Una gran muestra sobre la necrópolis de La Joya reivindica a Huelva como epicentro de Tarteso
La consejera de Cultura destaca la importancia de una muestra que reúne en el Museo onubense «más de 200 piezas funerarias de valor excepcional»
El 80% de las obras se exhiben por vez primera en una exposición que reproduce a escala real una de las piezas emblemáticas: el carro de la tumba 17
El carro tartésico de La Joya, a punto de ver la luz tras «meses de trabajo, dolores de cabeza y noches sin dormir»
Cuenta atrás en el Museo de Huelva: «El visitante va a entrar en la necrópolis de la Joya»

La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda, y el presidente de la Fundación Atlantic Copper, Heliodoro Mariscal, han inaugurado la exposición 'La Joya, vida y eternidad en Tarteso', que podrá verse en el Museo de Huelva hasta el 12 de enero de 2026. La muestra reúne más de doscientas piezas funerarias procedentes de la necrópolis de La Joya, una de los más destacadas de la arqueología del sur de la peninsular. Muchas de las piezas seleccionadas han sido restauradas para la ocasión y se exponen por vez primera.
«Con esta exposición inédita, la mayor celebrada en este Museo hasta el momento, Huelva se reivindica como centro neurálgico de Tarteso», ha señalado Del Pozo durante el acto de apertura. La inauguración ha contado con la presencia del delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva, José Manuel Correa, el vicepresidente de la Diputación, José Manuel Zamora, y el presidente de la asociación Arqueohuelva, Jorge Cotallo, entre otras autoridades.
Esta ambiciosa muestra tiene como objetivo ofrecer una visión de la cultura tartésica «integral y accesible a todo tipo de públicos», centrada en el que sin duda es «uno de sus enclaves más emblemáticos: la necrópolis de La Joya». Asimismo, como gran atractivo, se ha recreado a escala real el carro de la tumba 17, la más principesca de las excavadas. Del Pozo ha constado que, a pesar de las miles de páginas publicadas sobre esta rica cultura, «a día de hoy, la fascinación que despierta Tarteso sigue estando intacta tanto dentro, como fuera de Andalucía». En este sentido, ha insistido la consejera, «con esta ambiciosa muestra Huelva mira al futuro, mostrando al mundo su pasado más emblemático».
La exposición parte de un trabajo previo de investigación y selección desarrollado durante más de diez meses por un equipo multidisciplinar, compuesto por hasta diez especialistas en historia antigua, museografía y conservación del patrimonio. La coordinación ha corrido a cargo de tres comisarios: los arqueólogos Clara Toscano, Javier Jiménez Ávila y Rafael C. Robles Romero. Organizada por la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, cuenta con la colaboración destacada de la Fundación Atlantic Cooper, así como de la Asociación Arqueohuelva.
Pilar Miranda ha agradecido a la Junta de Andalucía haber traído a Huelva esta muestra, así como su colaboración a la Fundación Atlantic Copper por el trabajo realizado a nivel científico «que hará crecer el interés que viene generando el yacimiento en la comunidad científica, aumentando su proyección internacional y, por tanto, promoviendo las visitas no solo de investigadores e historiadores, sino también de turistas y viajeros interesados por la arqueología».

La alcaldesa de Huelva ha destacado que esta exposición «es una oportunidad para conocer los orígenes de la ciudad más antigua de occidente, poniendo en valor nuestro valioso pasado tartésico y esas joyas de nuestros fondos arqueológicos». «Uno de los pilares en los que se basa la hoja de ruta que hemos diseñado para la Huelva del futuro es la puesta en valor de nuestra historia. Queremos dar a conocer, acercar y ensalzar el patrimonio de la ciudad de Huelva para disfrute de los onubenses y también, por supuesto, para disfrute de todos aquellos que nos visiten -ha añadido la primera edil- Porque hacer una ciudad atractiva para los onubenses y para los que vengan de fuera es garantía de crecimiento y desarrollo, de nuevas oportunidades, y para conseguirlo es importantísimo cuidar de nuestro patrimonio, recuperar nuestra historia y en eso estamos trabajando desde el Ayuntamiento de Huelva».
