Mi Huelva tiene una ría, pero no una Feria del Libro
No voy a ser yo quien les descubra nuestra personalidad paradójica como pueblo. Eso ya lo sabemos todos perfectamente: los españoles somos una paradoja andante.

Los ejemplos son variados, pero en uno nos llevamos la palma: en un país donde el porcentaje de personas que afirman no leer nunca ronda el 40% de la población adulta, el número de publicaciones no hace más que crecer y crecer y crecer. El sector editorial se mantiene en una especie de huida hacia adelante, tratando de coger un poco de aire cada cierto tiempo para no colapsar. Al igual que otros muchos espacios culturales, es un sector en crisis estructural y endémica, casi imposible de erradicar.

Pero, al menos, dispone de mecanismos para mineralizarse y súper vitaminarse de vez en cuando. Y una de estas herramientas son las Ferias del Libro, un espacio común donde libreros, editores, escritores y público pueden encontrarse, compartir experiencias y darle un poquito de alegría a sus cuerpos, Macarena (y a sus maltrechos bolsillos, en el caso de editores y libreros).
Quien les habla, ha tenido este año la inmensa suerte de poder participar en la Feria del Libro de Granada y la Feria del Libro de Sevilla, no solo como pescadito pequeño en una pecera gigante, firmando unos pocos ejemplares de sus libros, sino como espectador y consumidor. En ambos lugares se respiraba un ambiente de alivio, satisfacción e ilusión: calles llenas de gente curioseando y adquiriendo libros, espíritu de “normalidad” y esperanza en enderezar el sector un poco tras el desafío económico y social que ha producido (y aún produce) el Covid-19. Y sonrisas, muchas sonrisas, que también es importante consignarlo.
Córdoba, Almería y Cádiz ya tuvieron la suya, Málaga la tendrá a principios de noviembre; ¿Y Huelva? Pues no parece que vaya a haberla en este 2021. Según me han comentado personas involucradas en el sector desde diversos ámbitos, no ha habido una voluntad expresa por parte del ayuntamiento para organizar una Feria del Libro, o sea, que nada de nada; no va a haber firma de libros, ni paseos por la Plaza de las Monjas curioseando por las casetas de editoriales y libreros, ni presentaciones de novedades editoriales. El (o la) Covid no está disponible ahora mismo como argumento exculpatorio, así que no será este el pretexto esgrimido por el consistorio, supongo. Entonces, ¿cuál puede ser el motivo? Si les digo la verdad, yo me decanto por el “pues porque sí, porque la vida es así”, o quizás porque ni siquiera se ha pensado en ello, que también es una posibilidad bastante plausible. Y es una pena, la verdad, porque aquí, en Huelva, están pasando cosas muy interesantes, tanto en la capital como en sus localidades. Hay unas cuantas editoriales apostando fuerte por capitalizar el talento local, alentando publicaciones heterogéneas y de calidad. También se juegan los cuartos muchas librerías, similares al poblado de Asterix y Obelix, resistiendo los embates del Mercado como mejor pueden, corriendo riesgos y ofreciendo al público alternativas de todo tipo; los escritores pueden publicar el producto de sus desvelos (a veces dilatados durante años) y el público dispone de opciones para elegir de entre el amplio catálogo ofrecido. Es decir, podríamos sentirnos orgullosos del capital literario del que disponemos y sacarlo a la calle a enseñarlo a la gente. Motivos más que sobrados hay para ello. Pero no lo vamos a hacer, oiga, así están las cosas.

No voy a extenderme mucho más. Total, ¿para qué? Esto, como casi todo, pasará, y nos ocuparemos de otras cosas. Con la Cultura ocurre siempre los mismo: es divisa de todo dios cuando se acerca el momento de la verdad en las urnas, pero luego su relevancia va diluyéndose hasta desaparecer en la vorágine de los asuntos secundarios. Y la verdad, tampoco es que disponga de demasiados paladines dispuestos a defenderla, visto lo visto.
Pues ya saben: este año no van a disfrutar de Feria del Libro, por si andaban preguntándose por ello. No podrán pasear por entre las casetas hojeando libros ni tampoco asistir a alguna presentación o firma de ejemplares de autores locales. Las editoriales y los libreros carecerán de espacios donde poder cuadrar unas cuentas siempre tambaleantes y los escritores no podrán disponer de un escaparate ideal para mostrarse a los lectores o para encontrase con ellos, compartir impresiones o experiencias literarias.
No se preocupen ustedes, que el año que viene habrá Feria del Libro en Huelva, seguro. Y si no la hubiera, pues para el otro. Y si no, para el otro; o para el otro…