LA ENFERMERA ACUSADA SE AUTOEXCULPA

Juicio por la intoxicación de sanitarios en prisión: “No veo más razón que querer quitarme de en medio”

15.41 h. Testigos del presunto envenenamiento en la cárcel manifiestan que la acusada tenía 'obsesión' por ser supervisora de Enfermería.

Juicio por la intoxicación de sanitarios en prisión: “No veo más razón que querer quitarme de en medio”

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El presunto intento de envenenamiento de sanitarios en la cárcel de Huelva, que provocó el miedo entre los trabajadores, puso en guardia los resortes internos de Instituciones Penitenciarias y provocó una investigación, llega a juicio con la misma expectación dentro y fuera del penal.

Juicio por la intoxicación de sanitarios en prisión: “No veo más razón que querer quitarme de en medio”

En la primera de las tres sesiones señaladas para la vista en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, se asistido a las versiones contrapuestas de la enfermera acusada de intoxicar a siete sanitarios con un cóctel de fármacos mezclado con los alimentos de los facultativos y enfermeros/as que fueron víctimas de aquellas mezclas de drogas y que acabaron en el hospital.

La enfermera que se sienta en el banquillo (M.E.M.) se ha autoexculpado de la intoxicación masiva: “No me apropié de metadona para mezclarla en la comida de compañeros y causarles perjuicios”, ha dicho en sala a preguntas de la Fiscalía.

Los hechos que ahora se enjuician tuvieron lugar en 2018, cuando el supervisor de Enfermería sufrió una intoxicación de origen desconocido aquel verano. Fue el primero de cuatro episodios similares que tuvieron como escenario la zona del penal en la que se ubica la Enfermería y que llegó a afectar hasta siete sanitarios.

Los días en los que se produjeron las intoxicaciones (22 de julio, 23 de septiembre, 9 y 14 de noviembre) coincidieron con turnos o guardias de la acusada, que desde abril de 2017 estaba al cargo de la gestión de la farmacia, ha  confirmado en su declaración, en la que ha mantenido que cualquier funcionario de la prisión podía llegar al área de farmacia e incluso tener acceso a la metadona (algunas dosis preparadas para su reparto estaban a la mano, según su testimonio).

M.E.M. ha negado que tuviera enfrentamiento alguno con el supervisor – puesto para el que había concursado en varias ocasiones en 2010 y 2016, quedando fuera en tales convocatorias-. “Solo teníamos discrepancias por cuestiones laborales, ha concretado de la relación con su superior, intoxicado en varias ocasiones.

Frente a su versión, las que se han oído en sala de otros sanitarios, comenzando por el mismo supervisor de Enfermería, que sufrió el primer cuadro de vómitos y mareos después de tomar un gazpacho que había llevado de su casa y había guardado en la nevera en la que todo el personal sanitario guarda la comida cuando le toca turno. Aquel cuadro empeoró la segunda vez que resultó intoxicado dos meses después. “Tengo dos días de mi vida perdidos, con lagunas, en los que no sé si dónde estuve”, ha trasladado al tribunal para afirmar además que en las cuatro ocasiones en las que su comida fue intoxicada con drogas tuvo la misma sintomatología.

Preguntado por los motivos por los que la acusada podría querer causarle daño, J.D.C. ha firmado que “la única razón que veo es que haya querido mi puesto y no haya visto otra forma que quitarme de en medio”, tenía “una obsesión” con el puesto.

El supervisor ha confirmado igualmente que tenía “algunas discrepancias” con la acusada “no más graves que con otras personas, pero ella llevaba las cosas muy al límite”.

Una de esas situaciones, descritas en el juicio por la enfermera, por su superior y por un tercer compañero, se produjo cuando ella había pedido doblar un turno y hubo una discusión entre ambos. Un enfermero que estaba presente ha afirmado en sala que la acusada dijo entonces “este se va a enterar”. 

Juicio por la intoxicación de sanitarios en prisión: “No veo más razón que querer quitarme de en medio”

Tanto el supervisor como este enfermero (anterior responsable del área), han mantenido que ni los funcionarios ni lo internos pueden acceder al armario en el que se guarda la metadona, mientras que una testigo de la defensa, auxiliar de enfermería, ha apoyado la versión de la acusada.

El último episodio, en novlebre de 2018, afectó a seis facultativos, después de que consumieran, en la sala que solían desayunar, un carton de leche en el se había echado metadona y otros tóxicós. Todos comenzaron a sentir mareos y vómitos y tuvieron que ser trasladados de inmediato al hospital después de que se hicieran un test y dieran positivo en metadona. 

La presunta envenenadora del penal de Huelva se enfrenta a 23 años de cárcel, pena que le reclama la acusación pública como autora de un delito continuado de lesiones (cinco años de prisión) y otros seis delitos de lesiones (tres años por cada uno de ellos). Además, solicita su inhabilitación especial para empleo o cargo público y para el ejercicio de la profesión de enfermera durante el tiempo de la condena. Las acusaciones particulares elevan a 38 la petición de pena. El juicio continuará el próximo jueves 29 de septiembre. 

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