entrevista

José Luis Ruiz: «En América se conocía más Huelva por el festival que por el viaje de Colón»

50 festival de cine iberoamericano de huelva

El fundador del certamen onubense desea que las futuras ediciones sean «como lo que parece que va a ser la de este año»

Recuerda que Robert Redford le dijo que no y que Jennifer López «me dejó tirado con billetes en primera clase», pero valora la larga lista que dijo sí

«Me quedo con haber traído a Buñuel. Era la primera vez que venía a España a un festival de cine», destaca

Manuel H. Martín: «El Festival de Huelva no sólo funciona muy bien por cómo tratamos a la gente»

El Festival de Cine proyectará 147 títulos y su gala inaugural la presentará Miguel Ángel Muñoz

José Luis Ruiz, fundador del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva alberto díaz
Mario Asensio Figueras

Esta funcionalidad es sólo para registrados

José Luis Ruiz Díaz (Sevilla, 1939) es reconocido por muchos como el caballero de la Cultura en Huelva. Aquel joven de 18-19 años que conoció a Charles Chaplin y Ava Gadner cuando trabajaba en el Hotel Savoy de Londres, acabó siendo en gran anfitrión en su Hotel Tartessos de Huelva de todo tipo de artistas. Es licenciado en Historia de América, pero ser padre de festivales ha sido su gran dedicación. Su nombre va indisolublemente ligado al Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que inicia su 50 edición el viernes 15 de noviembre. Es el ideólogo y fundador del certamen cinematográfico onubense, al frente del que estuvo 21 años, la edad dorada del evento para muchos nostálgicos. No obstante, recalca reiterativamente que el éxito de esa etapa es compartido con su gran equipo, muchos de ellos pertenecientes al Cine Club Huelva, el germen de este evento, nexo de tantos países latinoamericanos en torno al séptimo arte.

Ruiz echa la vista atrás y se siente orgulloso, impulsado por su autoexigencia, determinación y trato amable, de haber conseguido que un gran número de nombres destacados de la cultura pasaran por la capital onubense e igualmente de que se fueran con ganas de volver. Alguna espinita clavada tiene con algún rechazo, pero ya son sólo anécdotas dentro de una colección que bien merecería un libro. «Estar jubilado no te exime de que no tengas tiempo», dice al abrir un hueco para Huelva24.com en su manuscrita agenda para refrescar su prodigiosa memoria. Está dispuesto a recordar infinidad de detalles de su época pero reacio a entrar en valoraciones del resto de ediciones. Más de Beatles que de Rolling Stones, se viste del John Lennon de 1966 y en 2024 reivindica el prestigio del festival al que vio nacer.

PREGUNTA- ¿Imaginó que el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva llegaría a cumplir 50 años cuando comenzó?

RESPUESTA- En cierto modo sí. Después he visto momentos muy críticos del festival, que pudo desaparecer, pero se tuvo la paciencia. Yo estuve 21 llevando el festival. 18 han sido de organización totalmente privada, aunque teníamos subvenciones, lógicamente, del Ayuntamiento de Huelva, de la Diputación, de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura. Las otras tres fue cuando ya era municipal. Después han pasado muchos directores a continuación. Unos merecen nombrarlos porque lo han hecho bien y otros no. Yo tengo el defecto o la virtud de que cuando me meto en la organización de algo empiezo muy fuerte. No soy de lo de ir poquito a poco y a ver qué va a pasar y tras una buena primera edición fuimos a por todas en la segunda.

P.- ¿Qué le parece todo lo que se ha preparado para esta 50 edición? ¿Cree que los onubenses viven estos días de cine como se merece o que hay todavía muchos que pierden la oportunidad?

R.- Depende de lo que le ofrezcas. Me parece muy bien todo lo que se ha preparado para esta edición. Ojalá que sean todas como lo que parece que va a ser la de este año.

«Teníamos cerca de 300 socios en el Cine Club Huelva y siempre digo que fue una escuela de democracia»

P.-¿Cómo fue aquella primera edición del certamen?

R.- La idea de hacer el festival es personalmente mía. Yo tenía entonces el Hotel Tartessos. Había un riesgo, pero lo hicimos. Es una cosa muy personal pero con el innegable valor del equipo que constituimos. Nadie cobraba un duro e incluso había casos de personas que estaban trabajando y pedían vacaciones para trabajar en el festival. Franco murió unos días antes de empezar nosotros -el 20 de noviembre-. El festival antes no era en noviembre y se celebraba siempre del 1 al 7 de diciembre. Se hizo una primera edición del Festival en 1975 que fue como un experimento, pero fue un éxito, pese a contar con poca publicidad y garantía exterior. Éramos nuevos aunque proveníamos del Cine Club Huelva. Yo era el presidente y hacíamos muchas cosas. Teníamos cerca de 300 socios y siempre digo que fue una escuela de democracia. Había gente de todos los colores y venía gente hasta del seminario. En los primeros momentos tenía un formato de presentación, hablando de la película y el director, la proyección y a continuación, un coloquio. Hubo un respeto de unos a otros fantástico que no he vuelto a ver.

