Diálogos escatológicos

Piensas en un monólogo de quien se dio a conocer en El Club de la Comedia, una factoría donde se bregaron muchos y muy buenos actores, y lo que te encuentras es una pieza teatral en forma de diálogo, más que de monólogo. Santi Rodríguez demuestra en 'Espíritu', y en persona, que además de un fenomenal monologuista, es también un actor capaz de adoptar varios registros y, sobre todo, sabe enganchar al público, con el que dialoga desde el primer momento, y lo más importante, al que hace reír, a cada momento y a carcajadas. Hora y media, larga, porque a pesar de la ajetreada agenda de un actor con varias obras en cartel, tiene recursos y maneras suficientes como para sentirse a gusto. Y esto, el público, lo nota.

Es la Escatología la parte de la Teología que trata de las creencias o las doctrinas que se ocupan sobre lo que pueda haber después de la muerte, si es que hay algo, lo cual ya no lo trata la Teología, sino el sentido común. Al margen de este elucubrar sobre lo que hay después de la muerte, por supuesto con sentido del humor, lo cual aparta a Santi Rodríguez de toda intención teológica, se entiende por escatología eso que tanto nos hace gracia desde bien pequeños, aquello del caca, culo, pedo, pis. Nos hace gracia desde bien pequeños y nos la sigue haciendo. Si no quienes no acudieron al Gran Teatro a ver este monólogo, perdón, queremos decir diálogo, de Santi Rodríguez, procuren ir a verlo la próxima vez que se acerque por estos sures el celebrado frutero de Siete Vidas.

La función principia con música propia de los momentos de mayor tensión en una película de terror, y bajo ese portalón musical, aparece el actor portando unas cajas que le tapan el rostro. La primera frase hace sonar las carcajadas, y más que

ocurrente es recurrente, un sonoro cuesco, ya saben, la tercera en la fila del caca, culo, pedo, pis. Lo escatológico, entendido ahora como adjetivo, que viene a significar soez, excremental, fecal, o simplemente guarro, para entendernos, aparece ya de entrada, pero no se irá ni el olor ni las gracias que a cuenta de estar toda la función con dolores de vientre o cagándose por las patas abajo, aunque no es caca todo lo que huele, porque el texto que Santi Rodríguez desembucha en hora y media sin parar ni para ir a cagar, escapa a veces de lo escatológico, en las dos acepciones de la palabra, para invitar al espectador a reírse, y a carcajadas además, de todo lo que le rodea, de esas pequeñas cosas, o esos gestos comunes, o situaciones embarazosas que nos rodean tan a menudo.

Buen trabajo del actor malagueño de nacimiento, pero recriado en Jaén, donde no sólo es un personaje popular y querido, sino que además es uno de esos pequeños héroes que tanta falta hacen, también a nuestro alrededor. Una persona sensible atenta a ayudar como buenamente puede, colaborando con asociaciones volcadas en la atención y sostén de quienes más lo necesitan. A él y a todos. Un buen trabajo actoral de un tipo genial.

ESPÍRITU, de Kikín Fernández, Paco Calavera y Santi Rodríguez. Dirección: Kikín Fernández. Escenografía: Paco Print. Iluminación: Fernando Cabeo. Música original: Víctor Parejo. Voces en off: Comandante Lara y Rafa Saucedo. Intérprete: Santi Rodríguez.

Gran Teatro. Aforo: 644 localidades (Lleno); 27 de octubre, 2024. De nuevo una fenomenal entrada, con admiradores en esta ocasión del popular actor de televisión Santi Rodríguez.