FESTIVAL DE NIEBLA

Un canto al buen teatro

'VIVE MOLIÈRE'

Álvaro Tato y Yayo Cáceres, genios que alumbraron la escena española desde Ron Lalá, ahora convergen en un proyecto que vuelve a brillar con luz propia

Teatro del que te atornilla a la butaca, del que te tiene más de hora y media con la boca abierta y una sonrisa que después de salir del teatro sigue dibujada en el rostro

Una de las escenas de 'Vive Molière' h24

bernardo romero

Teatro, teatro y teatro. Puro teatro. Álvaro Tato y Yayo Cáceres, estos genios que alumbraron la escena española desde Ron Lalá, ahora convergen en un proyecto que vuelve a brillar con luz propia. Ay Teatro, y desde luego que lo hay, y del bueno, además. Lo del sábado en Niebla fue un canto al buen teatro.

Los textos de Álvaro Tato, el verso tan bien medido, y luego tan extraordinariamente interpretado, recorre la vida de Molière haciendo uso de un popurrí pergeñado con las más conocidas obras del dramaturgo francés. Sería conveniente ir por partes, porque aquí, aunque nos da la impresión de que todos tienen parte de culpa en un resultado tan satisfactorio, encontramos que desde la escenografía, la coreografía, el vestuario o la iluminación, deberían ir bien adobados de elogios y parabienes. Podríamos empezar por los actores, soberbios, incansables, dotando a la función de un ritmo vertiginoso que envuelve al espectador desde el inicio hasta el final, o hasta los finales, que es otra genialidad, una más.

Imagen principal - El Castillo de los Guzmanes de Niebla registró un lleno para presenciar la obra de Álvaro Tato y Yayo Cáceres. Los interminables aplausos fueron juez de una función para el recuerdo
Imagen secundaria 1 - El Castillo de los Guzmanes de Niebla registró un lleno para presenciar la obra de Álvaro Tato y Yayo Cáceres. Los interminables aplausos fueron juez de una función para el recuerdo
Imagen secundaria 2 - El Castillo de los Guzmanes de Niebla registró un lleno para presenciar la obra de Álvaro Tato y Yayo Cáceres. Los interminables aplausos fueron juez de una función para el recuerdo
LLENO EN LA ALCAZABA El Castillo de los Guzmanes de Niebla registró un lleno para presenciar la obra de Álvaro Tato y Yayo Cáceres. Los interminables aplausos fueron juez de una función para el recuerdo h24

Son cinco actores, seis en verdad, aunque una, Madame Lumière, o lo que es lo mismo, Amalia Portes, no tenga necesidad de hablar ni una sola vez, los que se multiplican en mil papeles, bordándolos todos por igual al ser sencillamente uno el que realmente interpretan, el de la obra en cuestión, los textos de Tato para esta hermosa comedia que se llama Vive Molière, y bien que vive Jean-Baptiste Poquelin. Una comedia hilvanada con retales de muy buena confección.

Es justo no poner a unos sobre los otros porque es una obra coral en todos los sentidos, como ya decíamos antes, pues parece que todos han intervenido en la construcción de la misma. Sirva el ejemplo de la música, compuesta por el director de escena, el mentado Yayo Cáceres, pero con arreglos de la soprano Marta Estal,

Es una obra coral en todos los sentidos, pues parece que todos han intervenido en su construcción

que canta como los ángeles y su voz, con una naturalidad estratosférica, acompañada ella misma con los teclados, inundaba cada una de las escenas. O la escenografía, en la que Tatiana de Sarabia ha estado acompañada de toda la compañía, luego se lo deben haber pasado estupendamente viendo como ha funcionado el breve utillaje moviéndose por un escenario en el que lo único inmóvil era el tobogán por el que se desliza la diosa Laura Ferrer, sin olvidar la mesa desde la que Madame Lumière ordenaba la iluminación en cada situación. Exacta coreografía que incluye un divertido duelo de espadachines, guiño al teatro de capa y espada. Vestuario sorprendente, como todo en la función, en su sencillez y luminosidad. Fantástico todo, pero quedaría nombrar al trío de actores, más leña al ritmo de la comedia, con papeles más atractivos, como es lógico, en el caso de Kevin de la Rosa, con una vis cómica a destacar, y otros de tanta enjundia como exacta resolución. Mario

Los actores, soberbios, incansables, dotando a la función de un ritmo vertiginoso que envuelve al espectador desde el inicio hasta el final

Portillo y Juan de Vera no le van a la zaga sino a la par. Magníficos ambos dos. Lo de la camaleónica -y perdóneseme el tópicazo- Laura Ferrer, es diabólicamente complejo, ni recordamos la cantidad de papeles que borda, tremendo el danzar de un lado para otro del escenario o presidirlo en todo lo alto del tobogán. Actriz como la copa de un pino, como la ya más arriba alabada Marta Estal, que canta y hasta interpreta que da gusto.

Teatro del que te atornilla a la butaca, del que te da pena que se acabe una función que te tiene más de hora y media con la boca abierta y una sonrisa que después de salir del teatro sigue dibujada en el rostro de quienes tuvimos la suerte de asistir a una representación que guardaremos en nuestros mejores recuerdos. Teatro, teatro y teatro. Puro teatro.

XXXVIII Festival de Teatro y Danza de Niebla

Vive Molière, dramaturgia de Álvaro Tato. Dirección de escena: Yayo Cáceres. Coreografía: Nuria Castejón. Música: Yayo Cáceres con arreglos de Marta Estal. Escenografía: Ay Teatro y Tatiana de Sarabia. Vestuario: Tatiana de Sarabia. Iluminación: Miguel A. Camacho. Reparto: Marta Estal, Laura Ferrer, Mario Portillo, Kevin de la Rosa y Juan de Vera.

Alcazaba de los Guzmanes del castillo de Niebla. Aforo: 900 localidades, Lleno. 5 de agosto, 2023. Los interminables aplausos fueron juez de una función para el recuerdo.

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