CARTA AL DIRECTOR
Un cartel sospechosamente parecido a una fotografía
Fui a mi archivo fotográfico y en seguida di con la imagen que buscaba. Es una foto que hice a la Virgen en las Pascuas del 2013 en la puerta de la ermita. Tras unas breves averiguaciones con Photoshop confirmo lo que estaba sospechando. La pintura se ha hecho a partir de esta foto.

Varios expertos en Photoshop confirman mi hipótesis. Me pongo en contacto con el autor para comentarle que la virgen del cartel está hecha a partir de mi foto y que no había dado autorización para ello. Inicialmente reconoce que puede ser mía ya que se fijó en varias fotos en internet y que ésta fue la que más le gustó.
Le indico que lo que hace no es legal, ya que toda obra tiene derechos de autor. Me dice que si tan seguro estoy hará una publicación nombrándome autor de la foto que ha usado para hacer su carboncillo. Cosa que no hace.
Tras mandarle los montajes con mi foto y su pintura para asegurar que es la foto, usando un lenguaje inapropiado para la conversación que estábamos teniendo, me dice que lo denuncie, cosa que no voy hacer. Que él sí que me va a denunciar. No sé por qué.
Abandono toda comunicación con él y decido dejar que pasen unos días a ver qué ocurre. También pienso que la hermandad, que nada tiene que ver con esto, se vería salpicada por tan desagradable situación.
Llevo más de 30 años haciendo fotos y siempre he dado permiso a quien me lo ha pedido para utilizar mis imágenes. Tras varios días de serena meditación he decidido que no puedo dejar pasar este hecho ya que iría en contra de mis principios.
Y creo que hay que defender que las imágenes, aunque estén en Internet, no se pueden usar como si no tuvieran dueño. Que se reconozca la autoría de la imagen de donde parte el carboncillo y que quede a juicio de todos si lo que ha hecho a partir de ahí tiene más o menos mérito.
Todo espectador tiene derecho a saber con transparencia cómo de real o imaginaria es la obra, ya que todo artista verdadero revela sus fuentes de inspiración sin rubor. Por ello he decidido hacer público el hecho a través de este escrito. Ojalá nunca hubiera tenido que hacerlo.
Salud infinita.
Antonio Pereira Jiménez