PAISAJES Y PAISANAJES

'Mal tiempo', el regreso de Juan Villa a la Doñana de los cincuenta

Fue coto de caza antes de que lo vallaran y quedase restringido el paso a visitas guiadas por zonas poco sensibles. Doñana tuvo entre una y otra función, una historia de marginalidades y supervivencias a medio camino entre la astracanada y el drama.

'Mal tiempo', el regreso de Juan Villa a la Doñana de los cincuenta

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Juan Villa sitúa su nuevo trabajo (1), en esos paisajes y en los primeros años cincuenta, en el centro de un esperpento promovido por el Patrimonio del Estado que a nada llegó. Dejó, eso sí, algunas huellas en el hoy parque nacional y en su entorno, aunque de la intención de hacer productivas esas inhóspitas marismas, ya fuera plantando eucaliptos para abastecer a la incipiente y necesaria industria papelera española, o el curioso cultivo del guayule que pronto quedó inhábil por la competencia desequilibrada de otras formas de conseguir gomas y látex. Nada de ello prosperó, pero en el ínterin trajo a estas alejadas tierras a toda una cohorte de personajes que ni Monipodio en sus mejores tiempos hubiera podido reunir. 

Es una Doñana oculta, que no se perderá gracias a la labor literaria, e investigadora, de Juan Villa. El autor combina en los dos relatos de que se compone 'Mal tiempo', los modos de vivir, o más bien de sobrevivir, en esos años, con la desgracia de una guerra vivida no hacía mucho, apenas una década, y en la que todos perdieron, los de uno y otro bando, porque las guerras, como la incivil contienda española de la segunda mitad de los treinta, siempre la pierden los que impasibles se ven envueltos en una sinrazón expuesta por una caterva de monstruos que las provocan en su propio beneficio. Da igual en qué bando estén, las guerras al fin y al cabo siempre la pierden los mismos, nos cuenten lo que nos cuenten desde un lado, ayer, o del otro, hoy. Las guerras siempre las perdemos todos. 

Juan Villa ambienta sus celebradas novelas en esos tiempos y esos lugares con la intención, entre otras muchas, de retratarnos, de descubrir nuestros momentos más trascendentes, y ello con una prosa ágil y atractiva, que introduce gratamente al lector en el paisaje y en las gentes que por allí pasaron, o allí quedaron anclados, en sus historias, al fin y al cabo. Nadie como él para describir desde el conocimiento, científico y vivido, Doñana y sus circunstancias. Concluiremos con que 'Mal tiempo', su última novela, o novelas pues dos son las que se presentan bajo este título, sea una apetecible e interesante propuesta lectora.

El nexo entre ambas novelas, 'Mal tiempo' y la nuevamente reeditada con acierto por la editorial Comba, 'Los almajos', es climatológico. Si Mal tiempo, tan venerada en el inmenso trabajo de este autor de culto, relata unos días de intensas e interminables lluvias en el año 1951, 'Los almajos' se sitúa solo dos años después, en la última nevada que conocieron estas tierras del suroeste español. Dos magníficas, profundas y bien documentadas historias que Juan Villa relata en su tan alabada por lo medida y culta manera de escribir (2).

Entender la hoy desdibujada Doñana, precisa de la memoria de las gentes que la habitaron. Juan Villa, que tanto ha fatigado esos parajes desde su infancia, a caballo o a pie, se ha ocupado de encontrar testimonios que desvelan unos tiempos y unos paisajes que de no ser por su obra (3) habrían quedado en el olvido. Doñana desaparecerá más tarde que pronto, pues no basta la protección institucional a un paraje en precario equilibrio (4) como esta margen del Guadalquivir, salvaje por mucho que hoy parezca domada. La palabra escrita, permanecerá.

Y por encima de Doñana, del bien estudiado paisaje de fondo, están las historias que narra Juan Villa con un atractivo estilo, directo y fino, que, escalpelo en mano, disecciona a la par que construye realidades que el lector adivina que no son del todo ficción, sino descripción de un mundo que el autor ha conocido de primera mano y que nos desvela con una sutil ironía recorriendo su manera de entender este periplo que llamamos vida. La lectura de 'Mal tiempo' es un regalo para quienes conocen la obra de Juan Villa, pero también la oportunidad de quienes no conocen aún su obra, poder acercarse a ella a través de estos dos relatos, tan atractivos, profundos y fáciles de leer. 

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