Restaurante Lieva en Fuenteheridos: «Los mini brioche de carrilleras con salsa de trufa resultan un bocado exquisito»
La propuesta utiliza los productos locales, centrándose en el cerdo ibérico, de una manera diferente
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Un desembarco de altura en nuestra provincia. El chef Javi Abascal, que ha cultivado éxitos sonoros en la capital hispalense, estaba deseando regresar a la Sierra de Huelva que tanta ama. Encontró este coqueto lugar en la entrada del bello pueblo de Fuenteheridos y ha montado este apasionante proyecto en el que une un pequeño y encantador alojamiento rural con un restaurante de nivel donde cada detalle se cuida con mimo.
Nos plantea una gastronomía basada en los productos locales, reinterpretando recetas clásicas y aportando nuevas creaciones y combinaciones que seguro hacen las delicias de cualquier visitante. Es una vuelta de tuerca a la tradición sin perder ese respeto por el producto y la cultura local que se percibe en cada pase. Gran conocedor y amante del interesante mundo de la casquería que vuelve a estar en boga últimamente y que en estas zonas se ha trabajado tanto y tanto gusta.
El edificio donde se implanta resulta tremendamente acogedor, compuesto por diferentes salones que se entrelazan creando una atmosfera a la vez rural, elegante y exclusiva, con un aura de paz y bienestar que se percibe. Dispone de una buena terraza que aun en estas fechas y en este año afortunadamente tan lluvioso, no he podido disfrutar.
Fácil aparcamiento y a distancia de un agradable paseo de cinco minutos desde la plaza Coso, la principal de Fuenteheridos. El servicio resulta especialmente atento y amable, uno nota enseguida que se encuentra en un sitio donde hay puesto cariño e intención en cada faceta.
En esta visita nos ubicaron en el salón con chimenea que se encuentra en la parte izquierda de la entrada. La carta no es muy larga y siempre te ofrecen algún plato extra, la verdad es que apetece pedirlo casi todo.
Empezamos con el aperitivo que te ofrecen que es una rica panacota de parmesano con membrillo y polvo de jamón a modo de chupito. Tras esta, pedimos unos entrantes al centro que se componían de su singular ensaladilla con salchicha de Aroche y huevo frito, con un acentuado toque de aguardiente y matalauva muy especial, sus extraordinarias orejas crujientes con mayonesa de lima, los mini brioche de carrilleras con salsa de trufa, que resultaron un bocado exquisito, unas más que buenas y cremosas croquetas de jamón y un carpaccio de solomillo ibérico con parmesano y pesto, todos ellos de gran altura y con una presentación bien cuidada.
De principales nos inclinamos, como suelo hacer para poder probar más cosas, por seguir compartiendo al centro algunas de sus propuestas. Olla de judiones con hierbas frescas, calamares y salchicha arochena, su nombre ya lo dice todo, un mar y montaña de lo más suculento, un soberbio guiso de castañuelas y un salteado de chantarelas con jamón y huevo pochado que nos añadió el chef de lo más acertado dada la temporada. La verdad es que hubiera seguido pidiendo alguna más de sus carnes o pescados tanto por la calidad de cada plato como por lo a gusto que estábamos, pero el estómago da hasta donde da.
Por supuesto rematamos con postres que no dejaron indiferentes, tienen pocos pero muy bien planteados. Tomamos una tarta de chocolate a modo de coulant con helado de café que resulto realmente magnifica, cremosa y en su punto justo de dulzor y amargo, soberbia. También probamos el hojaldre de manzana, de gran nivel también. Es de agradecer que los postres mantengan el nivel de la comida.
Su bodega está a la altura del resto. Expuesta en la sala y con una buena variedad, quizá más completa en la gama alta que en la baja y media, pero con variedad y etiquetas que se salen de lo habitual. Copas de calidad, lo que abunda en la virtud del conjunto de la propuesta.
La acertada relación calidad-precio es algo digno de mención, consiguiendo un tique medio más que razonable.
Es una visita más que grata y tras conversar con el bueno de Javi, un lujo tenerlo de nuevo por nuestra hermosa provincia para poder disfrutar de su saber hacer en los fogones y en el conjunto de lo que significa disfrutar en torno a la gastronomía.