P.-El germen del festival fueron las actividades que organizaba el Cine Club Huelva que presidió ¿Cómo eran?

R.-Tuvimos problemas en principio. Estamos hablando una época de Franco y el Ministerio de Información y Turismo, el de Cultura no existía, tenía que autorizar el festival. En el año 1972, lo vi claro siendo presidente del Cine Club Huelva, empezamos ya a celebrar el Día del Cine, a final de febrero, por San Juan Bosco, y ahí poníamos una película especial traída de la Filmoteca Española o de una embajada. Había después una comida con todos los socios y dábamos unos premios de películas que se hubiera exhibido en Huelva a la mejor película española, extranjera, premio a actores y al cine de la ciudad que mejor programación había tenido. Antes del festival vinieron Emma Penella, Emiliano Piedra, Fernando Rey y Ana Belén, que acababa de empezar. Le dimos el premio promesa por 'Españolas en París' (1971). En esto se necesitaba moverse mucho para que vinieran invitados.

Ruiz, con el cartel de la séptima edición ALBERTO DÍAZ

P.- ¿Cómo fue el salto de la segunda edición?

R.- En estas cosas hay que tener imaginación. El segundo año, viendo la situación cómo estaba, en una reunión que tuvimos en nuestro consejo, por así decirlo, propuse una ampliación de las estructuras del festival, de las secciones. Así como el primer año no hubo premio de Colón de Oro, sólo uno del público, ya en el segundo elegimos un jurado y sí hubo Colón de Oro y vino gente muy importante. A partir de ese momento decidimos hacer un homenaje y otras secciones como Latinoamérica vista desde fuera y directores de fuera de Latinoamérica mostraban su visión del continente. Estábamos constantemente viendo qué secciones, además de la de concurso, podríamos hacer nuevas. Nosotros al principio no dábamos dinero, aunque teníamos el respaldo del Tartessos y al Emperador, que tenía una sala de 1.100 personas. Carmen Maura vino el primer año con Concha Gregory, como actrices noveles. Lo que había hecho eran cortometrajes y Carmen después vino dos veces más y ha presentado películas aquí. En una sacamos una sección 'Actrices para un final de siglo', con actrices de varios países latinoamericanos.

P.- Para ser un festival de cine, la presencia de literatos fue recurrente

R.- Así es. Había una sección que era 'Cine y literatura' y ahí metíamos todas las películas que estaban basadas en obras literarias en español, aunque hubo excepciones porque hicimos un homenaje a la figura de García Lorca y vino una película de Hungría y otra marroquí y también vino Ian Gibson, biógrafo de Lorca. Estuvieron con nosotros Juan Benet, Alfredo Bryce Echenique, Miguel Barnet, Jesús Díaz, Guillermo Cabrera Infante, Álvaro Mutis, José Donoso, Luis Sepúlveda, Manolo Puig, Camilo José Cela, Rafael Alberti, Mario Vargas Llosa, Fernando Arrabal, Antonio Gala, Arturo Azuela, José María Vaz de Soto, Juan Carlos Onetti, Ian Gibson, Zoe Valdés, Félix Grande, Fernando Sánchez Dragó y Luis Rosales, entre otros.

«La gente veía que teníamos tanta ilusión y tanto entusiasmo y estábamos tan pendientes de ellos»

P.- ¿Cuál era la clave para conseguir que vinieran a Huelva personas tan reconocidas?

R.- No lo sé. Les caeríamos en gracia. La cosa es que muy pocos nos dijeron que no. La gente veía que teníamos tanta ilusión y tanto entusiasmo y estábamos tan pendientes de ellos. Hay que tener las cosas claras e insistir. Yo soy muy exigente conmigo mismo. Me siento muy orgulloso. Al festival han venido incluso chinos interesados en ver qué era. Venían de Rusia, la antigua Yugoslavia, Alemania, Italia, Francia, y los países Latinoamericanos. Teníamos un gran prestigio, en América muchísimo.

P.-¿En qué nivel cree que está ahora ese prestigio?

R.- Preferiría no hablar. Me voy a limitar a hablar de los años que he estado yo al frente y en ellos no se puede disociar el equipo que conseguimos. La gente se iba encantada.«

«Buñuel venía como muy amparado por varios compañeros de su equipo de trabajo. Todos le llamaban don Luis. Lo alojamos en la antigua Hostería La Rábida»

P.- ¿Sabría decir cuál es el mejor recuerdo que guarda del certamen onubense en todos estos años?

R.- Yo huyo mucho de los términos absolutos. Hay tantos momentos… Hay uno muy bonito. Creo que fue en el último año que yo estuve. Se me metió en la cabeza que teníamos que hacer una lectura sobre el cine, con dos diálogos de dos películas de alguna manera trascendentes e importantes y al fin lo logramos. Fue en la Casa Colón ya. Leyeron Rosana Pastor, Gemma Cuervo, Paco Valladares y José Luis Gómez textos por parejas de 'Lo que el viento se llevó' y 'Casablanca', un pequeño texto extraído. También me quedo con haber traído a Buñuel. Era la primera vez que venía a España a un festival de cine. Él no era de festivales pero me presenté en México. Llevaba una recomendación de alguien muy amigo de él. Le conté lo que quería y me dijo que sí. Eso fue en verano y estuve durante cuatro o cinco meses dudando si vendría o no. Vino con su productor francés y en la Casa de la Cultura hicimos un coloquio con él. Buñuel venía como muy amparado por varios compañeros de su equipo de trabajo. Todos le llamaban don Luis. Lo alojamos en la antigua Hostería La Rábida, donde estuvo sin que le molestaran. Otro recuerdo del que tengo que hablar inevitablemente es el maravilloso equipo con el que contamos y toda la gente que trajimos. Echamos el resto en el jurado y tuvimos a Emiliano Montés y Eduardo Arroyo nos hizo un gran cartel, en lo que también éramos muy exigentes.

«Estuve dos veces en Los Ángeles para convencer a Robert Redford y estuve dos veces en Los Ángeles, pero finalmente recibí una carta diciendo que no».

P.- ¿Quiénes dijeron que no?

R.- Alejo Carpentier y Jorge Amado dijeron que no. Hubo gente que no pudo venir, como es el caso de Julio Cortázar. Estuve en contacto con él y en la última conversación me decía que se iba al hospital y ahí quedó porque falleció. Contacté con Robert Redford y estuve dos veces en Los Ángeles, en Hollywood para convencerlo, pero finalmente recibí una carta diciendo que no. Él creó una fundación, el Instituto Sundance, y su festival que se podía asemejar al nuestro, pero no era exclusivamente latinoamericano. En el caso de Jennifer LópeZ fue más sangrante, pues que me dejó tirado con los billetes sacados en primera desde Chicago, que costaban un dinero. Entonces era sobre todo cantante y estaba comenzando como actriz. Hizo la película 'Selena' (1997), de Gregory Nava, sobre una cantante que murió de una manera turbia. Tampoco vino al final la nicaragüense Bianca Pérez Moreno de Macías, primera mujer de Mick Jagger. Unos salen y otros no.

P.-Una de las características del festival de hace unos años es que se exhibían películas en varios cines.

R.- Eso es. Además del Emperador, hemos tenido cine en el Gran Teatro, en el Rábida, en el Fantasio, en el Odiel, hasta en Las Colonias. Desde el principio tuvimos el cine infantil, que funcionó muy bien y el cine en la cárcel, con el que la gente se quedaba impactada.

«El festival empezó con un cine muy politizado, porque en América Latina había muchas dictaduras en ese momento»

P.- ¿Cómo espectador le marcó alguna película personalmente?

R.- Había una película muy bonita, 'El Norte' (1983), de Gregory Nava. Nosotros teníamos que buscar películas como fuera y las conseguíamos. También guardo muy buen recuerdo muchas de las películas argentinas que han venido. El festival empezó con un cine muy politizado, porque en América Latina había muchas dictaduras en ese momento y hoy en día algunas continúan. Había un cine crítico políticamente.

P. -¿Qué comentario sobre Huelva de personas que han estado aquí durante el festival guarda especialmente?

R.- La gente ha estado siempre encantada, porque la cuidábamos muy bien. Teníamos un gran equipo de relaciones públicos, que no cobraban ni se dedicaban a eso. Uno trabajaba en un banco, otra era abogada… uno de ellos era Juan José Domínguez, presidente del Colegio de Abogados hasta que murió el año pasado. Eran mis amigos.

«Sonia Braga estaba haciendo una película en Sudáfrica y cogió un avión un viernes para estar en Huelva dos días, recoger el premio e irse»

P.- ¿Alguna anécdota que recuerde especialmente?

