FRAN BARBOSA

'Pensamientos confinados' (IX): El sueño de una noche de cuarentena

Día 16 de cuarentena. Son las ocho y veinticinco de la tarde y ya estoy dentro de casa después de haber salido a aplaudir, como está mandado. Es un día atípico, porque normalmente, desde que empezó la cuarentena, a esta hora estoy en la radio. Pero hoy es domingo, así que toca estar en casa.

'Pensamientos confinados' (IX): El sueño de una noche de cuarentena

Huelva24

Huelva

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Es curioso, pero esos momentos en que estoy en la radio me saben bien. Nunca me han sabido mal, pero ahora me permiten cierta desconexión. Agradezco que el Gobierno haya entendido que la de los medios de comunicación es una actividad esencial y pienso que no podía ser de otra manera. ¿Cómo sería todo si, además de estar confinados tuviéramos accesos mínimos a la información de lo que está ocurriendo? La sensación de ansiedad sería mayor en la población, seguro.

Creo que en la SER lo hemos planteado razonablemente bien. Desde el principio se han redoblado y enfocado esfuerzos en ofrecer la mejor cobertura posible al tiempo que se ha tratado de respetar las pautas de seguridad para evitar contagios. Por ejemplo, en Radio Huelva, todo el equipo comercial trabaja desde casa. En cuanto a los compañeros de redacción, Ana Gil trabaja desde casa para hablar cada día en Hoy por Hoy y Carmen Márquez hace lo propio para elaborar el último informativo local del día, Hora 25. Por lo demás, establecemos turnos por los que Lucía Vallellano entra la primera para el matinal, Santiago González llega más tarde para Hora 14 y yo entro como refuerzo para ayudar en la tarde, al tiempo que intento ofrecer alguna pincelada de un deporte ya paralizado. Todo esto con el trabajo del jefe técnico, Enrique Domínguez y de nuestro director, Miguel Doña, que se ha bajado al barro el primero. Son medidas, precauciones para seguir trabajando en tiempos complicados.

Pero se supone que debo hablar de cómo llevo la cuarentena, qué hago, qué pienso. Lo que ocurre es que no sería honesto por mi parte obviar que mi trabajo me permite salir por el momento, aunque no sean demasiadas horas al día.

El resto del tiempo, obviamente lo paso en casa. Me da tiempo a lo que hace la mayoría: ver series y películas, leer, dormir, hacer ejercicio con alguna de las miles de rutinas que ahora florecen en redes sociales… Y limpiar. Creo que es una de las diferencias fundamentales con respecto a mi vida cotidiana. No es que suela limpiar poco ni mucho menos, pero no me apasiona. En cambio, ahora parece que me apetece, me relaja, me entretiene. El otro día me puse con el horno, ayer con las ventanas y mañana ya veremos…

También me ha dado por dar un paso más allá en la cocina. Hago mis pinitos, pero nada especial. Como suele pasar, soy de los que piensa que en términos culinarios está la comida que hace mi madre y después va la del resto. Llevo años pensando que estaría bien que me enseñase a hacer algunas de esas cosas que con sólo probarlas me transportan a tiempos muy felices, pero nunca hay tiempo. O ganas, qué sé yo. El otro día le pedía que me pasase un par de recetas por whatsapp y en ello estoy, aprovechando para no dejar cosas pendientes o al menos quitar alguna de esa lista que todos tenemos.

En medio de esto, a veces suelo tener videollamadas con amigos, preferiblemente a la hora de la cerveza, todo hay que decirlo. Parece una tontería, pero aunque quizá no tengamos muchas novedades que compartir, agradecemos vernos las caras, reírnos con algún chascarrillo o simplemente compartir un rato. Si no lo estás haciendo, te animo a que pruebes. Verás cómo ayuda.

Supongo que también tengo tiempo para pensar. Una cosa que me ha llamado la atención es que en tiempos de encierro estoy usando menos el móvil. Hace un rato apareció un mensaje diciendo que mi uso del terminal había descendido respecto a la semana pasada. Nunca viene mal esa desconexión. Puede que del mismo modo que el planeta se está limpiando en estos días en los que las personas no campan a sus anchas, podamos nosotros limpiar un poco nuestras cabezas y resetear para bien. Es necesario, incluso. Tengo la sensación de que si no cambiamos algunas cosas cuando esto pase, no tardaremos en volver a vernos en la misma situación, aunque este tema quizá podamos tocarlo en otro momento.

Me doy cuenta de que mucho tiempo lo estoy empleando en pensar y que en cierto modo echaba de menos poder parar y dejar que mi mente volase a donde quisiera. Incluso diría que estoy empleando mucho tiempo en imaginar. Será porque me gusta mi trabajo, pero ayer estuve largo rato imaginando cuántas cosas haría para la radio cuando esto pase. O incluso las que haría si aún trabajase en televisión.

Decidí que el primer día en que la población pudiera salir a la calle, lanzaría todas las cámaras posibles a presenciar ese momento. Ver reencuentros, abrazos, miradas. Esos amigos que después de mucho tiempo se regalarían abrazos sinceros, que se mirarían a los ojos desde cerca, que se tocarían las caras sonrientes. Escuchar ese anhelado “cuánto me alegro de verte”. Me gustaría poder grabar charlas. Estar presente cuando una abuela y su nieta se contasen cómo lo han pasado, qué han hecho, cómo se han echado de menos. O la de un padre y su hijo, viendo cómo en estos días se cambiaron las tornas y era el más joven el que más temió por el más veterano, y la emotiva felicidad de ver que ha sobrevivido a este trago que tanto dolor y tantas pérdidas ha dejado. Supongo que me gustaría ser testigo de cómo la vida se abre paso y florece, como cuando un reguero de hierba se rebela y se asoma entre ladrillos. 

Lo cierto es que me reconforta dejar que mi mente salga de la jaula en la que ahora estamos y vaya adelantándose en el camino para contarme qué se ve a lo lejos, cuando salgamos del bosque. De hecho, mientras escribía esto me ha vuelto a ocurrir. Son las nueve. Hora de ver quién gana: comida sana vs comida menos sana. Otro de los grandes asuntos en estos tiempos junto con el del papel higiénico. También imagino a veces a personas ofertando rollos en wallapop cuando todo esto acabe. ¿Por qué no?

Fran Barbosa, periodista Cadena SER

(Confinado en Huelva)

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación