CARTA AL DIRECTOR

Los Ángeles visten pijama

Hoy es un día cualquiera de un invierno cualquiera… Aún queda una media hora para que amanezca y una fina niebla cargada de dudas y misterio lo inunda todo. Empapa los coches, transforma los árboles del paseo en gigantes mansos y convierte la luz de las farolas en obras de arte que, cansadas de alumbrar toda la noche parecen desvanecerse poco a poco.

Los Ángeles visten pijama

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Hoy estoy aparcado justo en frente del hospital…un día más. Hace ya cuatro meses que mi rutina siempre me lleva a este punto, mi día comenzará con dolor, un mal sueño del que no acabo de despertar.

Poco a poco los veo aparecer. Todos envueltos en abultadas bufandas y gordos anoraks. Me los imagino desayunando en casa a primera hora de la mañana haciéndose a la idea de lo que será su día. Sus caras están a medio camino entre la congelación y la concentración…entre la resignación y la responsabilidad… entre el cansancio y la aceptación. Hoy es jueves 17 de enero y sus agendas están a tope…es el peor día de su semana…y quizás del año.

Unos minutos más tarde entro en el hospital, doy los buenos días al personal de recepción y bajo las escaleras que me llevarán mi doloroso destino. Allí sentados en la sala de espera observamos como en breves minutos el equipo coordina la agenda del día y comienza el baile.

Nosotros, atrapados en nuestro mundo de desdichas y sinsabores nos quejamos de nuestras dolencias y lesiones…día tras día…hora tras hora. Miramos nuestros ombligos como si en ellos se encontrara la solución deseada a todos nuestros problemas. Gruñimos, gemimos y hasta a veces lloramos de desesperación.

Ell@s…atrapados en nuestro mundo se entregan completamente. Fuerzan los límites de nuestra resistencia al dolor y no lo hacen sólo con las manos, sino también con sus conversaciones, con sus miradas de complicidad, con sus bromas, con sus preguntas.

Ell@s  no lo saben pero también curan con su espíritu de servicio, con sus ganas de vivir, con sus ánimos, con su amabilidad…no sólo curan con sus conocimientos sino también con sus deseos y buen corazón.Ell@s no lo saben pero son nuestros ángeles… En el Servicio de Fisioterapia del Hospital Costa de la Luz… Los ángeles visten pijama. ¡Gracias por ayudarme!

Enrique Llimona Valonero

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