La vuelta al Paraiso
Mencionar El Paraíso en Huelva es sinónimo de excelencia gastronómica . Esa fue la marca que dejó el antiguo chiringuito que había en La Bota y que ha renacido en pleno centro de Huelva, en una de las esquinas de la Plaza de las Monjas, con el nombre de El Paraíso de Gonzalo.
Míticos fueron los platos de jamón y de gambas que se servía en ese chiringuito camino de Punta Umbría, muy cerca de la playa de La Bota en el término municipal antes mencionado. No había quien se resistiera a celebrar una comida de negocios importantes o una celebración familiar en aquel antiguo restaurante. Pero por mor de los tiempos modernos, El Paraíso de la playa de La Bota, donde se inició el negocio familiar, cerró y su dueño y alma mater, Gonzalo Rodríguez, lo está intentando de nuevo en la esquina de la Plaza de las Monjas con Gran Vía en un amplio restaurante agradablemente decorado y con una terraza de envidia. Allí intenta de nuevo la vuelta con éxito de esa f órmula de fusionar la cocina marinera tradicional y la más vanguardista, poniendo en valor los productos onubenses.
Como decía, El Paraíso de Gonzalo es un l ocal amplio, con grandes cristaleras con vistas a la Gran Vía , donde entra generosamente la luz que ilumina un salón decorado con paredes de madera, y mesas con manteles de tela, y alguna concesión al espíritu marinero que le inspira.
Jamón y gambas de Huelva
Conocimos en su momento El Paraíso, y nuestra duda cuando reservamos en el nuevo restaurante (abrió en septiembre de 2018) es si mantendría la calidad de sus productos y de sus fogones. Adelantamos ya que las expectativas se cumplieron y salimos satisfechos de nuestra vuelta al Paraíso.
Empezamos sin miramientos. Había que probar el jamón y las gambas . No hubo sorpresas: buen jamón como es costumbre de la casa, servido en un plato ligeramente calentado, y excepcionales gambas blanca de Huelva a la plancha. Como aviso a navegante, evidentemente estamos ante dos productos estrellas de la gastronomía onubense y hay que pagar su precio por ello … Sin embargo, nos pareció muy buena la relación calidad/precio de ambos platos.
Seguimos con otro de los grandes productos de la zona, y que estaba en temporada: los gurumelos. Nos ofrecieron la opción de revuelto o a la plancha y optamos por la segunda. Sabor a la sierra de Huelva en cada bocado de este hongo que para la plancha pierde su aspecto redondeado. Un poco de sal y aceite para complementar el sabor único del gurumelo.
Arroz negro de carabineros
Un par de vieiras también a la plancha , que, aunque no es producto autóctono, estaban muy buenas. Y nos metimos en harina de fogones con una receta original, calamares rellenos de berenjena y mariscos . No puedo decir que fue el plato que más disfruté porque las gambas y el jamón eran espectaculares, pero la calidad del calamar con todo su sabor y la buena sintonía con el relleno lo hizo muy apetecible. Muy cuidado también el emplatado de este guiso.
Y cerramos con un arroz negro de carabineros que sirven directamente en la mesa desde la paellera hasta el plato. Buen punto del arroz y generosa raciones. Nada que objetar.
No hacía falta acabar endulzando el paso por El Paraíso con un postre, pero a nadie le amarga un dulce y probamos una tulipa de chocolate con un helado Luis Felipe , que, para quien no lo sepan, es otra de las marcas nobles de la provincia de Huelva, un brandy centenario que se elabora en las bodegas del Condado. Muy bien conseguido el sabor.
La cuenta, que obviamente no fue corta, aunque aceptable en su relación calidad/precio, la “suavizan” con un chupito de la casa. En definitiva, buen sabor de boca nos dejó esta vuelta al Paraíso.