Por su parte, el presidente de la Fundación Atlantic Copper, Heliodoro Mariscal, ha querido destacar como «un hito importantísimo» el hecho de que el Carro de la Joya, con esta recreación, pueda ser disfrutado por la sociedad como pieza clave de una exposición que ayuda a entender «un periodo histórico fascinante». «Es la demostración de que nuestro compromiso con el patrimonio de Huelva se materializa en acciones reales y concretas», ha manifestado Mariscal, que ha agradecido la colaboración de la Consejería de Cultura y Deporte, la delegación territorial y el Museo de Huelva para la puesta en marcha de esta iniciativa.
«Mantenemos con estas instituciones una fructífera colaboración, de la que la recreación del carro tartésico es la última muestra, después de otro importante proyecto cultural como la exposición 'Ídolos. Miradas Milenarias desde el extremo suroccidental de Europa' y la publicación de su Guía-Catálogo que desarrollamos el año anterior«, ha resaltado el presidente de la Fundación Atlantic Copper.
Una muestra inédita
Esta exposición de gran envergadura reúne más de 200 piezas, el 80% de las cuales nunca se habían expuesto antes. Tiene como principal objetivo dar a conocer la cultura tartésica, una de las culturas más ricas, a la par que complejas y populares de nuestra historia. La muestra ofrece una visión integral de la vida, la muerte y la eternidad, según la cosmovisión tartésica, utilizando como un hilo conductor los hallazgos de la necrópolis de La Joya, excavada por vez primera en los años sesenta del siglo pasado por los arqueólogos Juan Pedro Garrido Roig y Elena Horta.
La necrópolis de La Joya es uno de los yacimientos más representativos de la cultura tartésica. Su estudio ha proporcionado una visión profunda de sus creencias funerarias y prácticas rituales. Este yacimiento se ha convertido en un referente para la arqueología, destacando por la calidad y variedad de los objetos hallados, muchos de ellos de un alto valor simbólico.
La muestra se divide en dos partes: la primera de ellas se adentra en el rito funerario y las diferentes etapas relacionadas con el momento del depósito de los ajuares en las tumbas. La Tumba 17, la tumba principesca, se representa tal y como fue hallada en el momento de su descubrimiento: los años sesenta del pasado siglo. La segunda parte de la exposición, que recoge el ajuar de la Tumba 17, está acompañada por la recreación del carro tartésico y por las piezas originales del referido carro.
Sin duda, uno de los elementos clave de esta muestra es la recreación, a escala real, del citado carro de La Joya, una de las piezas más emblemáticas halladas en la necrópolis. Su reconstrucción, basada en estudios arqueológicos detallados y en técnicas artesanales tradicionales en combinación a nuevas tecnologías, permite a los visitantes comprender su significado dentro del ámbito funerario y su papel en la sociedad tartésica como elemento de uso cotidiano. Este objeto, además de ser un símbolo de estatus, fue depositado como ajuar en la tumba del difunto.
La muestra incorpora también recursos visuales e interactivos ofreciendo una experiencia inmersiva a los visitantes. El Museo de Huelva ha elaborado un amplio programa de actividades complementarias, como visitas guiadas por expertos, ciclos de conferencias sobre la sociedad tartésica y talleres educativos dirigidos a distintos segmentos de público.
La Edad de Oro de Tarteso
La cultura tartésica, aunque aún rodeada de cierta fantasía popular, tras décadas e incluso siglos de tergiversación al ser vinculada a aspectos míticos e imaginativos, es uno de los pilares fundamentales, desde la perspectiva académica, para comprender la evolución de las culturas arqueológicas que habitaron el sur de la península Ibérica. los tartesios florecieron entre los siglos IX y VI a.C., en un entorno geográfico en el que convergen las influencias mediterráneas y atlánticas.
Su ubicación en la cuenca del río Guadalquivir y la proximidad al mar de la costa suroeste permitió a esta cultura desarrollarse en un contexto de intercambio comercial, sobre todo de productos minero-metalúrgicos, lo que a su vez generó una cultura rica en tradiciones, arte y espiritualidad, como reflejan sus restos materiales.