Bádminton y algo más
La mayor promoción del nombre de Huelva en la última década lleva el nombre de una antigua jugadora del IES La Orden. Probablemente, cuando Carolina Marín empezó a jugar en este centro educativo, le llamaba pluma al volante, como todos los demás que poco o nada sabíamos de esta modalidad deportiva, olímpica desde Barcelona 92 y en el corazón de los españoles desde que esta jovencita empezó a pegar volantazos a diestro y siniestro para convertirse en lo que es, la mejor jugadora de bádminton del mundo. Y todo empezó allí, en el Instituto de Educación Secundaria La Orden.
Los días 20 y 21 de este mes de junio, han celebrado allí las fiestas de fin de curso. Dos días, sí, dos días porque a pesar del enorme aforo del teatro de Los Desniveles, que supera el medio millar de localidades, las solicitudes para disfrutar del espectáculo, así lo demandan. Dos días con el aforo completo el espacio cultural frontero al santuario de la Cinta. Cinco años llevan organizando un espectáculo absolutamente soberbio. Dos horas de espectáculo que se te hacen hasta cortas: malabares, música, teatro, humor, danza…, un no parar de actuaciones impecables con una muy medida continuidad, con las presentaciones insertas en los oportunos sketchs ejecutados por una pareja de cómicos –profesora y alumno- que parecían sacados de una escuela de interpretación. De las actuaciones podríamos estar hablando media hora y no nos cansaríamos, pero lo que me mueve a narrarles lo que allí ocurrió, está más ligado a una forma de enseñar o de entender el hecho educativo, que a otra cosa.
En absoluto aquello se podría entender como una clase práctica, ni se pretendía educar o formar a nadie, porque eso ya va implícito en la manera de mostrar a los espectadores qué son y a qué se dedica el curso escolar en el Instituto La Orden. Entre todos, alumnos y profesores, te dejan una sonrisa de satisfacción y una sensación de optimismo tal que cuando sales a la calle, piensas y creo que con razón, que Huelva está cambiando, que se mueve de otra manera y con otro compás, que está ciudad no tiene más remedio que ir a mejor, a mucho mejor. Peones tiene para ello y los alumnos del IES La Orden son buena prueba de ello.
Desconozco los nombres de todos los profesores, y menos aún de todos los alumnos, que merecerían ser aquí al menos citados como señal de agradecimiento. Pero recuerdo al menos que por allí estuvo de directora la Parralo, y que ahora está Sonsoles al frente del equipo directivo. A ellas dos y para que se lo transmitan al resto del claustro, mi agradecimiento no ya por haberme invitado a asistir a la fiesta de fin de curso, sino por haberme ofrecido una lección que nunca olvidaré. Gracias.
