de Pérez y García Candeira, cuyo acierto ratificó. «En su palabra se me devuelve el eco de la palabra que pasa a través de mí, que no es mía y no nos pertenece, porque siempre pensé como Vicente Alexandre que lo único que busca un modesto poeta es que su palabra resuene en unos pocos corazones fraternos».

Vázquez Medel también agradeció la presencia de la Librería Saltés en el acto, así como a su amigo Jaime Montaner, que formó parte de su fundación y fue fundamental para que estuviera en el acto. También valoró «la representación de mis raíces» en varios familiares -sus Cintas, hermana y prima, sobrinos, una de sus hijas y su nieto más pequeño- así como la compañía de poetas de su misma generación, como José Juan Díaz Trillo y Juan Cobos Wilkins.

Introdujo el autor una idea clave, en la que partiendo de que las religiones expresan «un impulso profundo de los seres humanos», éstas se han apropiado de «demasiadas cosas y es necesario que se las amortice» y devuelvan cosas a la comunidad. En este sentido, expuso que «otro secuestro mucho más grave» es que hay palabras que no nos atrevemos a usar desde una perspectiva laica, atea o agnóstica por haber sido contaminadas por las religiones, como «la fe, la esperanza y el amor», que considera «lo más humano, para alguien que crea como el que no». «Creer en algo, esperar algo y amar. En el amor se consuma la existencia».

Afirmó Vázquez Medel que no tiene reparos en usar mitos por su componente de verdad y que para él el de Sísifo es el de los profesores y que cuando le dicen que es «incombustible», asegura que se quema, que «la llama me devora», pero que es un ave fénix que renace de sus cenizas, con la constante de sus «grandes valores y principios éticos que han constituido mi vida». Y citó el ejemplo de su procesamiento en 1973 por una carta en defensa de la democracia.

«Si dios es una invención humana utilicémosla», afirmó como buen juanramoniano, con minúscula, un dios que «está en todos y todo, es deseado y deseante». También citó el impulso juvenil de Nietzche y su martillo para desmontar dioses falsos, para acabar señalando que ha tratado de transmitir una cierta mística laica, donde lo sagrado emerge en la tercera parte de la obra. Afirmó que lo mismo que no existe «verdad sin bondad» no pueden existir libertad, igualdad y fraternidad sin que estén presentes el resto de elementos.

Considera su regreso al origen como una espiral más que como un círculo y que afronta la última estación vital y poética ligero de equipaje, porque «no tengo miedo a la muerte, sino amor a la vida» y a eso quiere dedicar el tiempo que le queda y a mantener la esperanza. Sobre este concepto, indicó que leyó el referenciado libro 'El espíritu de la esperanza', del filósofo coreano Byung-Chul Han tras escribir 'Mágico poder' y reconoció «muchas conexiones y diferencias». Le pareció «tan increíble la coincidencia profunda de ese espíritu» que cree que su contenido hace entender mejor su obra. Sostiene que está presente «la redención en el sentido más profano», la idea de mantener la esperanza porque «la capacidad de dar sentido a la vida es lo que nos salva». Hizo referencia a otra obra del autor asiático, 'La sociedad del cansancio', así como a Emilio Lledó y Chantal Maillard.

Leyó y comentó poemas como 'Turris fortisima' o 'Las justas', donde resalta la necesidad imperiosa de que los derechos de las mujeres dejen de estar en involución en todo el planeta, un palimpsesto de 'Los justos' de Borges, porque «me encanta la intertextualidad y la polifonía, la voz de vida a otros autores». Del escritor argentino valora el concepto de que «cuando alguien hace lo que tiene que hacer por insignificante que sea está salvando el mundo».

Comentando 'Mágico poder', Vázquez Medel reconoció que inicialmente la estructura de la obra iba a ser distinta y que el cierre sería para 'Semillas de esperanza', pero finalmente apostó por ponerlo al principio dada la situación social actual. «Es un poema de búsqueda y ofrezco la posibilidad de que cada uno haga el recorrido a su propia identidad con 20 fragmentos de poemas -se pueden leer salteados-que van avanzando y retrocediendo», porque así es la vida, con «momentos de gozo» y también con la «oscuridad de la euforia», de la plenitud a la acedia, «como llamaban los místicos a la amargura de entrar en una noche», donde la nada es el todo o el todo es la nada, rescatando a José Hierro.

«Si naciera en el siglo XXI Jesús de Nazaret sería una mujer»

Manuel Ángel Vázquez Medel

Poeta

Continuó leyendo y comentando 'Otra niña vendrá', e hizo referencia al verso «solo el que conoce la nostalgia decide suicidarse tres veces cada día, y sin embargo cada día vive» de 'Pájaro de la noche'. «Es una proclamación de vida», concluyó. Para él es «muy misterioso, casi profético y mesiánico», con la hermosura poética que tienen los mitos, en los que «siempre hay una verdad». Afirmó con esta referencia que «si naciera en el siglo XXI Jesús de Nazaret sería una mujer».

Acabó concluyendo Manuel Ángel Vázquez Medel que 'Mágico poder' contiene «la palabras donde resuenan las palabras de otros grande poetas» y que están escritas con la intención y deseo que también resuenen en otros «corazones fraternos», ya que en él es «muy importante la unidad».

Un contrapoder para el 'emperador zanahoria'

En el turno de comentarios del público, Juan Cobos Wilkins, como «el mejor representante de todos», como expresó José Juan Díaz Trillo, agradeció el tiempo dedicado a los conceptos de ética, la moral, la reivindicación de la belleza, la verdad y la bondad, que «me resarce de haber escuchado tanta oscuridad» en el discurso de investidura de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, a quien el escritor riotinteño calificó con gracia como «el emperador zanahoria». «Frente al poder de lo siniestro todavía se sigue alzando el mágico poder de la palabra», sentenció Cobos Wilkins, reflexión que ratificó Vázquez Medel, que espera equivocarse y que no traiga este mandato «mucho dolor, muerte y destrucción».

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