crítica 'la florida'
Humor gris
La obra va a menos escena a escena, empezando a flojear desde los primeros compases
Turismo de temporada, barato y cutre. Benidorm sin ir más lejos. Un residencial asomado al mar, gris como toda la obra y tristón, acoge en invierno, cuando la soledad se apropia de estas moles de cemento adosadas al binomio sol y playa, a cuatro personajes ... decadentes, atragantados en su propia historia, arrumbados y refugiados en un vacío existencial del que saben que ya nunca podrán salir.
Un quinto personaje, vecino también del bloque de apartamentos, aparece flotando en la piscina comunitaria. Un muerto, cuatro sospechosos y un solo detective al que envían a investigar el caso. En principio se podría esperar una buena tarde de teatro si además te lo anuncian como género policíaco, ciertamente escaso en el teatro español, y con dosis de humor negro, que haberlo haylo, pero poco. En principio podría parecer que ahí hay teatro, pero más bien no.
La obra va a menos escena a escena, empezando a flojear desde los primeros compases. Desde lo que se esperaba, que era mucho más, a mucho menos, prácticamente a la nada de un final que te deja indiferente. Y en mitad de toda la trama, que deja de ser importante en los deslavazados diálogos que se establecen en este muestrario de miseria humana, el mismo vacío que en la urbanización que sirve de fondo, la nada más absoluta en unas reflexiones tan manidas como forzadas.
Hay cosas salvables, claro que sí. Es el caso de la impecable actuación de Francisco Reyes, con una naturalidad que hace suyo al personaje como si siempre hubiera estado metido en esa piel. Otro caso distinto en esta pieza de detectives que troca a reflexiones existenciales, sin caso porque este se queda al margen en el intento de retratar las miserias humanas, está la gran actriz que es Silvia Marsó, para la que parece haberse escrito esta pieza remendada de musical. A la actriz le han regalado un papel algo estridente, pero fiable. El segundo papel protagónico no es tan creíble ni de lejos, por mucho que lo intente Vito Sanz, del que no podremos saber a ciencia cierta si su papel es tal cual, de perfil bajo, o la voz no le sale del cuerpo simplemente porque no se cree que pueda haber detectives tan ilusos y poco profesionales en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Si estuviéramos ante una comedia, nos serviría el dicho detective, pero tratándose, como al parecer se trata, de género policíaco, no pega ni con cola.
A esta pareja, como al resto de compañeros de función, tampoco se les puede pedir más. La comedia, o el drama, o vayan ustedes a saber qué, no les da más juego que el de salir al paso y representar esta medida obrita menor que intentando ser políticamente correcta, suelta de golpe y porrazo un mitin contra la pérfida derecha capitalista, inmobiliaria, terrateniente, corrupta y todos los calificativos que quieran ustedes añadir aquí, que no deja de ser un parche más, extemporáneo y cumplidor, pero más visto que el tebeo. El alegato contra la economía liberal que, al fin y al cabo, sostiene espectáculos tan deficientes como este de La Florida, se hace sorprendentemente explícito en las personas de los hermanos Roig, quienes son señalados como ejemplos del mal que nos destina a todos los hermanos proletarios del mundo a unirnos en una vida miserable y tristona, como la de estos habitantes de la urbanización que da nombre a la pieza de Víctor Sánchez Rodríguez, como la de esta trama que tanto prometía y que en tan poca cosa se queda.
Silvia Marsó, una gran actriz y ahora empresaria teatral, cumple con su papel, lo grita a veces porque el personaje se lo exige, y canta. Extemporáneamente, pero canta. Vito Sanz seguiremos preguntándonos si hace un papel exacto y medido o está cansado de la presunta comedia. Lorena López y Amparo Fernández cumplen sobradamente para el juego que les dan, doble en los últimos compases además. Y Francisco Reyes, que creemos es esta la primera vez que lo vemos actuar, porque en caso contrario lo recordaríamos, está simplemente sembrado. Un actor de altura, desde luego.
LA FLORIDA, de Víctor Sánchez Rodríguez
Dirección: Víctor Sánchez Rodríguez. Escenografía: Alessio Meloni. Iluminación: Mingo Albir. Sonido: Ana Villa y Juanjo Valmorisco. Elenco: Silvia Marsó, Vito Sanz, Lorena López, Francisco Reyes y Amparo Fernández.
Gran Teatro. Aforo: 600 localidades (Media entrada); 5 de mayo, 2023. Apacible tarde de teatro interrumpida por una más de las habituales, repetidas y cansinas tamborradas clericales que circulan por las calles de Huelva y se coló en el patio de butacas en mitad de la representación.