Alejandro Zamora presenta en Huelva 'Rapear en una Cuba utópica', obra censurada en su país
El autor indica que el libro «no es cómodo» para las autoridades porque tiene una importante carga de crítica social y política
Detalla que el racismo y la defensa del colectivo LGTBIQ+ son los temas mayoritarios en las letras del movimiento hip hop cubano
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La cultura del hip hop se ha colado en todas partes, incluso en un país tan hermético con respecto a todo lo que viene de fuera como Cuba. En el país caribeño, el rap se ha convertido, tras un camino de dos décadas, en una herramienta de denuncia que ha ido alzando voz ante problemas sociales como el racismo y la homofobia y que también ha incomodado al régimen cubano, que por su parte también ha impulsado una vía oficial de este movimiento.
Un pionero en el estudio de este fenómeno cultural ha sido el periodista e investigador cubano Alejandro Zamora Montes, residente en Huelva, quien publicó en 2017 'Rapear una Cuba utópica. Testimonios del movimiento hiphopero', un libro censurado en su país y que presenta este martes 29 de octubre (18.30 horas) en la Biblioteca Pública Municipal 'Federico García Lorca' de Huelva (El Lazareto, calle Granado, 26).
Esta obra es el primer libro hecho por un cubano sobre cultura hip hop en Cuba, ya que la mayoría de las visiones que se tenían de esta cultura en el país caribeño venían de investigadores estadounidenses, españoles y alemanes. «No existía una mirada nacional propia», indica a Huelva24.com Alejandro Zamora, que abrió el camino a otros que vinieron después.
«No resultó ser un libro cómodo y está censurado en Cuba. Sacó a relucir los problemas a nivel institucional e internos en el movimiento del hip hop»
«No resultó ser un libro cómodo y está censurado en Cuba. Sacó a relucir los problemas a nivel institucional e internos en el movimiento del hip hop. Es un libro que no queda bien con nadie, refleja datos objetivos y eso no gustó ni para un lado ni para el otro y así pasa con los libros que les toca abrir el camino», expresa Zamora.
El autor cubano cuenta en su libro «como en el único país socialista de América Latina y Caribe entra esta música que es estadounidense, aunque con antecedentes lationamericanos y caribeños». Relata que este género es recibido por su gente «con un tamiz de curiosidad» y después aflora «una mirada de relación crítico-ideológica», también «un proceso de transculturación» y se hace un rap «generalmente cubano con elementos foráneos pero también nacionales».
Arte, cultura y política
Uno de los temas que la obra puso «en la palestra pública» es «la libertad de expresión» y «esa compleja relación entre arte, cultura y política». «Había como muchas leyendas con respecto a rap en Cuba, proyectos que desaparecieron en medio de toda la tensión con las instituciones y eso se refleja en el libro», declara el autor.
En cuanto a las letras predominantes en el rap cubano, Zamora expone que «se tratan todo tipo de temas», pero entre los principales están «las problemáticas raciales y el tema de género». También se trata «la tecnología, del mal uso de los medios de comunicación, su parte nociva y manipuladora», pero subraya que está «muy marcada» la temática de denuncia sobre el racismo imperante contra los ciudadanos de raza negra por parte de la mayoría blanca, así como la lucha por la diversidad de identidad de género y la libertad sexual. «Hay un grupo que se llama Las Krudas que hacen 'queer hip hop', donde hay toda una defensa de toda esta dimensión del colectivo LGTBIQ+», ejemplifica.
Los elementos básicos del hip hop
El autor cubano invirtió más de tres años entre la investigación y el proceso de publicación. La obra está estructurada en cuatro capítulos, siendo el primero un recorrido por los cuatro elementos básicos de la cultura hip hop: el rap, el graffitti, el dj y el breakdance.
Otro capítulo está dedicado a la Agencia Cubana de Rap, una institución oficial, «la única en el planeta«, apunta, hecha por el gobierno de Cuba para profesionalizar a raperas y raperos. «Es una institución que en sus inicios tuvo muchas polémicas y entrevisto a las dos primeras directoras de las cuatro que tuvo la agencia», indica Zamora.
En otro punto de la obra se centra en los festivales de rap, como el de Grupo Uno de la localidad de Alamar, que comenzaron en 1995. «Gracias a este grupo gestor el rap cubano se internacionalizó. Esos festivales lograron que raperos de Cuba entera desfilaran por ahí y que vinieran incluso grandes personalidades de la cultura hip hop globales, sobre todo estadounidenses», recuerda.
El último capítulo está dedicado a los intelectuales y su visión del movimiento hip hop. «Se habla de un quinto elemento de la cultura hip hop, el conocimiento, y me interesaba que hubiese una mirada intelectual y académica con respecto a cómo ese fenómeno llegó a Cuba y se desarrolló», expone el investigador.
Zamora también repasará otras obras posteriores a la suya, de las que ha sido prologuista, que también ahondan en el camino que abrió. Uno de ellos es una antología del hip hop, que se hizo gracias a una Asociación Cultural Lulaya de Santa Cruz de Tenerife. En este marco, se organizó un concurso de cuentos de ficción y obtuvo el tercer premio con una historia de 'queer hip hop', que cuenta «la relación de amistad entre un rapero cubano y un rapero onubense».
En la presentación también habrá un momento para los recuerdos de Pepe Toscano, de los primeros de la cultura hip hop en Huelva. Se analizará la confluencia entre Cuba y España en materia de hip hop, con mención especial para el director español Benito Zambrano, que «fue muy importante con una película Habana Blues». En esta línea, se va a hablar de La Habana-Madrid, un disco que se hizo entre raperos cubanos y españoles.
