CRÍTICA
Lo espiritual y lo íntimo en la obra de María Sancho
La obra de la artista madrileña afincada en Huelva desde bien joven, es un viaje interior, un diálogo íntimo con sus emociones que trasciende de la propia pintura, del resultado final, como respuesta a sus necesidades vitales y artísticas
Expone en la sala de la Caja Rural hasta el próximo día 27 esculturas, dibujos y pinturas, una representativa muestra de todas sus facetas creativas
Arte, amor y vida
'De Picasso a Antonio López', en la John Holland Gallery de Lepe
Tras acabar estudios en la madrileña Real Escuela de Bellas Artes de San Fernando, especializándose en escultura, y haber estado una temporada dibujando en el estudio de Antonio López, maestro del realismo español del siglo XX y felizmente activo, María Sancho se traslada a Huelva a principios de los años setenta para continuar su aprendizaje en el taller que Antonio León Ortega tuvo en Las Colonias hasta su fallecimiento. Fue ella quien realizaría la máscara mortuoria del celebrado escultor onubense. En este medio siglo, la pintora y escultora ha seguido activa, siendo una sola la ocasión en la que hasta ahora había expuesto en su ciudad. El empeño de algunos admiradores, seguido devotamente por la Fundación Caja Rural del Sur, ha conseguido que ahora, treinta años después de aquella única ocasión que lograra hacer el arquitecto Fernando Barón en el Colegio de Arquitectos, los onubenses volvemos a tener oportunidad de contemplar y disfrutar con la exquisita obra de María Sancho.
Esculturas, dibujos y pinturas. Una representativa muestra de todas las facetas de esta artista que, con la exposición en la sala del Centro Cultural José Luis García Palacios, Huelva de alguna manera recupera para su intrahistoria. La obra de la artista madrileña afincada en Huelva desde bien joven, es un viaje interior, un diálogo íntimo con sus emociones que trasciende de la propia pintura, del resultado final, como respuesta a sus necesidades vitales y artísticas. Lo decía la propia artista, y muy a su manera, en la presentación de la muestra: «Pinto desde bien pequeña y pinto porque me gusta y porque me da la gana». Es su hacer en el modelado, con el lápiz o con el pincel, un encontrarse a sí misma, realizarse como persona antes que como artista, de lo que huye porque pintar para ella es un ejercicio vital absolutamente alejado de los planteamientos que realizara Kandinsky en 'De lo
Lo decía la propia artista, y muy a su manera, en la presentación de la muestra: «Pinto desde bien pequeña y pinto porque me gusta y porque me da la gana»
espiritual en el arte', si allí el teórico y pintor disertaba alrededor de las contradicciones entre la obra y la necesidad de vivir de su producción, en su obra María Sancho establece los mismos resultados pero por caminos opuestos, el arte nutricio no ha sido para ella óbice en ni una sola de sus pinceladas, en ninguno de sus trazos con un lápiz preciosista y exacto. Lejos de construcciones abstractas que busquen la emoción en el espectador, la onubense se interna en el leve brillo de una taza a la luz última de la tarde, en el fluir de la savia por el cabo de un rosal o en la tendida tranquilidad de unos zapatos de baile junto a unas flores o una edición de bolsillo con los principios fundamentales de la fenomenología de Husserl. Y estas son sus razones y ahí radica su valor, al margen de la preciosa habilidad de una dibujante soberbia, hábil y eficaz.
Licenciada en Bellas Artes en Madrid, ya radicada en Huelva inició estudios de Historia en el antiguo Colegio Universitario de La Rábida para finalizar los especializados en Historia del Arte en la Universidad de Sevilla. Finalmente estudió Filosofía, otra de sus muchas querencias, en la UNED. Esto la llevó a ejercer la docencia en centros de enseñanza onubenses, además de continuar esculpiendo y pintando o tener tiempo para criar a siete hijos y acabar rodeada del bullicio encantador de un montón de nietos que alegran sus días en ese mismo retiro interior que ha establecido en su hogar y en su estudio. Los viajes interiores, como el que subyace en la exposición de la Caja Rural del Sur, se celebran en sí mismo y no necesitan ni billetes de avión ni tiques de autobús. Ahí está parte del éxito vital y artístico de María Sancho, y de ahí que no se prodigue en muestras ni individuales ni colectivas. Al fin y al cabo, la actitud de la pintora es la que ahora nos permite disfrutar de su exquisita, delicada e íntima pintura, de sus esculturas y sus dibujos, todo realizado con el mimo y la pasión de una mujer que, repetimos porque esto es clave, pinta porque le da la gana, que es decir porque lo siente y disfruta con ello, lo cual es fácil, también, de adivinar en esta muestra que se nos antoja necesaria de visitar, tanto por su rotundidad como propuesta como por ser resultado de una técnica puesta al servicio de su delicada sensibilidad.
