Andrés Amorós

El caso Roca Rey

Ni con los toros de La Quinta, ni con los del Puerto de San Lorenzo, que han sido sus dos actuaciones en San Isidro, ha cortado ningún trofeo

Andrés Amorós

Enrique Herreros

Acaba de publicar su primera novela, después de varios libros de recuerdos: 'Cuerpos y delitos' (ed. Modus Operandi)

Andrés Amorós

La inútil tablilla

Fijarse sólo en la tablilla predispone al público, a favor o en contra, y ha traído graves consecuencias: rechazar toros serios, sacar de tipo algunos encastes, herir de muerte ciertos hierros

Andrés Amorós

Morante de la Puebla, el mito

La Fiesta está hecha de pasión pero no se debe perder la cabeza, inventando adjetivos hiperbólicos y asegurando que es el mejor torero de toda la historia

Andrés Amorós

No todo vale igual en los toros

La exigencia de la afición madrileña, que puede parecer antipática, es absolutamente necesaria para mantener la grandeza del toreo, evitar que se convierta en una tómbola

Andrés Amorós

A Daniel Luque le falta toro

En el momento actual, es probablemente el diestro más poderoso, junto con El Juli.

Andrés Amorós

Iréne Némirovsky

Igual de buena o casi mejor que todas las anteriores me parece su última novela publicada en español, titulada simplemente 'Dos'

Andrés Amorós

Romance final de la Feria de Abril, 'la del rabo'

Con un gran toro de Miura, bravo, alegre, noble y pronto, Manuel Escribano hace un esfuerzo generoso y consigue de verdad un éxito clamoroso. Ha sido el justo final de este ciclo tan redondo

Andrés Amorós

Nuestra grandeza y miseria

No es de extrañar la expresión melancólica del monarca en 'Felipe IV en Fraga'. Se pintó en 1644, durante la jornada real de Aragón, con motivo de la rebelión catalana

Andrés Amorós

Borrachera de arte de Morante de la Puebla

Acierta el presidente Luque, buen aficionado, al conceder el rabo: justo premio a una tarde completísima, inspirada, entregada, redonda, feliz

Andrés Amorós

De Justo torea por bajo

Los olés de Sevilla rugían, con el público puesto en pie: un gran comienzo de faena, que había servido para dominar al toro y enseñarle a embestir

Andrés Amorós

La casta exige dominio

¿Por qué no se eligieron para el Domingo de Resurrección reses con fama de encastadas, como las de Santiago Domecq o La Quinta? Evidentemente, porque las figuras no las quisieron