Doñana, sus paisajes y sus gentes

Una obra para disfrutarla a pasos cortos, como los de quienes anduvieron por la Vera en los tiempos en que el Coto de Doñana fue a transmutarse en Parque Nacional, los mismos que los de esa gente que retrata de manera exquisita, con una muy cuidada prosa y un ritmo impecable el maestro Juan Villa en su última novela, 'Voces de la Vera'.

Doñana, sus paisajes y sus gentes

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Paisaje y paisanaje, duros en ambos casos, abiertos en canal por un escritor que los ha recorrido y vivido desde su infancia. En 'Voces de la Vera', se construye una impecable ficción para dar cuenta de lo realmente sucedido, se da noticia, se avisa, que es el fin de todo narrador, sin faltar a la verdad, sino por el contrario estudiándola para mostrarla desnuda, sin artificios. Esto es lo que le espera al lector en las más de trescientas páginas de una novela que a buen seguro volverá a leer. El estilo, la mano del maestro se percibe desde la primera página, que te atrapa para no dejarte hasta la última, momento en que cierras el libro y lo dejas cerca porque sabes que volverás a él, irremisiblemente volverás a abrir sus páginas, plenas de buena literatura, absolutamente impecable en su

confección. Y además recorres Doñana de la mano de un privilegiado guía. Juan Villa ha recorrido Doñana, sus paisajes y sus gentes, la ha estudiado y escrudriñado como pocos, para ofrecer en su obra anterior, como en esta última entrega, unos recuerdos que no son historia acabada, sino las razones por las que este territorio ha permanecido al margen hasta de la realidad. Voces de la Vera viene a ser al fin y al cabo la hermosa, sorprendente pero también dura, historia de una marginalidad.

Recorrer la Vera línea a línea para transportarte a esa realidad constatada, cierta y contrastada, por mucho que pueda parecer imaginaria. El escritor de Almonte, sin lugar a dudas una de las plumas más privilegiadas de la narrativa española actual, decidió hace unos años dar a conocer la Doñana que muy pocos han llegado a conocer. Quizás Valverde, el primer director del parque, o Bernis que fue quien lo llevó por primera vez a esos parajes, o el biogeógrafo Rubio Recio, catedrático de la Hispalense del que tuve la suerte de escuchar y entender estos paisajes y muchos otros de la geografía española, o el pintor Jorge Camacho, el último de los surrealistas, que alternó residencia entre París y Los Pajares, la casa que a principios de los setenta adquirió en pleno coto de Doñana, o como Boixo, que vivió en el Coto, donde vivió también su familia, amigo y compañero de andanzas por esos complejos parajes con Juan Villa. Estos y muy pocos más son quienes conocieron esa Doñana que sucumbía a estos nuevos tiempos de protección medioambiental, una Doñana de leyenda que en Voces de la Vera nos la sirve en bandeja, para nuestra sorpresa, pero sobre todo para nuestro disfrute, Juan Villa. Un libro indispensable para conocer no ya el viejo Coto, sino la realidad de estas tierras arrinconadas al sur de todos los sures, tan desfavorecida y tan al margen desde siglos.

'Voces de la Vera' permanecerá como referencia, como acta notarial de lo que fueron estas tierras indómitas, salvajes, refugio de la gente más dispar y disparatada, pero sobre todo de quienes en la soledad y en los vivos silencios de estos parajes, quisieron vivir y dar sentido a su existencia. Un poco de todo esto es la última entrega de Juan Villa. Los lectores atraparán muchas otras cosas, como siempre ocurre cuando un libro es un objeto abierto y dispuesto a la contemplación que, como en este caso, viene a facilitarnos el fecundo goce de la lectura.

Voces de la Vera. Juan Villa. Ed. Comba. Barcelona, 2018

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