Edadismo: la discriminación por edad que está socialmente aceptada
Se puede manifestar en diferentes ámbitos de la vida, como el empleo, la atención médica, la educación y las relaciones interpersonales
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Aceptar el paso de los años implica enfrentarse a algunas realidades difíciles de digerir, como el cambio del aspecto físico, la soledad o ir perdiendo a nuestros seres queridos. Sin embargo, esto también conlleva evolucionar, viajar, conocer a otras personas y a nosotros mismos.
Cortarnos las alas a medida que cumplimos años no tiene sentido, pues no hay edad para el amor ni para divertirse. El problema es que en nuestra sociedad a veces es complicado no sentirse juzgado si se hace algo que se considere impropio de la edad que se tiene, pudiendo dar lugar a lo que se conoce como 'edadismo'.
Clara Ponce Grosso, psicóloga en Cepsim, explica que el edadismo es una forma de discriminación basada en la edad que puede manifestarse a través de estereotipos, prejuicios y acciones negativas hacia las personas. «Se trata de un fenómeno muy presente hoy en día y aceptado socialmente».
Se puede manifestar en diferentes ámbitos de la vida, como el empleo, la atención médica, la educación y las relaciones interpersonales, y se da principalmente en las personas mayores aunque en ocasiones pueden sufrirlas también los jóvenes.
Las actitudes edadistas hacia las personas mayores se basan en una simplificación de sus vidas y realidades. «Parten de la premisa de que los mayores han perdido facultades y capacidad en la toma de decisiones, aportando muy poco valor a la comunidad. Se da por hecho la falta de autonomía y se desestima su posible contribución social, como resultado, no se tienen en cuenta sus opiniones y se ignoran sus necesidades», expone Ponce Grosso.
El edadismo puede tener efectos negativos en la salud física y mental, la calidad de vida y el bienestar de las personas afectadas. La psicóloga indica que puede generar estrés, ansiedad, depresión, aislamiento social y baja autoestima. «Además, el edadismo puede limitar las oportunidades laborales, económicas y sociales para aquellos que son objeto de discriminación por edad».
Para reducir el edadismo en la sociedad, Ponce Grosso recomienda concienciar a la población de sus efectos perjudiciales y educar en el respeto y el buen trato. «En el caso de la vejez es necesario promover una visión más positiva de esta etapa de la vida, mostrando que continúan aportando valor social y siguen siendo ciudadanos de pleno derecho. Además habría que facilitar su participación activa en la sociedad y fomentar las relaciones intergeneracionales».
Propuestas de la psicóloga Clara Ponce Grosso
Estrategias a implementar
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Reforzar las leyes que protejan los derechos humanos y las garantías de las personas mayores
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Establecer mecanismos de control que aseguren la aplicación de reglas para prevenir el edadismo, especialmente en casos de violencia e injusticia social
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Cuestionar los estereotipos perjudiciales relacionados con la edad en los medios de comunicación y en la cultura popular
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Implementar programas educativos que fomenten la empatía y reduzcan los prejuicios existentes
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Estimular el contacto y la convivencia entre personas de diferentes edades para cultivar el respeto, la tolerancia y el reconocimiento mutuo
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Impulsar la inclusión y la diversidad en los ámbitos laborales y comunitarios
No obstante, es importante normalizar que cuando lleguemos a una determinada edad experimentaremos algunos cambios físicos y emocionales, igual que nuestro entorno. Pero aceptarlos y pedir ayuda cuando nos haga falta nos permitirá adaptarnos poco a poco a la nueva situación.
Sea cual sea nuestra situación, la psicóloga aconseja fortalecer la autoestima. «Algo que nos puede ayudar a reforzarla y cuidar de nuestra salud mental es mantenernos activos socialmente en la comunidad, buscando alguna actividad que nos resulte estimulante y escenarios donde se fomenten las relaciones intergeneracionales».