Huelva gana con esta exposición a una pintora de altura a sumar a otros muchos nombres que por distintas razones no se conocen en una ciudad que suele abandonar a sus mejores hijos y hasta a hacer gala de semejante estropicio cultural y patrimonial. Hace poco escribíamos lamentándonos de que San Dúnala (1), Luisa Francisca Pérez de Guzmán y Sandoval (2), Avenazam (3), Gonzalo Tarín (4) o los pintores Tomás García Asensio y García Ramos (5) no sean reconocidos y muy probablemente ni conocidos siquiera por unas autoridades que tienen en la flauta y el tamboril sus principios culturales y sus aficiones más queridas. Todo es respetable, pero la obra de personajes universales, y de artistas extraordinarios como María Sancho, también lo debería ser. Y aunque parezca que no, imperceptiblemente si quieren, Huelva va cambiando. Tengamos esperanza en las nuevas generaciones, que de todo hay en ellas, y mucho bueno por supuesto que también.
1. Mozárabe de raíz cristiana y visigoda, señor de la isla de Saltés, fue enviado por Abderramán III en viaje de negocios y por tanto con trasfondo político a Roma y a Constantinopla. En el curso de esta aventura recibe una revelación de las alturas celestiales y decide peregrinar a Tierra Santa. Al poco de llegar es detenido por tropas afines al emir fatimí de Egipto. Dúnala es encarcelado en Tiberiades y torturado al negarse a renegar de su fe. Beatificado por la iglesia antes del cisma de Occidente, la festividad de San Dúnala se celebrabal 17 de diciembre hasta que la separación de las iglesias ortodoxa y romana, propició que el rito mozárabe quedara en manos del arzobispado de Toledo. Siglos después el santo de Huelva continúa esperando que se arreglen ciertos trámites burocráticos que las autoridades eclesiásticas mantienen en el más profundo de los olvidos, justo igual que hacen sus paisanos.
2. Nacida y bautizada en Huelva, Luisa Francisca Pérez de Guzmán y Sandoval fue reina regente, y no sólo consorte, de Portugal, país al que antes había puesto en el camino de su independencia última y definitiva. Descendiente de los reyes de Portugal, la onubense es ahora ascendente de casi todas las monarquías europeas al ser madre de príncipes y reyes de Brasil, Inglaterra y como es natural de Portugal. En su ciudad no se la ha dedicado ni una plaquita o el cucurucho de un helado de la Ibense siquiera.
3. Una de las figuras más relevantes de la Literatura Universal, el autor de El Collar de la Paloma ha tintado con su nombre al menos una de las instalaciones del campus del Carmen de la Universidad de Huelva. Ibn Hazm, o Avenazam de Córdoba, fue a nacer en la capital califal, donde su abuelo y su padre, terratenientes de origen hispano romano convertidos al Islam, fueron llamados para importantes cargos políticos y administrativos en la corte califal. Tras la caída del califato Ibn Hazm llamado de Córdoba, regresa a sus tierras onubenses desde Mallorca, última etapa de su largo exilio en distintos taifas mediterráneos. Aquí, rodeado de su familia y sus discípulos, el poeta continúa con su producción literaria que hoy, más de mil años después se sigue editando en todos los países del mundo. Onubense ejemplar, tiene dedicada calles y estatuas en la ciudad a la que emigró su familia, en Huelva se le ha dedicado lo que cayó en el Conquero.
4. El turolense Joaquín Gonzalo y Tarin fue un ingeniero de minas que desarrolló buena parte de su carrera profesional en la mina Lagunazo de la Sociedad de Minas de Cobre del Alosno. A él se debe la «Descripción física, geológica y minera de la provincia de Huelva», un estudio finalizado y editado en 1888, aún vigente y fundamento de la comarcalización de la provincia de Huelva y de todos los estudios geológicos realizados en su territorio. A don Joaquín Huelva no le ha regalado ni un pirulí.
5. Dos figuras señeras del abstracto geométrico español del siglo XX y aún activos, Tomás García Asensio deja su ciudad para trasladarse a Madrid en 1959, con tan sólo diecinueve años de edad. En el año 2000 regresó a Huelva para una colectiva que organizó don Jesús Velasco, figura señera de la historia del arte, y onubense de pro. Tiene obra en los principales museos, siendo noticia hace apenas dos años por la compra que el Thyssem de Madrid hiciera de algunas de sus obras. El caso de Pedro García Ramos es similar al de su colega en la abstracción geométrica. Nacido en Huelva en 1942, es toda una referencia en el arte pictórico y en el diseño, habiendo sido presidente del Círculo de Bellas Artes de Madrid o de la Confederación de Asociaciones de Diseñadores de España. A estos dos grandísimos pintores al menos le recuerdan los familiares que conservan en su ciudad y un reducidísimo número de amantes de las bellas artes. Algo es algo.