R.- Hay muchas. Invitamos Emilio 'El Indio' Fernández -director, productor y actor mexicano- Yo no lo vi en México pero conseguimos traerlo y cuando fui a recibirle en coche y lo vi, exclamó sobre mí «¡¡ah, pero sí es un chamaco, es un chamaco!!» (risas). La presencia de María Félix fue potente y a Sonia Braga, de Brasil, la vi en Nueva York y estaba de acuerdo en venir. Cuando llegó el festival estaba haciendo una película en Sudáfrica y cogió un avión un viernes para estar en Huelva dos días, recoger el premio e irse. Y como esa muchas. Tengo otra anécdota con a subdirectora general de cine de México, hermana del presidente. Hablamos cuando estaba todavía en México y a ella la enviaban al aeropuerto de Granada, porque creían que el el festival era en Huéscar, un pueblo que les sonaba muy parecido. Les dije «no hombre no, que nosotros estamos a 90 kilómetros de Sevilla». Del primer año fue gracioso porque no teníamos dinero y el problema era como comían los pocos invitados que teníamos. En el mismo restaurante del hotel, que estaba cerrado en ese tiempo, teníamos nuestro departamento de avituallamiento con un cocinero. Incluso Carmen Maura se metió en la cocina más de una vez a ayudarnos. Era un ambiente muy solidario. Otra anécdota es de la segunda edición, en la que hubo tanta gente en el Cine Emperador que rompieron una puerta.

P.- Uno de los acontecimientos remarcados en la historia de Huelva es el Descubrimiento de América. En esos años en los que estuvo al frente del festival, ¿se identificaba desde la otra orilla a Huelva como el origen de ese primer viaje descubridor?

R.- Ocurría algo más tajante, que realmente en América se conocía más Huelva por el festival que por el viaje de Colón, claramente. Lo puedo constatar porque yo viajaba mucho a América. Me pagaba el billete siempre de mi bolsillo, aunque tenía una colaboración con una agencia de viajes de aquí que me hacía un descuento buenísimo, del 75%.

José Luis Ruiz, sentado en su casa alberto díaz

P.- ¿Cómo vivió el cambio de ciclo hacia un festival municipal?

R.- El Festival era privado y hubo un momento que se lo dimos al Ayuntamiento de Huelva. Cuando iba mal fue voluntad nuestra dárselo al Ayuntamiento. Llevábamos 18 años tirando del carro y pensamos que era lo mejor para el festival. En esa etapa municipal no le salieron bien los dos primeros y me llamó el alcalde, Pedro Rodríguez, y estuve tres ediciones más al frente. Me llamaron de nuevo para que lo dirigiera, ya cobrando, y muy bien. Entonces conseguimos una cosa que estaba siempre rondando por mi cabeza, hacer una especie de gran reunión de todo el cine latinoamericano para intentar unos cauces de conexión entre todos los países, para favorecer la coproducción y las relaciones. Había países que no conocían el cine de otros países de su mismo continente. También traíamos cine de Portugal. A esta reunión hubo una llamada a toda la industria del cine de América Latina y tuvimos una reunión fantástica de dos días en la Casa Colón. Habría directores, productores, televisiones y de ahí surgió Ibermedia. Se dieron los primeros pasos para confirmarse y en Guadalajara (México) es donde se consolidó.

P.- ¿Qué echa más de menos del ambiente y el espíritu del festival de esos años?

R.- Las vivencias personales que hemos tenido. El festival era muy divertido. Después de las películas siempre teníamos fiestas. Teníamos la situación de que no queríamos dar vales de comida al jurado y como yo tenía un apartamento bastante grande en el Hotel Tartessos se me ocurrió que los miembros de jurado y los vips que no tuvieran que ver nada con ninguna película, imparciales y neutros, tuvieran un cocinero a su disposición, con el departamento de avituallamiento de nuevo comprando las cosas. Nos reuníamos al final de las películas unas 20-25 personas y estábamos muy bien. Cuando el festival ya era municipal lo dejamos de hacer para que no se cabrearan los políticos.

Imagen - «Este año me coincidía la inauguración con un concierto fantástico al que quería asistir en Londres pero desistí de ir porque era el festival»

«Este año me coincidía la inauguración con un concierto fantástico al que quería asistir en Londres pero desistí de ir porque era el festival»

P.- ¿Cómo es su relación con el Festival en los últimos años? ¿Va a ver películas?

R.- Yo estoy en un muy segundo plano. Hasta ahora he ido a casi todas las inauguraciones y de hecho este año me coincidía con un concierto fantástico al que quería asistir en Londres pero desistí de ir porque era el festival. No sigo las películas con la constancia de antes. Entonces tenía que elegir las películas junto a otros miembros del equipo y ahora voy como un simple espectador.

P.- Ha sido impulsor de otras iniciativas culturales como el Festival Internacional de Fotografía Latitudes ¿Hay alguna posibilidad de resucitarlo?

R.- Creo que no. Llega un momento en el que hay que estar pidiendo dinero…. me parece que no. Yo tengo un carácter y voy siempre a por lo máximo o creo que no merece la pena, porque creo que es lo que consigue que tenga potencial, sea seguido y se mantenga.

P.- Con todo lo que ha vivido, ¿se plantea escribir sus memorias?

R.- Sí, pero soy muy vago. No me gustan los ordenadores ni la tecnología y escribo a mano. Como tengo lumbalgia termino agotado.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación