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Rentas vitalicias: cómo garantizarse una buena jubilación sin problemas de dinero

Las personas de más de 55 años pueden diversificar sus posiciones financieras con un servicio que permite complementar los ingresos de su pensión pública y que se adapta a las necesidades de ingresos mensuales

Gonzalo Garzón

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España es la tercera sociedad más longeva del mundo, tan solo por detrás de Japón y Suiza, países a los que todo parece indicar se adelantará en poco más de dos décadas. Además, el Instituto Nacional de Estadística ya contempla que en los próximos 50 años, la población española continuará sumando años y, con ello, aumentará aún más la esperanza de vida. En 2023, ya supera los 83 años. Este dato es una buena noticia, pero siempre y cuando se aprenda, cuanto antes, a gestionarlo correctamente.

La longevidad plantea uno de los grandes desafíos de este siglo: cómo gestionar el aumento de personas mayores en la sociedad y cómo hacer frente a los recursos necesarios para afrontar su longevidad. Y aquí entran en el escenario diversos factores tanto sociales, de salud e, incluso, monetarios.

El informe “El sistema de pensiones en España: una actualización tras el impacto de la pandemia” del Banco de España resaltaba ya hace un año el papel del ahorro privado a la hora de enfrentarse a una jubilación marcada por un contexto de aumento de dependencia y disminución de las pensiones. El documento señala, por ejemplo, que esta práctica -la de un ahorro individual privado y voluntario- es más que común en otras economías. Así, constituyen una parte importante de los recursos disponibles durante la jubilación en Alemania (suponen el 14,5% del salario), Bélgica (13,4%) o Reino Unido (29,2%).

Actualmente, entre los jóvenes españoles ya se palpa una falta de expectativas ante la pensión pública. El estudio “Desmitificando a los millennials: actitudes y comportamientos de la Generación Y trabajadora frente al ahorro” de Esade Business y Law School lo confirma. Según sus encuestas, un 43% de jóvenes trabajadores ya ve que será necesario complementar su futura pensión pública con ahorros propios. Y esto obliga a replantearse la economía personal desde ya mismo.

Es importante, por lo tanto, todo aquello que se refiere a las finanzas previas a la jubilación de las personas, pero también lo es su disposición durante una fase de vida caracterizada por la incertidumbre acerca del momento de fallecimiento. Dicho en otras palabras, tras la edad de jubilación existen muchos retos por resolver si se habla de la economía y finanzas de las personas mayores.

Jubilarse…con independencia económica

Jubilarse con salud es el sueño de todos. Es el momento de disfrutar del tiempo libre, compartir largas jornadas con la familia y amigos… y poder cumplir todas aquellas cosas para las que antes no se tenía tiempo. También es el momento de vivir la vida con independencia financiera. Pero para ello, hay que aprender, entre otros aspectos, a gestionar los ahorros conseguidos durante todos los años trabajados previamente. Y muchos, además, sueñan, si es posible, dejar en herencia una parte a sus familiares en un futuro. Así que otra preocupación más.

Y, en el fondo, durante los años dorados de la jubilación el objetivo debería ser no complicarse el bienestar. Por eso, es importante prever las diferentes necesidades que va a poder necesitar una persona en cada etapa de la jubilación para adaptar ingresos y recursos. ¿La solución? Dar con el producto bancario capaz de resolver todo esto y garantizar una tranquilidad financiera durante el periodo de jubilación. Y es aquí, el punto en el que nacen las rentas vitalicias.

Un reciente estudio de KPMG, “El futuro de los seguros”, confirmaba que el sector de las rentas vitalicias tiene un enorme potencial para crear valor a los españoles. Son un seguro de vida-ahorro que garantiza el cobro de una renta periódica para toda la vida, y que, además, puede complementar los ingresos de la pensión pública durante la jubilación. Es decir, es el único producto del mercado capaz de ofrecer “una renta asegurada periódica para toda la vida”, evitando que los ahorros se consuman durante la vida de la persona.

Banco Sabadell, en función de las necesidades de la persona, pone sobre la mesa diferentes modalidades de rentas vitalicias. Todas ellas permiten, además de percibir unas rentas periódicas, dejar un capital, mayor o menor, a los beneficiarios designados por el asegurado en caso de fallecimiento. Por si la herencia y el legado del patrimonio es una de las preocupaciones de la persona ya jubilada.

Una renta de por vida

Además, desde esta entidad refuerzan el poder de un producto que destaca por garantizar una renta de por vida, con una rentabilidad garantizada y elevada; y por ofrecer una excelente fiscalidad. O dicho en otras palabras, defienden el papel de las rentas vitalicias como un producto que da seguridad y tranquilidad a todas esas personas de más de 55 años que quieren diversificar sus posiciones financieras.

Las rentas vitalicias que propone Banco Sabadell son muy beneficiosas tributariamente hablando. Y lo son tanto durante la vida del contrato como en el momento del fallecimiento. Mientras la persona vive, no se tributa por la totalidad de la renta que se percibe, sino solo por una parte de ella en función del momento de la contratación. Y, en el momento del fallecimiento, estos productos permiten designar a cualquier beneficiario, aunque no forme parte de la masa hereditaria.

Son, además, un producto idóneo para facilitar el pago del impuesto de sucesiones a los herederos ya que, en concreto, Banco Sabadell Vida puede avanzar el capital para hacer frente al pago si los herederos lo solicitan.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Banco Sabadell. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.