JOSÉ LUIS DE LA PAZ

'Pensamientos confinados' (XI): Introspectiva

En el tiempo que llevo viajando por el mundo, como guitarrista, como viajero, he experimentado muchas situaciones extrañas, complicadas o absurdas. Desde verme atrapado en el aeropuerto de un país en conflicto con otro en el que estuve meses antes, hasta presenciar la erupción de un volcán en Japón.

'Pensamientos confinados' (XI): Introspectiva

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Sabemos que el mundo cambió tras el 11-S y que viajar es ahora un cúmulo de trámites que rozan lo surrealista. En esta ocasión, el viajero es un virus y viaja sin pasaporte.

Vivir en un país como EE.UU., el equivalente al Imperio Romano, un gigante lento, pero contundente, explica por qué todo se retarda y luego se ataca con “todo el armamento”. Confiados al principio, todo parecía tener control, pero, cuando la sensación miedo llega a este país, se establece una alarma loca, exagerada, desproporcionada. Sin embargo, en esta ocasión, pareciera que el exceso de confianza por parte de gobernantes y de la ciudadanía misma, puede hacer que esta “crisis” se prolongue indefinidamente.

Al principio de esta crisis, viajé primero a Chicago, donde casi no se sintió la amenaza, y unos días después viajé a New York, donde realmente comprendí lo que iba a pasar. Mi hotel estaba junto a las torres gemelas, en pleno Centro económico de la ciudad y del país. En esos cuatro días vi cómo cada vez había menos gente en la calle, más policía, y mi evento se suspendió y se aprobó seis veces en el día, hasta decidir ir adelante en el último momento. 

Regresando de New York, comenzaron las cancelaciones. Me llamaron para suspender dos giras importantes y varios eventos entre el mes de marzo, abril y parte de mayo. Ese día en que viajaba a Miami, de regreso a casa, ya todos iban con máscaras, guantes, líquidos desinfectantes… El miedo al contacto físico era evidente. New York se estaba preparando. 

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Como en todos los casos de emergencia en este país, la confianza en la policía, en los médicos, etc. es absoluta y aparecen miles de voluntarios, lo cual siempre es de agradecer, aunque también te lleva a sentir un miedo inducido por tanto despliegue. 

Sin embargo, esta crisis precisa de algo muy particular: permanecer en casa. Esto significa una reclusión de, al menos 12 días, para asegurar que no estamos contagiados. Creo que ni el más inteligente de los políticos pudo pensar que esto sería un gran problema. ¡Quedarte en casa! Fue como mandar una maldición a los millones de latinos que, como a los españoles y los andaluces en particular, nos gusta estar en la calle. Y aún hoy, este pequeño problemita va a causar un retraso enorme en el control de la enfermedad. 

Estar encerrados tantos días provocó mucha incertidumbre, nervios, y la gente pensaba que todo se va a acabar, así que se disparó la venta de comida, artículos primera necesidad, comidas enlatadas…. y la venta de armas. Aquí me quedo pensando primero en la locura de comprar pensando que el mundo se fuese a acabar, y pensar que el vecino querrá robar tu comida, y que por eso debes protegerte. Esto si me parece muy peligroso y me lleva a dudar si realmente la raza humana será capaz de ir a mejor en algún sentido. 

Pasamos por la vida pensando que controlamos todo, sin pensar en riesgos, sin pensar en errores, sin pensar en el libre albedrío que rige el universo. En ese “orden caótico” nos cae una oportunidad de pensar en todo: En la vida, en la muerte, en nuestro espíritu, en nuestra vida diaria. Una parada obligada que nos demuestra lo frágil que es estar vivos. Un pequeño microbio puede acabar con miles, incluso millones de personas sin condición de edad, riqueza, raza o sexo…. 

'Pensamientos confinados' (XI): Introspectiva

Yo me paro a pensar…. Tal vez es momento de mirar hacia adentro. Escuchar música, leer, escribir o llamar a mis amigos, pensar en el tiempo vivido y recapacitar para llegar a nuevas conclusiones. Dedicar tiempo a recordar los momentos felices de la vida. Para mi ha sido un reencuentro con la cocina. Hacía mucho que no cocinaba, algo que me encanta. La vida aquí te impone un ritmo en el que entras sin darte cuenta del precio. Por eso, buscando las cosas positivas, este reencuentro ha sido maravilloso y renovador. 

Soñar…. Cerrar los ojos y buscar de nuevo los sueños que se quedaron en el pasado. Llorar, aceptar y dejar pasar el dolor de los momentos difíciles. Recordar a los ancestros, honrar a mi familia, llamar a los amigos, recuperar la vida, con un sentido mas elevado. Hay mucho por hacer, mucho por descubrir, que se nos escapa en la rutina diaria.  

¿Mi reflexión? No dejes que un virus te mate en casa por el aburrimiento y el querer seguir una rutina absurda marcada por una falsa percepción de la realidad. 

Ve de nuevo a tu corazón, ¿cuánto hace que no lo visitas?

José Luis de la Paz

Guitarrista flamenco onubense

(Confinado en Miami)

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