El sector pesquero pide más protección para la gamba de Huelva: «Se está engañando al consumidor»
La Federación de Cofradías de Pescadores de Huelva estima que sólo una de cada cinco gambas blancas es de la costa onubense
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La Federación de Cofradías de Pescadores de Huelva ha reclamado una mayor implicación de las autoridades para proteger la gamba blanca onubense, un emblema gastronómico de la provincia que, según denuncian, sufre la competencia desleal de importaciones extranjeras y un etiquetado poco claro, hasta el punto que asegura que con este producto en la calle «se está engañando al consumidor».
La demanda fue expuesta por el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Huelva y vocal de este organismo en Andalucía (Facope), Mariano García, antes de participar en la reunión convocada en Huelva por la presidenta de la comisión de Pesca del Parlamento Europeo, Carmen Crespo, para analizar con el sector el impacto de los cambios en la Política Pesquera Común (PPC) en el Atlántico.
García, también patrón mayor de la cofradía isleña, subrayó la necesidad de crear un grupo de trabajo específico que impulse nuevas normas para garantizar la autenticidad de la gamba de Huelva. «Es una necesidad para mejorar la comercialización y la protección de la famosa gamba de Huelva. Está entrando gamba de todos sitios y se está engañando al consumidor, por eso el etiquetado es fundamental», declaró García. El vocal de la Facope estimó, además, que «un 80% de la gamba blanca que se comercializa es de fuera». Si vas a la lonja, explica, «puedes ver una gamba a 30 euros el kilo y otra del mismo tamaño a 15 o a 12 euros, pero al consumirla enseguida te das cuenta de la diferencia». No obstante, lamentó las dificultades que encuentra el consumidor medio para reconocer por su aspecto el auténtico producto onubense.
Según datos aportados por asociaciones locales, el principal problema se debe a la llegada de gamba procedente de aguas africanas, la cual muchas veces se presenta en el mercado como si fuera capturada en el Golfo de Cádiz. La falta de un sistema de trazabilidad riguroso posibilita que se mezclen lotes de origen diverso, reetiquetados luego como producto onubense. Por eso, insistió en que el etiquetado debe reflejar con claridad el lugar y la modalidad de captura, así como la frescura del producto, para que el consumidor «sepa qué está comprando y qué está consumiendo».
Estas peticiones se enmarcan en un contexto de dificultades más estructurales: la flota ha reducido capturas en los últimos años y la oferta onubense se complementa con importaciones más baratas. Paralelamente y a pesar de ello, los pescadores de Huelva quieren mantener la calidad y prestigio de su producto estrella, que finalmente se ve devaluado ante una competencia extranjera mal identificada.
Problemas con la chirla
«Estamos demostrando que los primeros interesados en la recuperación de los recursos somos nosotros», recordó García, quien remarcó que el sector onubense también pide mayor colaboración de la Junta de Andalucía en otras especies como el boquerón, la sardina o la chirla. Respecto a esta última, lamentó que, siendo nuestro mayor competidor Italia, la Comisión Europea permita que la talla mínima de referencia de la chirla siga en 22 milímetros en determinadas aguas territoriales italianas a diferencia de lo que sucede con aguas españolas, cuya talla mínima del mismo producto es de 25 milímetros. No obstante, García matizó que en Huelva se promueve una gestión responsable, respetando tallas superiores a 22 milímetros, con la intención de garantizar la regeneración de los bancos de chirla y asegurar su continuidad a largo plazo.
