carta al director
Niño Miguel: Cuando la lupa se distrae
En las páginas de Cultura y Ocio de un medio de prensa escrita de Huelva se ha venido publicando en jornada dominical, durante los meses de noviembre y diciembre del recién finalizado año un largo artículo dividido en VIII entregas titulado 'La guitarra de Niño Miguel', cuya autoría corresponde a Camilo Gómez Cruz, hombre vinculado y conocedor del flamenco de Huelva y al que, entiendo, hay que agradecerle su esfuerzo para con este arte.
No obstante, y en mi condición de ex presidente de la Peña Flamenca La Orden he de reconocer la decepción que me ha supuesto el comprobar cómo Camilo Gómez, habiendo invertido más de 500 renglones en la figura del Niño Miguel y su guitarra no haya destinado ni siquiera uno solo a la relación institucional, sentimental, enaltecedora y artística del genio de la bajañí con la Casa de la Colina. Sobre todo siendo él conocedor de la voluntad, el ardor y el atrevimiento con la que muchos de sus socios nos dedicamos a la recuperación de Miguel no solo desde el punto de vista artístico, que por supuesto también, sino lo que es más importante: desde el plano social del guitarrista. Psiquiatras, médicos, jueces, orientadores sociales o su familia pueden dar fe de ello. Esa correspondencia y reciprocidad entre Miguel Vega de la Cruz y la Peña Cultural Flamenca La Orden es de sobra conocida en nuestra ciudad.
Ni que decir tiene, no es para nada casual que el Ayuntamiento de Huelva reconociera a este portento de las 6 cuerdas como hijo predilecto de la ciudad rotulando asimismo la plaza que en forma de hemiciclo se halla en la fachada principal de la institución flamenca con el nombre de Plaza Niño Miguel, lugar donde además se eleva desde octubre de 2017 su estatua a tamaño natural para satisfacción de todos, matrimonializando de por vida al tocaor con la ciudad que lo vio nacer en el enclave flamenco que le correspondía. Tampoco entendió Camilo Gómez necesario en sus más de 500 renglones incorporar alguno de estos hechos tan verdaderos como el ciprés y tan erguido y firme como la estatua misma.
Rectificar es de sabios y a buen seguro Camilo Gómez tendrá en cuenta la necesidad histórica de sacar a la luz para uso, disfrute y conocimiento de las nuevas generaciones de aficionados y artistas flamencos y ciudadanos hijos de esta tierra en general, estos y otros incontables pormenores y hechos sucedidos en la especial relación entre el Niño Miguel y la Peña Flamenca La Orden. Es por eso que insto de Camilo Gómez, como buen aficionado al flamenco que es, y con el mayor de los respetos, la redacción de una nueva entrega de su dossier sobre la guitarra de Miguel Vega y lo ponga a disposición de sus, a buen seguro, muchos lectores. La memoria colectiva de Huelva se lo agradecerá. Los olvidos son reparables en estas circunstancias y rectificar es de sabios.
Una casa ya centenaria como La Colina, albergando su concurso de fandangos infantil, hoy acariciando con la yema de sus dedos los 40 años de existencia, el haberse alojado en ella un poeta de la generación del 27 como Luis Cernuda y la inquebrantable custodia que de ello hace las 24 horas del día ese portento de la guitarra al que conocimos como Niño Miguel, convertido en el personaje más popular de nuestra ciudad durante más de un cuarto de siglo, bien merece esa solicitada nueva/s entrega/s periodística. Esto lo pido por ser de justicia en esta también mi tierra, Huelva, en la seguridad de que Camilo Gómez sabrá bregar su memoria para narrar tantos y tan innumerables acontecimientos personales vividos por el guitarrista en la casa de la Colina del que tantos y tantos socios de ella nos hemos sentido honrados a lo largo de todos estos años.
Camilo Gómez pudo esgrimir una lupa periodística inmensa que magnificara pero, cosas de las distracciones, optó por utilizar la lupa distraída que no alcanza a ver. No obstante aún resuenan en las entrañas de esa su Casa flamenca de La Orden los acordes de la guitarra del gitano de Marismas del Odiel, Miguel Vega de la Cruz. Los latidos de su corazón y los desgarros de su alma también.
Un saludo con aromas de vals flamenco
Antonio LópezEx presidente de la Peña Cultural Flamenca La Orden