Tabla Beach Club, maestría con la plancha
A veces, cuando queremos disfrutar de sitios excepcionales nos entra el dilema de si elegir buena gastronomía o buenas vistas . Sobre todo si se trata de algún lugar playero . El binomio chiringuito/comer bien difícilmente funciona. Pues en plena playa de Punta Umbría , con unas vistas envidiables, y a pie de playa, se puede comer, y muy bien, productos de primera calidad y con un cocinado de maestría. Nos referimos a El Tabla Beach Club , mucho más que un chiringuito al uso. Un lugar para disfrutar de la gastronomía y los buenos productos de la zona, y para prolongar la sobremesa con licores y bebidas largas. Y con alguna sorpresa musical…
José Camacho (El Tabla) empezó hace treinta años con un chiringuito a pie de playa donde se servían copas, y con el tiempo fue convirtiéndose en un buen sitio para comer , sobre todo por la afición y la destreza del dueño en cocinar a la plancha , que no es lo mismo que a la brasa. En El Tabla los pescados pasan por la plancha , y si a eso unimos que la materia prima es de primera calidad , pues tenemos la fórmula de éxito de este restaurante al que acompaña, también hay que decirlo, detalles como mantel de tela en las mesas, sus amplias terrazas y la sensación de estar en un idílico oasis rodeado de palmeras. La única pega, por poner alguna, es que al Tabla hay que ir con calma , a disfrutar del entorno y de la comida y saber perdonar pequeños detalles del servicio, especialmente en épocas de mucha afluencia.
La carta contiene entrantes fríos, conchas, mariscos, fritos y pescados a la plancha (donde la plancha se hace arte). Pocos guisos, aunque aceptan arroces por encargos.
Arrancamos con unos entrantes fríos. Muy buenas las patatas aliñadas o el tomate con melva , y la en saladilla de gambas se llevaría un notable alto: magnífica la patata, la mahonesa y las gambas. El truco está en que la hace de forma distintas a otras, y que enlaza con la tradición de la mejor ensaladilla de gambas de Huelva.
Seguimos con productos del mar, unas almendritas en su jugo , de sabor, impecable. Le siguieron unas a cedia s frescas muy buenas, y mejor ejecutada la frituras.
No podíamos irnos sin dar fe de la especialidad de la casa, los pescados frescos a la plancha . Nos sirvieron un pargo en el punto exacto de plancha para sacar. Como dice mi admirado Benjamin Lana , ese punto que cuando se sirve se rompe la espina de la cabeza con un sonoro click. Te lo sirven ya en el plato. Y magnífico el acompañamiento de patatas al horno . Hay que reseñar también como punto muy positivo que los pescados se enseñan antes para que el cliente pueda elegir, y están marcados con precio fijo, y no con eso tan etéreo de s/m (según mercado).
La repostería, en línea con el resto de los platos. Tanto la tarta de galleta y chocolate , como la de queso o la de milhojas , muy buenas.
No es un sitio barato, pero tampoco es un chiringuito playero al uso, y por lo menos la satisfacción gastronómica es casi de diez.